Fiscalía pide 140 años de cárcel para una red por fondeos de hachís

La Guardia Civil halló 9.000 kilos de hachís a un grupo que ocultaba la droga en el mar

La droga estaba oculta en el fondo del mar.
La droga estaba oculta en el fondo del mar. La Voz
Javier Pajarón
07:00 • 22 mar. 2021

Un globo aflora en la superficie mar adentro. Y bajo el globo hay una larga cuerda. Y al final del cabo un racimo de fardos de arpillera asidos con mosquetones. Y más abajo, en la profundidad de Alborán, garrafas de plástico colmadas de cemento en bloque.



La droga espera destino a unas 15 millas náuticas de la Punta del Río de Adra, allí donde toma forma una de la mayores investigaciones recientes contra el tráfico de hachís a gran escala en la provincia de Almería.



Se llama Operación Knight. El caballero de esta historia es M. A. T., considerado como el verdadero capo de la droga en la presunta trama desarticulada por la Guardia Civil en 2018.



La Fiscalía solicita diez años y tres meses de cárcel para M. A. T. por delitos contra la salud pública, pertenencia a organización criminal, receptación, hurto y falsificación de documento oficial por su presunta participación en la introducción de 9.000 kilos de hachís entre marzo y julio de 2018.



A su lado hay otros 14 procesados, la mayoría ciudadanos españoles residentes en la provincia de Almería. La acusación solicita penas que suman en total 140 años de prisión y multas que van hasta los 30 millones de euros, según la calificación provisional a la que ha tenido acceso LA VOZ DE ALMERÍA.



La Operación Knight reveló un complejo sistema de relaciones y recursos enfocados “en la introducción de grandes cantidades de hachís procedentes del norte de África”.



El método utilizado se conoce como 'fondeo'. Los traficantes recurren a lanchas, pesqueros y embarcaciones recreativas para transportar los fardos hasta España, pero, en lugar de alijar en una playa o un puerto, dejan la droga hundida en el fondo con pesos muertos para recogerla en el momento más idóneo.



“Los acusados establecían contactos con proveedores desconocidos y hacían uso de diversos medios materiales que iban desde numerosas embarcaciones recreativas, teléfonos, vehículos y toda una serie de útiles para el fondeo como trajes de buzo, grandes bloques de cemento, globos elevadores y motos acuáticas”, explica la Fiscalía en su escrito de acusación.


Las diligencias de la Guardia Civil apuntan a gestiones de la presunta organización en el año 2017, aunque la primera aprehensión de hachís se produjo el 27 de marzo del año siguiente en una posición a dos millas náuticas de Balerma. Los agentes habían detectado horas antes una embarcación buscando presuntamente un punto para fondear. A la seis de la mañana, personal de Vigilancia Aduanera avistó una lancha neumática cuando intentaba hundir un alijo de 3.500 kilos.




Submarinistas La irrupción de Aduanas consiguió detectar 86 fardos de hachís sujetos a bloques de cemento. Los agentes del GEAS de la Guardia Civil (Grupo de Actividades Subacuáticas) se sumergieron para recuperar el cargamento, valorado en cuatro millones de euros y pieza clave en la Operación Knight.


Los investigadores tenían entonces un mapa bastante detallado de la estructura de la organización. M. A. T. y M. P. eran los presuntos líderes en la provincia de Almería, mientras dos hermanos marroquíes también detenidos se encargarían de los contactos con los proveedores de la droga. Ambas ramas tenían sus propios colaboradores.


El 3 de mayo de 2018 se precipitó la segunda gran intervención de hachís de la operación. “Una embarcación neumática de grandes dimensiones realiza un fondeo de 33 fardos de hachís envueltos en arpillera unidos mediante cuerdas y mosquetones a unas garrafas de plástico con bloques de cemento en su interior”.


El Juzgado de Instrucción número Tres de El Ejido, en coordinación con la Comandancia de la Guardia Civil, optó por romper el alijo antes de su transporte desde el mar hasta tierra. Los buzos volvieron a meterse en el agua para sacar a flote la mercancía.


Paralelamente, en Balerma y Balanegra se diseñaba una intervención policial de alto nivel que culminaría con detenciones, registros y decomisos a finales del mes de junio. Como si la pantalla estuviera partida por la mitad y representara dos escenas simultáneas, a la izquierda aparecía A. T. (hermano de M. A. T.) blandiendo un cuchillo jamonero de 24 centímetros de hoja ante la Guardia Civil, atrincherado en un trastero de la calle Huercal-Overa de la Balanegra; y a la derecha, los agentes entrando en inundación en un garaje de la calle Almeja de Balerma.


En la primera secuencia se hallaron 49 fardos de hachís, en la segunda 73. Los más de 4.000 kilos de estupefaciente tenían un valor de 8,8 millones de euros en el mercado clandestino, según la tasación pericial incluida en las diligencias. 


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