Del Sagrado Corazón al puzle de la biblioteca: restauración del Ayuntamiento

Devolver las puertas a su estado original es uno de los grandes retos

Lola González
20:28 • 16 abr. 2023

La rehabilitación de la Casa Consistorial de Almería se ha alargado en el tiempo tanto que a muchos de los que recorrimos multitud de veces los pasillos que conectaban la Alcaldía con el salón de plenos, o esa especie de balconera interior que no llevaba al área de Servicios Urbanos o a la de Mantenimiento, o el pasillo oscuro que nos dirigía a lo que antes era el gabinete de prensa, nos ha permitido idealizar aquel edificio en mal estado lo que supone que ahora, al entrar a lo que será el nuevo Ayuntamiento de la ciudad, nos sintamos algo perdidos tratando de encontrar elementos que nos digan dónde estamos como si de un mapita con un punto rojo se tratara.



Esas señales para los nostálgicos están llegando poco a poco a un edificio aún en obras pero en el que se está intentando restaurar todas y cada una de las piezas que cuentan algo de historia. De devolver a la vida gran parte del mobiliario, de las estructuras y hasta de las esculturas es responsable la restauradora de Jarquil, Noemí Sánchez Oña, y el artesano y escultor Francisco J. López Reyes.



Tienen su taller de operaciones apenas a unos metros de la obra, en los soportales de la parte ya restaurada del Ayuntamiento. Nada más entrar se puede contemplar todo lleno de muebles de la antigua zona de biblioteca, grandes puertas que están en proceso de restauración, ornamentaciones de escayola, y multitud de materiales de trabajo. Comenzamos por la primera zona de trabajo. Sobre  un espacio formado con tres mesas en forma de U encontramos varios trabajos en escayola. “Estos son los relieves de escayola que estaban sobre las puertas del salón de plenos”, me explica Noemí Sánchez. Me quedo sorprendida porque, como casi todo en este edificio, tiene truco. Siempre pensé que toda esa ornamentación era de madera (algo similar a lo que me ocurrió con el artesonado) pero no. “La policromía que le dieron era parecida a las puertas y por eso daba la sensación de madera. Es cierto que las molduras o las ménsulas sí son madera, pero los relieves superiores, no”.



Estos relieves están divididos en tres partes: una central con el escudo de la ciudad y dos laterales con figuras humanas. “Dos de los relieves estaban en muy mal estado por lo que decidimos sacar moldes y reproducirlos”, me contaba la restauradora señalando uno de los nuevos aún sin policromar. Porque el objetivo es restaurar y consolidar el color de los originales y convertir estos nuevos en otros similares. 



En otra de las mesas hay ‘algo’ recubierto por una especie de espuma blanca. “Cuando llegamos al salón de plenos, todavía había colocados relieves. Tuvimos que arrancarlos porque se va a revestir con madera y estaban en mal estado de conservación”, precisamente por esto, hubo que realizarles todo un proceso de preparación para no dañarlos: “primero pusimos un papel japonés con resina acrílica, se le hizo un engrasado también con resina acrílica, y después le pusimos espuma de poliuretano para convertirlo todo en un bloque macizo para poder picar alrededor del muro sin que se rompa”, detalló la restauradora que adelantó que ahora toca eliminar todo lo que se le ha puesto, consolidar la policromía y limpiarla.



Mejoras



Este trabajo se realiza a la vez que se trata de ‘resucitar’ la imagen del Sagrado Corazón que presidía la entrada del edificio en una hornacina hecha a medida para él. Esta imagen, cuya restauración ha descubierto que es obra de Nicolás Prados López, conocido imaginero que en Almería realizó también el Cristo Yacente y la Virgen de los Dolores de la Hermandad del Santo Sepulcro. Esta imagen, cuya visión actual es de un tono azulado que asusta, ha sufrido años de repintes sin control y al mirarla se ve un parte con ese tono y la otra mitad, con los colores originales. “Se le han hecho unas catas para ver cómo es la policromía original. Todavía no está ajustada la limpieza. Lo que vemos en la parte azulada son pigmentos que han virado a lo largo del tiempo y que han cogido otra tonalidad”, me explica Noemí Sánchez. La imagen también tiene dos falanges rotas, en una de ellas hay una intervención “con silicona” que, al menos, “ha perdido que no se pierda”.



