La Voz de Almeria

Sociedad

"Nadie está libre de quedarse sin hogar": así es la unidad diurna de Cruz Roja en Almería

La nueva unidad acerca a las personas en situación de calle no solo alimentos o agua, sino también trámites, información y dignidad

Voluntarios de Cruz Roja atienden a una persona en situación de calle.

Voluntarios de Cruz Roja atienden a una persona en situación de calle.Cruz Roja

Elena Ortuño
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En Almería, la vida de quienes duermen al raso no siempre se cuenta en titulares. Muchas veces -la mayoría-, sus historias se esconden tras los portales cerrados, los bancos de las plazas o las chabolas improvisadas. Hasta ahora, la Cruz Roja los encontraba sobre todo al caer el sol, con sus unidades nocturnas. Pero desde mayo esto ha cambiado; el amanecer trae otra oportunidad: la unidad diurna para personas en situación de calle. 

"Queríamos acercarnos a ellos en otro momento del día, cuando están más despiertos, más lúcidos, y cuando la conversación puede ir más allá de cubrir una urgencia", cuentan Celia Cortés y Santiago Martínez, técnicos y educadores del programa. 

Mucho más que agua o una manta

Las salidas arrancan temprano, alrededor de las 9.00 horas. El itinerario recorre barrios de la ciudad -desde la Vega de Acá hasta el Paseo o Pescadería- y allí, entre calles y descampados, el equipo busca a quienes no tienen un lugar donde volver.

A veces el gesto es sencillo: una gorra y una botella de agua fresca en verano, una manta en invierno. Otras, es vital: pedir una cita médica desde el mismo móvil corporativo, acompañar en un trámite, vigilar el estado de alguien que atraviesa una cuarentena o, en momentos extremos, acompañar a alguien en riesgo de suicidio: "El espíritu no es solo asistencial. Es conocer su situación, escucharlos y abrirles la puerta a recursos que desconocen", explican. 

La unidad diurna de la Cruz Roja durante una de sus intervenciones.

La unidad diurna de la Cruz Roja durante una de sus intervenciones.Cruz Roja

Historias que se cruzan en la calle

Cada salida deja un rastro de pequeñas historias. Como la de un hombre enfermo que, en cuarentena y sin poder moverse, recibió durante semanas comida, medicación y hasta una manta gracias a la unidad. O la de quienes, tras meses de invisibilidad, agradecen que alguien simplemente les pregunte cómo están.

No siempre es fácil. Hay quienes rehúsan cualquier ayuda: "También eso hay que respetarlo. Es su forma de vida", dicen Celia y Santiago. No obstante, la mayoría recibe la visita como un respiro. "El sentirse escuchado ya es mucho", afirman.

Fátima, Celia y Santiago posan en el Centro de Atención Social de Cruz Roja.

Fátima, Celia y Santiago posan en el Centro de Atención Social de Cruz Roja.Elena Ortuño

Un recurso pionero en Almería

La unidad diurna comenzó a rodar en marzo, tras varios meses de prueba. Hoy, en Almería capital y en Roquetas de Mar ya forma parte del día a día. Solo este año, han atendido en ruta a alrededor de 20 personas, dentro de un engranaje más amplio que en la provincia alcanza a más de 2.000 entre centros de día, pisos de inserción y salidas nocturnas.

"Desde la pandemia hemos visto un aumento de gente en calle. Y cada historia es distinta: puede ser una ruptura familiar, una adicción, un despido, un alquiler imposible… Nadie está libre de que un giro vital lo arrastre a esta situación", explica Fátima Cayo, trabajadora social de Cruz Roja y responsable de las unidades diurna y nocturna.

Romper con el estigma

El mensaje es claro: cualquiera podría estar ahí. "Mantener hoy una vivienda cuesta muchísimo, incluso trabajando. Imagínate sin ingresos. Por eso pedimos que, al menos, se trate a estas personas como lo que son: personas". Quienes dan el paso y acuden al centro de día de Cruz Roja, encuentran ducha, comida caliente, acceso a internet y profesionales que acompañan. Esa primera puerta al centro suele abrirse en la calle, bajo el sol de la mañana, cuando un voluntario con chaleco rojo se sienta a preguntar cómo estás.

Cruz Roja insiste en que sin su voluntariado nada sería posible. Es por esto que tanto Fátima como Celia o Santiago hacen un llamamiento: "Estamos en el parque Nicolás Salmerón, cualquiera que quiera aportar su tiempo puede sumarse al equipo. Es un granito de arena, pero juntos construimos dignidad", concluyen.

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