La agricultura almeriense se engancha al sol para ahorrar electricidad

Émpiezan a cubrir las balsas con placas solares para productor su propia energía

Placas solares flotantes en una de las balsas de Tierras de Almería
Placas solares flotantes en una de las balsas de Tierras de Almería La Voz
Antonio Fernández
23:45 • 18 jul. 2022

Los agricultores y sus comunidades de regantes están dando pasos acelerados en sus proyectos para el aprovechamiento de las energías renovables. Las está empujando a ello la escalada de costes de la electricidad, que se ha disparado en torno a un 200 por ciento en poco más de un año y está arrastrando los costes de producción.



Las primeras instalaciones fueron desarrolladas hace ya varios años, en algunos casos en torno a una década, pero es ahora, con la crisis energética, cuando las inversiones en este tipo de desarrollos productivos, especialmente los fotovoltaicos, se han acelerado. Es el caso de la Comunidad de Regantes Tierras de Almería, que ha iniciado los proyectos para cubrir sus balsas de riego con placas solares flotantes que cumplen un triple objetivo: por un lado protegen el agua de la intemperie, evitando la fuerte evaporación que se produce sobre todo en los meses de verano; por otro consiguen reducir de forma sensible la factura de la electricidad y, finalmente, las convierten en una forma de luchar contra los efectos del cambio climático.



Alto interés
El presidente de la Federación de Regantes de Almería (Feral), José Antonio Fernández, destaca el hecho de que muchas de las comunidades de la provincia, casos de El Saltador, Los Guiraos en Cuevas del Almanzora, Sol Poniente, Tierras de Almería o Sol y Arena, en la comarca del Poniente, han instalado o están proyectando desarrollar este tipo de instalaciones de energías renovables.



En estos casos se busca el objetivo de alcanzar el mayor grado posible de independencia energética, es decir dejar de depender de las grandes operadoras del sector eléctrico desarrollando planes de autoconsumo que les permitan producir la mayor parte posible de la electricidad que necesitan.



Gestión del agua
Una de las comunidades que más ha avanzado en estos planes es la de Sur Poniente que desde hace algunos años dispone de sistemas de generación propios, en unos casos a través de huertos solares para la producción de electricidad, en otros mediante el aprovechamiento de los desniveles para generar energía mediante la producción hidroeléctrica a pequeña escala.



A medida que los precios de la electricidad han ido creciendo los planes para ‘enchufarse al sol’ han ganado en entidad y en importancia de las inversiones. La Comunidad de Tierras de Almería ya planea la construcción de un gran embalse de alrededor de 80 millones de litros de agua que será cubierto íntegramente con placas solares flotantes; esa instalación se completará con un parque solar adjunto que ocupará una superficie de unos 10.000 metros cuadrados.



A 'pie de agua'
Con este tipo de instalaciones se busca obtener la energía suficiente para abordar todos los pasos del proceso del agua de riego, desde la extracción del agua de los pozos que abastecen a los regantes de este zona como la potencia suficiente para impulsar posteriormente ese agua a cada una de las fincas que se abastecen con esta comunidad, las conducciones y la red de distribución que llevan el agua a las explotaciones de cada comunero.



Esa misma vocación ‘renovable’ se aplica en la gestión de pozos aislados para los que se han instalado placas solares capaces de impulsar generadores que producen la electricidad suficiente para accionar las bombas para la extracción del agua, y la energía que se precisa para la distribución.


Esa misma idea anima al resto de comunidades de regantes, en especial las de mayor tamaño y volumen de recursos, de forma que muchas de las balsas que acumulan el agua para los regadíos (sólo Tierras de Almería tiene 12, cada una de ellas de 40 millones de litros de agua), serán cubiertas en unos pocos años más de placas solares para producir la electricidad que necesitan.


La ventaja que plantea ese modelo de energía solar es que la extracción del agua o los riegos pueden realizarse durante todo el día, aprovechando la irradiación del sol. Sólo por las noches habría que recurrir a la red eléctrica, pero en una proporción mucho menor.


Ayudas europeas
Las empresas del sector hortofrutícola almeriense fueron de las primeras que se sumaron al cambio del modelo energético y, de hecho, muchas de ellas ya disponen de instalaciones destinadas a facilitar el autoconsumo con la aplicación de modelos basados en las renovables.


Sin embargo está siendo ahora cuando los planes para abrazar las energías limpias se han disparado. El gerente de la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería, Luis Miguel Fernández Sierra, afirma que la práctica totalidad de las empresas del sector se han lanzado a pedir ayudas con ese fin.


La factura de la luz
El motivo de ese inusitado interés no es otro que tratar de poner coto al fuerte incremento que ha experimentado la factura de la electricidad en el último año, cuando los costes energéticos se han disparado en todo el país, y en el resto del continente.


Ahora se trata de intentar rebajar esa factura de la luz aprovechando la disponibilidad de los fondos operativos de la Unión Europea para el sector agroalimentario. Por ello las empresas almerienses están ‘inundando’ las oficinas de Bruselas con multitud de solicitudes. Se trata de una línea muy aprovechable ya que la UE subvenciona el 50 por ciento de las inversiones que se realicen para la aplicación de las energías renovables.


El acceso a esas ayudas se realiza a través de las ayudas previstas para las Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH), los conocidos fondos operativos, básicamente las cooperativas y las sociedades anónimas de transformación (SAT) en el caso de la provincia de Almería..


A esa opción de ayudas se apuntan no sólo las que quieren iniciar sus planes de autoconsumo con energías renovables, sino otras que ya iniciaron este tipo de proyectos, como es el caso de Vicasol, , pero que buscan ahora incrementar la aportación de las renovables para reducir su dependencia de las grandes distribuidoras y, sobre todo, rebajar sus facturas de electricidad. “Eso sin contar con la vocación ambiental de muchas de nuestras empresas, preocupadas por colaborar en un mundo más limpio”, afirma Fernández Sierra.


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