La imagen del equipo en el estreno en Anoeta no fue mala y el partido se decidía en una jugada brillante del Sanse, pero caer en casa ante el Andorra penaliza mucho a un equipo llamado a subir a Primera que va en sentido contrario a lo que ya parecía una tónica: comenzar bien las temporadas y luego desinflarse. Perder ante dos equipos ascendidos es un duro castigo para el conjunto que entrena Gabi Fernández, y para reparar el roto ya están todos manos a la obra porque Txema Indias no ha dicho su última palabra en el mercado y habrá fichajes. Los fantasmas persiguen al Zaragoza es como si la pasada Liga no hubiese terminado.

La Segunda es una categoría de rachas y cuanto antes pasen las malas mejor, porque a estas alturas de la pasada campaña el equipo de Víctor Fernández deslumbraba ganando partidos y se empezaba a hablar de la Primera con todo el riesgo que conlleva. La categoría es muy dura y nada te garantiza un final feliz. Empezar bien o mal en una competición tan larga tiene arreglo y en ello están los hombres del club, que ven como la afición no tuvo un estreno feliz del Ibercaja Estadio y toca ir a Castellón a por la primera victoria porque hay equipo para ello.

Cambio de guion radical esta temporada

Con el calendario en la mano todo apuntaba a que el Real Zaragoza podía hacer pleno de puntos y estaría a día de hoy con Real Valladolid, Sporting y Racing, por ejemplo, pero ha tocado empezar mal y ponerse todos a remar porque la plantilla es buena y el escudo pesa mucho a todos los niveles y la repercusión que generan los resultados es enorme en la categoría. Mejor que el equipo haya mostrado sus carencias en los dos primeros encuentros para poder aplicarse en el trabajo diario y en el mercado que sigue abierto para mejorar.

El Real Zaragoza nunca pasa inadvertido porque su historia se lo impide y todo suena el doble que la mayoría de sus rivales y en la medida de conseguir buenos marcadores se alcanzará esa velocidad e crucero que lleve al equipo a donde le corresponde. Le ha pasado también al Granada con un maestro en el banquillo como Pacheta, y nadie descarta al equipo nazarí como no se puede borrar de la lista de candidatos al club con más temporadas en Primera de la categoría. El Castellón que esta temporada apunta alto tampoco ha sumado un solo punto.

La categoría de las rachas

No hay tiempo de lamentar ni de celebrar en la división de plata donde cuesta mucho ganar un partido y la igualdad es enorme. Para el Real Zaragoza quedan 40 jornadas por delante para ir en sentido contrario y acabar arriba peleando un ascenso después de unos inicios de antología cuando el equipo asustaba y luego perdía fuelle y caía en la clasificación. Una buena racha siempre acaba por llegar y hay que aprovecharla porque con las malas hay que contar en una división tan dura.

Tener cero puntos en la segunda jornada genera tensión en los profesionales y presión en el entorno porque en Segunda el grado de paciencia es mínimo y las malas rachas se suelen llevar por delante a buenos entrenadores. La paciencia es corta y los dirigentes no quieren pañuelos en los palcos cuando manda la historia y pide una afición soberana que en el caso del Real Zaragoza es de las más numerosas de España, y se encuentra cansada de tanta Segunda División.