JJ Fuentes, el heredero del rock conquista el Teatro Apolo

El musico presentó el viernes en el Apolo su segundo disco, ‘Corazón de fuego y miel’

JJ Fuentes, en un momento del concierto del viernes 4 de febrero en el Apolo.
JJ Fuentes, en un momento del concierto del viernes 4 de febrero en el Apolo. Eva Zeta
Kike Parra
13:50 • 08 feb. 2022

Mientras grandes multitudes llenaban el viernes el estadio de fútbol y el Auditorio, pese a la crisis y los rigores de la pandemia, Almería se vestía de primavera para la presentación de 'Corazón de fuego y miel', segundo larga duración de JJ Fuentes, cantautor rock y roquetero. Salieron uno a uno los músicos al escenario, recibiendo un tímido aplauso cuando su líder se acercó al micro para comenzar (tras unos arpegios de Ángel Peñalver autorreferenciales a su 'Hija de la Alpujarra') el coro tricromático a capella que introduce el heroico primer corte del disco, 'Cerca del paraíso'.



El segundo tema del setlist y a la sazón del LP cuela en su estribillo el apellido de uno de sus indisimulados referentes: Lapido. Esta canción, -con un guiño al solo de guitarra de una de sus canciones y que Peñalver emula con destreza- habla del enrarecido comienzo de esta década vigente, en la que “los ataúdes llenan los polideportivos”. Y precisamente cuando las butacas del Apolo parecían estar ocupadas por seres inánimes, nos espabiló 'Tu miedo' con la sorprendente línea de bajo de Álex Martínez, púa en mano y con un timbre un tanto slapero, que enriquece a la banda sin abandonar su obligado marchamo folk.



Llega el primer cambio de “vestuario”, con Fuentes ahora empuñando su Alhambra acústica y Peñalver al weisenborn, haciéndonos volar con la tierna pero también áspera balada bluegrass: 'Que el olvido se apiade de ti'. Por su parte, cambiaba a su vez las baquetas por escobillas José Trujillo, aportando un tempo más apacible, al tiempo que el teatro empezaba a oler a café de cowboy, piel de vaca curtida y rancho de Wisconsin. Sin abandonar esta dimensión rural, el líder de la banda dedicó unas palabras de homenaje “a todos los que somos de pueblo”, presentando una de mis debilidades del nuevo disco 'En la acequia', donde ulula el pedal steel y nos transporta a una España campestre de posguerra narrada por una pareja, feliz en la adversidad.



Se rogaron las primeras palmas al tímido público, que se animaba poco a poco, dando paso a una de las más bellas y maduras canciones de su corta carrera. 'Si no es contigo' es una ranchera con complejo de bolero y apego por el apellido Urquijo, y es que otro de sus tótems musicales son sin duda Los Secretos. Destacar el magnífico trabajo en los coros de Peñalver y especialmente de Juan Antonio Hernández, otrora bajista de la banda, esa noche en la sombra, pero a cargo de la percusión, guitarra acústica y voz. Al espontáneo grito de “¡Viva México, cabrones!”, JJ ya se mostraba mucho más tranquilo y sonriente que al inicio, y ello permitió que desde la grada e incluso el escenario hubiera intercambio de gritos, chanzas y risas, que rebajó la tensión y sobriedad con que la noche había comenzado. Sin duda, en esta ciudad hay ganas de música en directo, y eso no hay virus que lo impida.






Lorca, Cioran, Kafka, Miguel Hernández, Machado, Cohen o Bécquer son sólo algunas de las figuras que conforman el crisol creativo del autor almeriense (sin renunciar a su propia identidad), y de hecho a dos de las 'Rimas' de este último se ha atrevido a poner música en el disco, bien defendida en vivo aun en ausencia de los arreglos de vientos de estudio. Seguidamente, sonaron unos versos basados parcialmente en un poema de Benjamín Prado y musicados por Fuentes para su anterior trabajo, que podemos disfrutar si buscamos en la red el videoclip de 'Si quieres que nos conozcamos mejor”, primer single de su anterior LP. El show fue ganando en intensidad rockera, entre la furiosa épica de Springsteen y la elegancia de Tom Petty, ya que de influencias hablamos. 



Llegó el turno de 'La manzana prohibida', con una zumbona presentación de Fuentes, quien aprovechó para contar una divertida anécdota etílica de juventud, protagonizada por su amigo y compañero Juan, que sólo conocemos los asistentes. Después, presentando su segundo single del disco, 'A los pies de la Alhambra' reveló haberse inspirado en la trágica muerte de una chica que conoció en la ciudad nazarí y es que, como buen príncipe mestizo (padre almeriense, madre granadina), no escatima en piropos hacia el lugar donde hace años vivió, estudió y fue feliz.



Vuelve la sobriedad rockera con el machacón riff de bajo que estalla en el estribillo, como “un disparo al corazón”, que no es otro que 'Cuestión de honor', tema que dio nombre a su anterior trabajo homónimo, con alma de single furtivo y tintes de cine negro. En absoluto contraste, llegó un humorístico rock and roll, cuya letra fantasea con arruinar una boda y que contiene, en palabras su autor, “alusiones al tamaño de pene”; quien no se lo crea, puede pinchar el séptimo corte del disco, llamado '¿De verdad te casarás con él?'. Siguen las alusiones a la literatura, sonando ahora la stoniana 'El perro del hortelano', y dando paso a su viejo-nuevo éxito 'Orgánico', que sonó mucho más decididamente folk que meses atrás en la Plaza de Toros de Roquetas, una canción que defiende lo natural y verdadero, frente a la alienación y el control del pensamiento de los poderes fácticos. 


El setlist se cerraba con su single de presentación 'Ave Fénix', cuya temática aprovechó Fuentes en el Día Mundial contra el Cáncer para dedicar unas palabras a quienes sufren esta enfermedad. También agradeció al Ayuntamiento de Almería y sus trabajadores el haber hecho posible esta mágica noche, pero sabiendo que el público no querría acostarse temprano, pues comenzaron los aplausos y gritos pidiendo otra, y los bises no se hicieron de rogar.


Entre la penumbra y el humo apareció con una tétrica versión de la popular 'Madre, anoche en las trincheras' sólo con su voz y su Rickenbacker distorsionada y con la ganancia al 9, más rabiosa y desgarrada que su versión de estudio. Tras esto, el cantante fue presentando uno a uno a sus músicos, tras lo cual sacó una bandera de Roquetas de Mar y se dirigió a los paisanos que hasta allí desplazaron. “No lo quisieron, otros sí”, argüía agradeciendo al Ayuntamiento capitalino haber apostado por él, al tiempo que lamentaba amargamente no haber podido presentar su disco en su patria chica, todo ello sin desprenderse del pabellón blanquiazul.


El cierre lo puso la preciosa canción que también despide el flamante álbum, la intimista y misteriosa 'Miss Almería', que ha levantado no poco revuelo en ese mentidero particular que el joven oficia en su Instagram, interpelado por sus seguidores acerca de la identidad de la protagonista. “Dije que si llenaba el Teatro Apolo revelaría quién es Miss Almería, pero os vais a quedar con las ganas”, bromeó el roquetero, pues diríase que la totalidad de las localidades fueron vendidas, en una noche que nos llenó el corazón de fuego (rock) y miel (amor) hasta las trancas.


Kike Parra es cantautor.


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