Caramelo: La pureza del jazz cubano

Uno de los más grandes pianistas de Cuba perfumó su música de la sensibilidad flamenca

Caramelo hablando con el público, que ovacionó en pie este concierto, foto de Guadalupe Bascuñana.
Caramelo hablando con el público, que ovacionó en pie este concierto, foto de Guadalupe Bascuñana.
Jacinto Castillo
07:00 • 14 oct. 2019

Caramelo de Cuba arrasó la sala del Clasi. Llegó con su cuidada indumentaria “para no pasar desapercibido”, se sentó al piano y descargó  música esencial bajo la forma de latin jazz, en el que figura entre los grandes. 



El concierto ‘Flamencuba’ introdujo más de media docena de temas del máximo nivel, a la altura de las mejores veladas de Clasijazz, como no podía ser menos. Con un influjo flamenco, de pureza y sensibilidad, envuelto en el ritmo cautivador de la percusión (José Manuel Ruiz Bandolero), pero sobre todo, en la arquitectura armónica del piano, soportada al bajo (Yarel Hernández) con inspirada precisión.    



Lo había dicho antes de salir al escenario, "el piano es percusión y es necesario formarse a fondo en todos los instrumentos que componen esta sección”.  



La formación musical, sumada al talento, es la fórmula. Y luego, profundizar en la complejidad de las armonías, los contrapuntos, conectarlo todo en las síncopas entre músicas de orígenes diferentes. El son, el bebop, pero también los clásicos. Así los arreglos logran hermanar  músicas como si fueran todas juntas “la misma cosa” tal y como aseguró entre tema y tema Javier Massó, que ha pasado a las enciclopedias del jazz y de la música cubana como Caramelo de Cuba. En sus manos, las teclas desmenuzan emocionalmente la partitura y luego la concentran en una especie de néctar tropical irresistible. Es su modo de facilitar los encuentros con final feliz entre el jazz y, por ejemplo el flamenco, como en el caso del increíble concierto del pasado sábado.



Uno de los temas interpretados lleva su nombre ‘Caramelo de Cuba’ porque así lo decidió quien le puso la voz: Enrique Morente. Lo demás, es fruto de su extensa lista de colaboraciones con flamencos, como la que le trajo a Almería con El Cigala. 



Caramelo exploró en este concierto la evolución del latin jazz con tremenda solidez, pero también se remontó a los orígenes de la música cubana tomando un danzón del siglo XIX para desarrollar uno de los temas más sugerentes de la noche. Al final, invitó al excelente percusionista cubano afincado en Almería Eugenio Perdomo para que se sumase al delirio. 





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