Antas

¿Intercambiaban a sus mujeres los antiguos pobladores almerienses de El Argar?

Una investigación niega relación genética entre cuerpos femeninos enterrados en un mismo lugar

Parte del yacimiento de El Argar situado en Antas.
Parte del yacimiento de El Argar situado en Antas. La Voz
Guillermo Mirón
13:58 • 10 may. 2023

El pasado domingo salió a la luz una de esas investigaciones que pueden cambiar en buena medida la concepción que teníamos sobre nuestros antepasados más remotos. En concreto, fue el diario El País el que se hizo eco de cómo -de forma resumida- los poblados de la cultura de El Argar intercambiaban a sus mujeres para, presuntamente, evitar caer en la endogamia.

Cabe recordar que la cultura argárica, que se sitúa entre los años 2200 y 1550 a.c., cuenta con un yacimiento en el municipio almeriense de Antas que presumiblemente fue una de sus 'capitales' así como con asentamientos en otras localidades como el de Fuente Álamo, en Cuevas del Almanzora. Por lo tanto, no sería de extrañar que las mujeres que habitaban en el Antas argárico desarrollasen su vida en Cuevas del Almanzora, y viceversa.



Todo en base a una investigación científica desarrollada por el Instituto Max Planck de Leipzig junto con la Universidad Autónoma de Barcelona y publicada en la revista Scientific Report. Las dudas en el caso de que esta práctica por la que las mujeres jóvenes abandonan sus hogares (exogamia) se diera en poblaciones argáricas de Almería aún no se han disipado. Simplemente porque todavía no se han investigado sus restos para ello. Donde este estudio sí ha confirmado este tipo de prácticas casi como una certeza ha sido en las poblaciones vecinas de la Región de Murcia.

Para el trabajo en cuestión, los investigadores se sirvieron de los restos de 86 personas del yacimiento de La Almoloya (Pliego, Murcia). Al analizar su ADN, se confirmó que, tal y como subraya El País, entre estos individuos "existían 13 relaciones de primer grado (padre, hijos y hermanos) y 10 de segundo grado (nietos, sobrinos, abuelos, medio hermanos o primos)". Lo llamativo por lo tanto es "que había más individuos de primer grado que de segundo, lo cual no resulta lógico en una pirámide generacional. Por lo general, siempre habrá más nietos que abuelos en una familia. La única respuesta posible a esta situación es que los integrantes del segundo grupo no fueron enterrados en el lugar".

Sin embargo, más descubrimientos llaman a confirmar las sospechas sobre la exogamia. "La relación biológica entre los cuerpos resulta también muy curiosa. Se hallaron descendientes de un mismo linaje de varones de hasta cinco generaciones, pero ninguno correspondiente a una hija, hermana, hermano o medio hermano, aunque sí a sobrinos y nietos. Y lo más llamativo: ninguna de las 30 mujeres analizadas tenía relación genética con el resto de adultas. Por lo tanto, ni eran hermanas, ni hijas, ni sobrinas, ni tías, ni abuelas", pone en valor Vicente G. Olaya en El País.

Por si esto fuera poco, los autores del estudio señalan que “las mujeres adultas enterradas en tumbas dobles (principalmente con sus maridos) apoyan estas prácticas, ya que no cuentan con padres ni madres en el mismo asentamiento y, aparte de sus retoños, tampoco tienen otros parientes adultos, lo que sugiere que vinieron de fuera de la comunidad y que se integraron en ella a través de su unión con hombres locales”.

¿Una práctica extensible a Almería?
Preguntado por La Voz de Almería acerca de la posibilidad de que este tipo de prácticas se diera en los asentamientos almerienses, Gonzalo Aranda, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Granada y autor del libro 'La Cultura de El Argar', aclara que muchos de estos poblados eran de dimensiones reducidas, por lo que podría ser normal evitar "la endogamia" mediante lazos "con otras poblaciones", considerando este último trabajo "clarificador" también al determinar que era una sociedad patrilocal, es decir, que la mujer abandonaba su hogar para desplazarse a vivir con la familia del hombre.



"Está por determinar. Estamos en el inicio de las investigaciones de naturaleza genética, por lo que es necesario avanzar en esta línea de investigación para saber si estas evidencias se pueden extender o no a otras poblaciones argáricas", manifiesta. Basado en los elementos comunes entre poblaciones argáricas, Aranda aclara que tienen "aspectos que son comunes, y por eso hablamos de una cultura argárica, pero luego hay oras manifestaciones culturales que no son compartidas".

En este contexto, existe la posibilidad de que las conclusiones plasmadas en la investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona puedan reproducirse en los poblados almerienses aunque, para estar seguros de ello, habría que someter a un examen genético los restos encontrados en ellos, al igual que ha sucedido con sus vecinos murcianos. 








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