El edificio ‘fantasma’ de El Zapillo: 18 años esperando inversores

Recientemente un futbolista “ha mostrado interés” por el inmueble, según un propietario

El edificio está ubicado entre Avenida Cabo de Gata y calle Jaúl.
El edificio está ubicado entre Avenida Cabo de Gata y calle Jaúl.
Francisco G. Luque
11:06 • 29 dic. 2023

Ubicado entre Avenida Cabo de Gata y la entrada a calle Jaúl se erige un edificio de cinco plantas construido en la década de los sesenta que, tras cerrar la residencia de ancianos que albergó hasta 2006, se ha convertido en un inmueble 'fantasma' que lleva 18 años esperando inversores que vuelvan a darle vida en una privilegiada ubicación de la capital almeriense.



Acumula cerca de dos décadas en desuso y su deterioro provocó incluso que el histórico Pollos San Juan, que estuvo de alquiler desde 1972 en el local de la esquina principal del bajo, tuviese que mudarse por el peligro de desprendimiento de cascotes y cristales a la calle California en 2015. Actualmente este popular icono hostelero de El Zapillo se encuentra en la Avenida del Perú. 



Fue el último negocio que albergó este edificio al que Gerencia de Urbanismo abrió un expediente de Disciplina por su mal estado de conservación y en el que los bomberos tuvieron que apagar en una ocasión un incendio en su interior, donde también llegó a vivir una familia de okupas. Los propietarios, que acataron las medidas precautorias impuestas por el Ayuntamiento de Almería, actualmente siguen a la espera de encontrar compradores o arrendatarios









El problema de la financiación



"Me sorprende la cantidad de interesados que ha habido a lo largo de este 2023. Recibimos al mes un par de llamadas mostrando interés por el edificio, sobre todo de proyectos relacionados con los apartamentos turísticos (que es lo primero que hubo en el edificio)", comenta Miguel Gallardo, uno de los propietarios que admite que "necesita una reforma integral" y que "no llega la persona idónea, el que quiere comprarlo lo quiere a un precio muy barato".



Hace unos años llegó a hablarse de la posibilidad de convertirlo en una residencia de estudiantes, incluso la Unión Deportiva Almería (en la era de Alfonso García) mostró interés en este inmueble para dar alojamiento a sus jugadores canteranos, pero ninguna de estas ideas llegó a nada. También se quedó a las puertas de materializarse en 2017 el proyecto que tenía previsto darle uso comercial en exclusiva o residencial compartido, llegando a colocarse una lona informativa cuando el Grupo Tecnon, empresa de construcción y rehabilitación de edificios, empezó a reforzar la estructura de este inmueble de uso terciario que cuenta con 2.000 metros de edificabilidad.




"Es el único edificio de uso comercial que hay en la zona. Como ya nos dijo un concejal, se puede poner hasta un Corte Inglés. También un hotel o negocios de restauración, que además se ahorrarían pagar el dominio público de las mesas al aire libre", afirma uno de los propietarios, que considera que "la venta se hace cuesta arriba para los inversores. La opción más viable es el arrendamiento". Y es que, según Gallardo, el principal motivo por el que este edificio sigue en desuso "es por los bancos, que no dan nada y la financiación es un problema. Dificultan que se pueda poner en marcha".


Interés en la última década

En la última década sus propietarios han tenido ofertas sobre la mesa, recordando que incluso "un grupo de constructores ya tenían el contrato firmado y se pelearon". Miguel Gallardo destaca que casi todas las personas interesadas llegan con un proyecto en mente de hacer apartamentos turísticos, como les llegó a plantear Pierre & Vacances-Center Parcs, grupo francés del sector de las ciudades de vacaciones y de las residencias de turismo. "También un fondo noruego quiso montar de nuevo una residencia de la tercera edad", asegura.




Ideas sobran para este edificio que "está cerrado, libre de carga, con alarma y se limpia cada tres meses", pero faltan proyectos sólidos y financiación para que vuelva a recuperar su esplendor y deje de ser una estructura 'fantasma', habitada solamente por palomas pese a las grandes posibilidades que ofrece, tanto por su superficie como por el lugar en el que se encuentra.


Gallardo revela que recientemente se puso en contacto con él un futbolista, del que no da la identidad, interesándose por la situación de este inmueble en cuyos bajos, además de Pollos san Juan hubo un bar de tapas, las cocinas de la antigua residencia, una tienda de ropa, otra de bisutería y un 'todo a cien' que aún conserva su cartel. Todos los recuerdos de esa vida comercial que albergó han quedado encerrados detrás de puertas y ventanas tapiadas.


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