Los camiones de Moreno Alarcón SA

Almería se construía con Cementos Alba

Tony Fernández
19:48 • 27 abr. 2024

El cemento Alba llenó de riqueza a toda una familia. La pasión por Almería llegó de Riópar (Albacete) y fueron muchos los  ‘chóferes’ que se beneficiaron de la fiebre de la construcción en Almería, gracias a don Juan y don Antonio Moreno Alarcón. En los camiones ponía la SA de sociedad anónima y las bases estaban en el Parque de Almería y en la Estación de Servicio Las Lomas, que formaba parte del grupo empresarial de la familia. Don Juan era el gran jefe para todos y, don Antonio, el más cercano; pero nada que ver con la realidad que proyectaban, dado que el mayor de los hermanos era un apasionado del motor y disfrutaba con cada camión que matriculaba para la empresa. Llegaba a mezclarse con los conductores y viajaba con ellos.



Hasta el último de sus días don Juan mantenía camiones en una nave de Huércal. En perfecto estado de revista, para mantener vivos los recuerdos de aquel comienzo fulgurante en su Almería. Hoy que se habla de economía circular que se mire a la empresa Moreno Alarcón SA y la flota de camiones repostando en la gasolinera de la familia. Kilómetro cero.



Dos ‘Leones’



No era una empresa familiar de puertas para afuera, pero lo era. Entre las claves del éxito de Moreno Alarcón SA se encontraban Pedro y Magín López Moreno. Pedro en el Parque y Magín en Las Lomas. Dos ‘Leones’ trabajando sin parar y sin mirar el reloj. Con los camiones de sacos en el Parque y en la E. S. un cemento a granel que cambió la imagen de los camiones y llenó de silos las obras de la provincia. Ellos sabían gestionar la empresa y hacer de los empleados parte del éxito por su trato cercano y sencillo. No eran de Almería pero conectaron bien con la filosofía de la tierra y cada camión daba un plus gracias a que el ‘chofer’ trabajaba feliz y reconocido. Pedro y Magín multiplicaron la flota de vehículos de tal forma que las cocheras que se construyeron en Las Lomas quedaron pequeñas al mes de abrirse, y el mecánico, señor Soria’, no sabía donde meter a los camiones cuando entraban en reparación: porque apostaron por su propio servicio de mecánica.



El Parque



Los camiones salían a primera hora de la mañana y llegaban a la oficina junto al Puerto a por los albaranes de entregan. De tres y cuatro ejes, hacían las delicias de don Juan que se ponía a contar los kilos de cemento y se volvía loco de contento sabiendo lo que dejaría en caja ese primer viaje de la mañana. Había un almacén donde se descargaba el cemento que no tenía salida, pero con lo imprescindible debido a la gran demanda.  Los mejores conductores de Almería se fueron integrando en la empresa y transportando miles de kilos de cemento desde Lorca, cuando los camiones no tenían dirección asistida y había que estar físicamente bien para gobernar aquellos Pegasos de cuatro ejes.



Las Lomas



En la Estación de Servicio propiedad de la familia reinaba por encima de todos Magín. Tenía un despacho junto al bar, pero no le hacía falta. Todo lo llevaba como su hermano Pedro, en la cabeza, y se iba directamente a los camiones que no estaban numerados y se conocían por: ‘El Tres Bolas’, ‘El Largo’, ‘El Cuatro Ejes’, el ‘39998’ y un largo etc. Magín siempre estresado y Pedro sosegado. No parecían hermanos pero sacaban mucho trabajo adelante y repartían las órdenes de carga y descarga en mano. El combustible salía del surtidor cuando la economía circular no se había inventado, y había días que se subía en uno de los camiones para ir a Lorca a ajustar cuentas en la misma fábrica de cemento, con una cartera de cuero donde igual iba una fortuna, porque no la soltaba de la mano. Grandes hermanos. 


Apasionado

Al que más le gustaba el mundillo del transporte era a don Juan que conocía de primera mano la flota de vehículos. Apostó por la marca Pegaso al comienzo y luego llegaron los Barreiros o Dodge. Sabía que el cariño al obrero era rentable para la empresa y los conocía a todos, y cuando llegaban los nuevos se enteraba de su nombre para el trato directo con ellos. No había distancias entre los jefes y los empleados y eso fue parte del gran éxito.


Sencillo

Mi hermano Luis fue uno de los últimos en hablar con don Juan en el Paseo de Almería antes de su fallecimiento. Se veían a menudo y echaban un rato hablando de Manolo ‘Saberes’ con el que tuvo siempre un trato especial y con el que viajaba a Lorca para conocer de primera mano la vida de sus ‘choferes’. Dice mi hermano que siempre quiso ser uno de esos conductores capaz de llevar al volante al ‘Tres Bolas’ o al ‘Cuatro ejes’.


Moreno Alarcón SA compartió su riqueza con los almerienses.



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