Almería presume de monumentos cargados de historia y belleza que figuran en cualquier guía turística: la Alcazaba, la Catedral de la Encarnación, el Monasterio de las Puras o sus museos son paradas obligadas y muy admiradas por visitantes de todo el mundo.

Sin embargo, incluso muchos almerienses desconocen que la provincia guarda rincones secretos que merecen ser visitados al menos una vez en la vida. 

Uno de ellos es la pequeña Cueva de la Virgen. Situada en la Alpujarra Almeriense, esta gruta se convirtió en lugar de peregrinación desde 1955, cuando la Virgen María se apareció, según se cuenta, a una maestra y a sus alumnas. 

La noticia se propagó rápidamente por la cuenca del Andarax, y pronto varios peregrinos aseguraron haber sido testigos de nuevas apariciones. No todos coincidían en la advocación: unos hablaban de la Virgen del Rosario y otros de la Virgen de los Dolores, pero sí lo hacían en que, sin duda, se trataba de un milagro.

La Iglesia, en cambio, no acogió con entusiasmo estas manifestaciones. El propio párroco del pueblo reprochaba a sus feligreses que acudieran a la cueva a rezar en lugar de a la iglesia. Y, como las peregrinaciones no cesaban, decidió tomar una drástica medida: intentar destruir la cueva.

El pueblo se opuso con firmeza, pero detener una excavadora no era tarea sencilla. ¿Logró su objetivo? Por fortuna, ya fuera un milagro o simple casualidad, la máquina destinada a derribar la cueva se averió no una, ni dos, sino hasta tres veces antes de comenzar el trabajo. Finalmente, los operarios desistieron y la cueva quedó intacta.

Hoy puede visitarse en Terque, un pequeño pueblo de menos de 500 habitantes en plena Alpujarra Almeriense, que además de la Virgen de la Cueva ofrece otros rincones con encanto como la La Iglesia Parroquial de Santiago Apostol, del siglo XVI; el lavadero, que data del siglo XIX, pero sin duda la joya de la corona son los conocidos Museos de Terque, con su Museo Etnográfico, Museo Provincial de la Uva en Barco, La Modernista, o el Museo de la Escritura Popular.