Melina Costa: La mente te puede paralizar para que le prestes atención

El 30% de los conductores ha referido alguna vez sentir miedo al volante, según un estudio sobre seguridad vial de Mapfre. Algunos van más allá y se niegan a conducir un vehículo. Sudor, taquicardias o mareos vienen a confirmar la amaxofobia o fobia a la conducción. Melina Costa Zaguirre, psicóloga del centro médico Bayyana, utiliza, entre otras terapias, la hipnosis clínica para ayudar a estas personas que, muchas con más de 15 años al volante, no se ven capaces de volver a conducir. Argentina de nacimiento, aunque lleva 25 años en Almería, Costa se considera “apasionada” de la mente y disfruta ayudando a otros a superar sus fobias.

Dicen que es capaz de revertir la amaxofobia o el pavor a conducir un coche, ¿cómo lo hace?
La amaxofobia es más común de lo que se pueda pensar. Todo depende del origen del temor. Puede ser postraumático por un suceso grave que afecta negativamente o puede desencadenarse de un día para otro. Estos son precisamente los casos más comunes y también aquellos en los que cuesta más desenredar la mente.

¿Qué ocurre?
Son personas que han llevado el coche siempre y, de un día para otro, se sienten incómodas. Se sienten alerta, con mucha ansiedad. Sudan, padecen mareos o taquicardia y temen perder el control del vehículo. Nunca les había pasado antes; son personas muy prudentes y llegan a la consulta desconcertados.

¿Qué pueden hacer?
Como le decía, son personas que, normalmente, necesitan el vehículo para el día a día y se sienten desconcertados. La mente es muy puñetera y le para a uno en lo que ‘sabe’ que le va a prestar mayor atención. 

¿Cómo aborda al paciente en la consulta?
Primero se busca el origen del problema. Suelen ser personas muy protegidas por referentes y el coche es autonomía, libertad. Y cuando uno pierde esa libertad, las alertas del sistema nervioso se disparan. Trabajamos los rasgos de personalidad y a raíz de ahí vamos a ir permitiendo márgenes de error para, aunque parezca contradictorio, obtener cierto control sobre uno mismo. Y después se reestructura el pensamiento a través de reencuadres.

¿Cómo es eso?
Se utilizan técnicas de programación neurolingüística en las que la comunicación juega un papel importante. El terapeuta actúa como un sherpa, lleva el equipaje y va guiando para que el paciente llegue al origen de la emoción miedo, que es la que  causa la ansiedad y la fobia. También, en algunos casos, se utiliza la hipnosis clínica.

¿Hipnotiza?
No se pierde la consciencia en ningún caso. Se empieza con relajación y cuando el paciente logra un estado concreto, accedemos a su sistema límbico donde se controlan las emociones. La idea es acceder a su primera vez con ansiedad y reencuadrarla en seguridad.

¿Es algo rápido?
El paciente busca rapidez pero hay que seguir un proceso. Eso sí, son terapias de tiempo limitado. El paciente no puede crear dependencia hacia el terapeuta.