Carmen de Burgos Colombine: mujer excepcional

Mar Verdejo
00:58 • 24 mar. 2018

La escritora y activista Carmen de Burgos, hoy estaría orgullosa de las mujeres de este país por salir a la calle y crear un gran tsunami de color violeta para pedir la dignidad de las mujeres. En estos días hemos hablado de la Historia del Feminismo en España, los nombres de Clara Campoamor y Victoria Kent aparecen con claridad, pero el nombre de Carmen de Burgos ‘Colombine’ está en el olvido: no aparece aunque, ya en 1904, abandera grandes causas por la igualdad de la mujer, como el sufragio y el divorcio. A pesar de abrir camino continuamente, ha quedado en segundo plano en los referentes feministas, aunque rompió moldes y fue una revolucionaria en temas de género.


Nos adelanta la investigadora y miembro de la Fundación Carmen de Burgos ‘Colombine’, Anyes Segura: “en la actualidad hay más de 70 tesis doctorales sobre ella, en países como EEUU y Sudáfrica. En Noruega, estudian entre líneas el feminismo subversivo que hay en sus libros de cocina. En más de 76 universidades de EEUU hay copia de los libros de Carmen de Burgos, por lo que hace pensar que hay alguna editorial reeditando sus libros”. Y no es de extrañar, “Carmen es una polígrafa, una mujer que abarca todos los géneros en la Literatura y, que de manera excepcional, pertenece a la Generación del 98 y a la del 27”, dice su biógrafa Concepción Núñez. Es un personaje universal que recorrió el mundo, impregnándose de paisajes, sociedades y culturas: su manera de viajar abierta le abrió horizontes en el pensamiento. Mujer inteligente, comprometida e independiente tuvo una visión ilustrada promoviendo una sociedad libre y moderna en materia de Derechos Humanos. “El progreso verdadero de los pueblos está en la ética”, decía la escritora almeriense universal. Periodista incansable defendió a la mujer recorriendo todas sus escalas sociales, se adentró en lo ajeno con una gran curiosidad, haciendo que su obra apareciera en toda la prensa mundial. 


A ‘Colombine’ hay que recuperarla como referente, como modelo, porque ella es un ejemplo del pensamiento crítico; sus ideas universales hablan sobre el sentir de toda la humanidad y, aún así, nadie nos habló de ella en los centros educativos, ni como escritora, ni como defensora de los Derechos Humanos. Su obra ahora es de rabiosa actualidad, a medida que empiezas a conocerla se convierte en una luz que ilumina a las personas que luchan por los Derechos Humanos. Mujer que nunca se rendía, positiva y que no sucumbió a decir lo que la gente quería oír: “decía lo que había que decir”, dice la periodista Rosa Mª Calaf. Abrió senderos antes no transitados por la mujer: habló del adulterio, de los malos tratos, la prostitución, la objeción de conciencia, el divorcio, la maternidad, del derecho al trabajo, la homosexualidad femenina, la guerra, la educación, la corrupción, el pacifismo, la cultura, la literatura, del amor, etc., por ello siempre se la criticó, pero Carmen era una mujer que nunca se rendía ni entraba a rebatir. Se me hace indignante este olvido y borrón en la Historia de esta mujer excepcional. 



Todo lo que ella hizo y consiguió, se ha tenido que volver a hacer porque se perdió. ¿Cómo se puede borrar desde el poder a una figura histórica como Carmen de Burgos? Es de terror: el franquismo se encargó de prohibirla (fue la única mujer prohibida), de anularla, de desacreditarla y miniminizarla. Y el olvido llegó inmediatamente, porque lo que no se nombra no existe, aunque hayas dedicado toda una vida, de manera incansable, a luchar por la dignidad de los hombres y de las mujeres. 


Tenemos que recuperarla como referente, como modelo de esta sociedad del siglo XXI porque sigue generando pensamiento crítico, gracias a las ansías que tenía de: conocimiento, curiosidad, por cómo se adentró a lo ajeno, y a sus viajes, que le abrieron horizontes nuevos y en la que sus ideas universales nos indican cómo veía el mundo: el mundo es de todas las personas que lo habitamos. A medida que la voy descubriendo y conociendo me voy enamorando, cada vez más, de ella, fue una mujer adelantada a su época y excepcional. Y me pregunto: ¿cuántas mujeres excepcionales hay que recuperar del olvido del odio?






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