Cosas que pasan solo en Almería: contenedores de basura junto al campanario

Los desperdicios del vecindario se depositan desde hace días bajo la torre de la Catedral

Imagen de la fachada de la torre del campanario de la catedral con los contenedores de basura.
Imagen de la fachada de la torre del campanario de la catedral con los contenedores de basura.
Manuel León
16:16 • 06 feb. 2023 / actualizado a las 17:13 • 06 feb. 2023

A alguien se le ha ocurrido que el mejor sitio para poner los contenedores de basura de la calle Velázquez, en pleno centro histórico, es apoyados en la torre del campanario de la Catedral. Allí reposan mayestáticos los cuatro containers atestados de bolsas de basura de las familias del barrio: las sobras de los espaguetis, el papel higiénico, las latas de cerveza o el queso que le ha salido moho. Y al lado, como satélites a los pies de los grandes recipientes, más bolsas de desperdicios que no caben dentro, muebles viejos y algunas bolsas de zapatos con las hormas destrozadas. Cada vez que algún vecino levanta la tapa para depositar las inmundicias sobrantes del días o algún trapero abre el depósito para rebuscar en los intestinos, le pega un trastazo a las fauces del león de piedra que ni se inmuta.



El motivo del traslado de los contenedores de la calzada de la calle un poco más abajo, donde han estado siempre, a la mismísima torre de la Seo almeriense -Monumento Histórico del Tesoro Artístico Nacional desde 1931- son unas obras que se vienen realizando en el pavimento de la calle Velázquez y calle Duendes que al desviar el tráfico por la calle Ciprés hace que se compliquen las maniobras de los vehículos grandes. No obstante, se podría haber seguido ocupando la calzada en otro punto de la calle, aunque se hubieran perdido dos plazas de aparcamiento, antes de situar la basura en la fachada catedralicia, recientemente restaurada con fondos europeos y del propio Obispado. 



Algunos de los numerosos turistas que transitan por la zona no paran de hacer fotos a esos contenedores de basura como si se tratara de un reclamo turístico más. Imágenes que, a través de mensajes de móvil, viajan de inmediato por los cinco continentes como detalle exótico de una ciudad del sur de España, sin que nadie asuma las consecuencias del estropicio. Una transeúnte con acento asturiano que miraba ayer la catedral y los contenedores exclamó: "Es como si yo pongo el cubo de basura de mi casa dentro del dormitorio".








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