Otra de las restauraciones complejas ha sido la de los relieves de la Virgen del Mar y San Indalecio. El resultado es espectacular. Han recuperado colores y vuelven a parecer madera, pero lo cierto es que el proceso ha sido duro. Explica la restauradora que “además de todos los repintes que se le dieron cada vez que se pintaba la pared y en el mismo color, se le dio una capa de yeso encolado encima para pintarlos”. Esto que pudo destrozarlo también puede que les valiera para seguir ahí porque parecían piedra o parte de la pared en la que estaban.


Mobiliario

Ahora mismo la restauración en marcha se centra en dos grandes cosas. Por un lado, el proceso de recuperación de las puertas del edificio. Sobre ellas está trabajando Francisco J. López Reyes, un artesano hijo de ebanista, quien explica que lo más complejo ha sido acabar con las capas y capas de pintura, así como la labor de incluso tallar y reproducir algunos de los ornamentos dañados. Precisamente estaba restaurando una de las que puertas del salón de plenos presidida con una cabeza humana que me resultó familiar.


“El decapado fue horrible”, afirmó Noemí Sánchez mientras señalaba un grupo de varias puertas muy grandes, ya restauradas, que estaban frente a nosotros. “Tenían capas y capas de pintura brillante que costó sacar” y que todavía pueden verse en la que servirá para cerrar la biblioteca que aún está pendiente. 


No se sabe la fecha de cada una de estas puertas pero es cierto que “una puerta como esta, de esta calidad, no la deshechas, la vas adaptando” y así se puede comprobar en su parte baja en la que se ve con claridad añadidos posteriores para hacerlas más grandes.


Al fondo de la sala se pueden ver algunos de los muebles que formaban la biblioteca del Ayuntamiento. Están aún pendientes de restauración aunque algunos ya están listos y colocados en la obra, así que, me llevan a verlos. Al entrar, por fin reconozco ese espacio. Ya se ha colocado aquella escalera de madera que daba acceso a la parte alta de la biblioteca y se han ubicado algunos de los armarios. “Se han restaurado y dado un tratamiento antixilófagos”, me explica Noemí Sánchez. “Estamos ahora mismo tratando de resolver el puzle. Estos armarios se arrancaron para trasladarlos y algunos de ellos sufrieron roturas, se guardaron en una nave en el sector 20 durante mucho tiempo y encontrar todas las piezas está siendo muy difícil. Cada vez que vamos nos traemos algunas que no habíamos visto” y por todo ello, la composición nuevamente de la biblioteca tal y como la conocimos “es como hacer un puzle”. Es cierto que para componer este espacio siguen varias imágenes que tienen de esta sala y saben que habrá que reproducir algunas piezas para que todo encaje, pero están convencidos de que encajará.


Dentro del edificio hay mucho sobre lo que hablar en lo que a su trabajo se refiere. Tiempo habrá también de contarlo. Lo cierto es que esta labor de conservación es fundamental para el Ayuntamiento y así lo asegura la alcaldesa, María del Mar Vázquez. “En el proceso de obras que se vienen desarrollando en este proyecto se ha promovido la restauración de elementos arquitectónicos, bienes muebles, forja, solería, balaustradas y relieves y carpintería de madera, una gran cantidad de elementos que vienen además a significar la importancia que siempre se ha dado a esta actuación”, aseguró. 


“Ya queda menos para poder disfrutar y recuperar para la ciudad nuestra Casa Consistorial, un edificio con una especial significación histórica, cultural y patrimonial. Estoy además convencida que los elementos recuperados en esta restauración supondrán todo un aliciente en la visita que los almerienses hagan a su rehabilitada Casa Consistorial”, afirmó.


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