Obras, compras y sueldos: así se desglosa la deuda millonaria del Obispado

Más de 12 millones de la deuda proceden de gastos en obras como las del Seminario o el Palacio

El obispo, Antonio Gómez Cantero, y el emérito, González Montes, en la toma de posesión del primero.
El obispo, Antonio Gómez Cantero, y el emérito, González Montes, en la toma de posesión del primero.
Álvaro Hernández
21:15 • 26 jun. 2022 / actualizado a las 21:26 • 26 jun. 2022

Un comunicado de la Diócesis de Almería ha permitido confirmar la cifra adelantada por LA VOZ respecto a la deuda total que tiene la Iglesia almeriense: el pasivo asciende a 28,9 millones de euros.



Tal y como avanzó el obispo de Almería, Antonio Gómez Cantero, 23,9 millones de euros de esa cifra total corresponden a deuda con entidades financieras, deuda que se reparte entre dos instituciones: Unicaja y Banco Santander.



Lo más interesante de ese comunicado en el que, efectivamente, la Diócesis de Almería confirma la cifra total de la deuda, es que, además, se presenta un desglose (básico, pero desglose al fin y al cabo) del origen de esa deuda.



El desglose



Esos casi 29 millones de euros de deuda tienen su origen en cuatro tipos distintos de gasto que la propia Diócesis desglosa en su breve comunicado.



En primer lugar, 12,6 millones de euros del total de la deuda corresponden a “inversiones llevadas a cabo en los activos del Obispado”. 



Tras ese concepto poco concreto, tal y como señalan fuentes diocesanas, se encontrarían principalmente, obras. De todas ellas, destacan la intensa remodelación interior llevada a cabo en el Palacio Episcopal o las obras del interior del Seminario, ambas realizadas bajo la supervisión del entonces obispo, Adolfo González Montes.



Otras obras, como la remodelación y restauración de la iglesia de Las Salinas de Cabo de Gata o la construcción de nuevos templos o el colegio diocesano, además de la inversión realizada adquiriendo otros inmuebles, también formarían parte de esos 12,6 millones de euros.


De mayor a menor cantidad, el siguiente punto relevante del desglose serían los 11,1 millones de euros correspondientes a “gastos por retribución al personal seglar”, punto este que ya destacaba Deloitte en su auditoría: el Obispado de Almería cuenta con demasiado personal.


Otros 6,3 millones de euros del total de la deuda fueron destinados a cubrir las necesidades operativas de caja por incrementos de determinados gastos corrientes como los de reparaciones y mantenimiento.


Por último, la Diócesis de Almería señala que 4,7 millones de euros corresponden “al apoyo de parroquias con necesidades de caja”. 


¿Qué quiere decir exactamente ese concepto? Que la Diócesis acudió a salvar a ciertas parroquias para cumplir con sus respectivos compromisos de pago (de sus respectivas deudas), asumiendo un dinero que, en realidad, la Diócesis tampoco tenía.


Templos como Santa Teresa, Montserrat, o Jesucristo Redentor serían algunas de esas iglesias que habrían recurrido a las finanzas de la Diócesis para sus pagos.


¿Y el informe?

Tras el dato adelantado por el obispo en su carta de hace unas semanas y una vez conocida esta síntesis con las “principales conclusiones del diagnóstico financiero de la Diócesis de Almería”, cabe preguntarse por el informe completo de la auditoría hecha por Deloitte. 


Respecto a este asunto, la propia Diócesis aclara que ese informe “tiene un alcance limitado y consiste única y exclusivamente en un análisis descriptivo de la situación económico-financiera de la institución (...) para uso exclusivamente interno de la Dirección del Obispado de Almería, tal y como se pactó en el contrato firmado por ambas partes previa a la realización del proyecto, lo que limita la publicación completa del mismo”.


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