El pueblo de la Alpujarra almeriense detenido en el tiempo: casas burguesas frente a cuevas campesinas
Terque posee uno de los conjuntos arquitectónicos más notables del Valle del Medio Andarax, debido a la riqueza generada por la uva de Ohanes

Vistas panorámicas de Terque, en la provincia de Almería
Terque se encuentra enfrentado entre dos cerros, la Santa Cruz y Marchena, las dos culturas predominantes en su historia; en el primero se funda la villa de perfil más castellanizantes de la comarca de Almería, simbolizado por su gigantesco olmo, su urbanismo de nuevo y ausencia de alminares, ya que el protagonismo musulmán corresponde al segundo, Marchena.
El crecimiento demográfico se mantiene a lo largo del siglo XIX, debido a la riqueza que aporta el cultivo de la uva de Gádor, siendo los años 1877 y 1887 los de mayor número de población, llegando a contabilizar 957 y 926 habitantes respectivamente.
La elegante arquitectura burguesa de Terque
Fue a finales del siglo XIX y principios del XX, vivió una auténtica edad dorada. La exportación de la uva de barco, producto estrella del valle del Andarax, generó una pujante economía que dio lugar a una nueva clase social: los burgueses agrícolas. Comerciantes, terratenientes y exportadores que, movidos por el éxito económico, comenzaron a levantar viviendas que reflejaran su estatus y su buen gusto.

Casa de los Caballitos en Terque
Estas casas señoriales, que aún pueden admirarse en calles como la Real o la de la Iglesia, destacan por sus fachadas simétricas, balcones de hierro forjado y portones de madera tallada. En su interior, los suelos hidráulicos, los techos altos y los patios interiores hablan del refinamiento y la vida familiar de una época marcada por el trabajo, la fe y la ostentación moderada.
Pero más allá de su belleza arquitectónica, las casas burguesas de Terque son también un testimonio social. Representan la convivencia entre dos mundos: el de los propietarios que impulsaron el desarrollo local y el de los jornaleros y artesanos que hicieron posible ese auge.
La Casa de los Caballitos: orgullo burgués en Almería
Aunque el pueblo entero la conoce como “Casa de los Caballitos”, lo cierto es que esos “caballos” que vigilan desde lo alto no son tales. Se trata de grifos, criaturas mitológicas con cuerpo de león y cabeza y alas de águila, símbolo de poder y vigilancia. Fueron colocados a comienzos del siglo XX como guardianes de la fortuna y el prestigio de su propietario, el empresario Juan Cantón, un destacado exportador de uva que hizo prosperar la economía local en tiempos de bonanza agrícola.

Casa de los Caballitos en Terque
La Casa de los Caballitos es una vivienda burguesa construida en una época en la que los comerciantes almerienses buscaban reflejar su éxito a través de la arquitectura. Su fachada destaca entre las callejuelas del casco antiguo por la rejería de los balcones, los moldurados ventanales y las iniciales del propietario grabadas en piedra, una costumbre que evidenciaba orgullo familiar y posición social.
Las casas-cueva, la otra cara de la moneda
En el corazón del valle del Andarax, las laderas de Terque guardan un tesoro excavado en la roca: las casas cueva. Frente al señorío de la arquitectura de la clase media-alta, las casas-cueva eran habituales entre aquellas personas que no podían costear construcciones tradicionales, porque es más económica, ya que se aprovecha el terreno ya existente.
Su origen se remonta a tiempos en que el terreno —de naturaleza arcillosa y yesífera— ofrecía la posibilidad de excavar sin grandes medios, permitiendo levantar hogares frescos en verano y cálidos en invierno. Además, cuenta con la ventaja de que la temperatura interior es más constante, lo que proporciona frescura en verano y cierto abrigo en invierno.

Interior de la Casa Cueva con encanto en Terque.
Por otra parte, al estar incrustadas en el terreno, muchas veces pasan desapercibidas desde el exterior o se mimetizan con los cerros. En su interior se respira la memoria de una comunidad laboriosa, que supo convertir la geografía en aliada. Hoy, algunas de estas viviendas se conservan y restauran como alojamientos rurales o espacios de interpretación, recordando a quien las visita que, a veces, el verdadero lujo está en lo esencial: un hogar hecho de tierra, silencio y sabiduría ancestral.
Museos que Conservan la Memoria de un pueblo
El Museo Etnográfico, el Museo de la Uva del Barco y el Museo de la Escritura Popular son paradas obligadas para entender aquella época de esplendor. En ellos se guardan objetos cotidianos, documentos, fotografías y testimonios que permiten reconstruir la vida en un pueblo vibrante, trabajador y orgulloso de su identidad.

Visitantes a una exposición en la Casa Cueva de Terque.
De la Prehistoria a Roma: Los primeros asentamientos en Terque
Posiblemente el primer asentamiento cultural de este municipio del Levante almeriense se remonte a la Prehistoria, cuyo solar poblado de cuevas milenarias se halla en el entorno que encontraron los ocupantes de Los Millares en el 2.500' a.C., herederos de la cultura neolítica.
Provincia
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Tito Sánchez Núñez
Pero antes que Terque fue Marchena, un cerro que por su importancia estratégica será testigo directo y emplazamiento de sucesivas culturales a lo largo de los siglos. La primera referencia que tenemos es de época romana, en el topónimo de Marchena es un antropónimo Marcius, el cual tenía su villa en el cerro, probablemente en la época de Augusto, estando Hispania romanizada.