Las Cuatro Calles: transición del comercio a la juerga

Los pubs sustituyeron a las tiendas a partir de la década de los 80 en esta zona del centro

Final de la calle Eduardo Pérez
Final de la calle Eduardo Pérez La Voz
Miguel Cano
10:26 • 31 jul. 2019

Almería crece y la población necesita divertirse. A los 200.000 habitantes y, en concreto, a los adolescentes y jóvenes adultos no les pasa desapercibida una de las zonas de ocio de la capital: las Cuatro Calles. Además de los locales situados en el puerto deportivo de Aguadulce, los negocios y los pubs de este enclave son testigos directos de la noche almeriense.



Estas calles se encuentran en pleno casco histórico. Eduardo Pérez, Séneca, Trajano y la calle Real componen un cuadro de arte callejero en el que cientos de almerienses se citan cada noche. En todas y cada una de ellas encontramos un local de ocio o un grupo de amigos. Los universitarios no cuentan con clase el viernes, por lo que a partir del jueves las Cuatro Calles tienen mucho que decir en el panorama de diversión de la ciudad.



La apariencia de estas vías en el día es muy distinta durante la noche. El aspecto deteriorado de las construcciones engaña a más de uno pero deja entrever un aspecto esencial de su pasado. Antes de convertirse en una zona de marcha, reunía diferentes tiendas por lo que se erigió en una importante zona de comercio. Situadas al lado de la imponente Catedral de Almería, su ubicación era ideal y los comerciantes y tenderos lo han sabido siempre. Los miles de niños que correteaban por estas calles fueron testigos del cambio. El colegio Nuestra Señora del Milagro, cercano a la Catedral, los acogía durante su etapa escolar.



Alejados de las grandes superficies, los negocios que reunían estas calles eran muy pequeños y de todo tipo. Fontaneros, panaderos, mecánicos, fruteros y verduleros poblaban antaño estas calles. Los bares y los pubs fueron sustituyendo a estos establecimientos a partir de la década de los 80. La ciudad con discotecas provincianas quería convertirse en un municipio moderno con zonas de marcha no dependientes de grandes espacios.



Resistiendo al tiempo



Sin embargo, hay un negocio que ha permanecido impasible al paso del tiempo. La farmacia Las 4 calles se ha mantenido en medio de discotecas, 24 horas y bares. Ubicada en plena Calle Real, los objetos que vende son muy distintos pero consigue atraer a muchos de los ciudadanos. El negocio se asentó en 1976, unos años antes del inicio de la ‘movida’. “No nos afecta ni nos beneficia estar rodeados por pubs y discotecas”, comenta uno de los empleados de la farmacia. 






El modo de vida de los vecinos ha cambiado sin lugar a dudas. Los ruidos a altas horas de la noche son habituales y la población ha envejecido. El farmacéutico expresa que la zona se está despoblando, unas calles que conocen mayor vida durante la noche. La vida antaño era mucho más viva y personas de todas las edades poblaban los rincones y las calles del casco histórico de la capital. Todas alguna vez tenían urgencia por encontrar algún producto de los pequeños negocios así que el barrio estaba mucho más concurrido.


Muchas de las personas nacen y viven toda su vida en su lugar de origen. Este es el caso de la vecina que atiende a LA VOZ. Antes de la década de los 80 y 90, explica que las calles y plazas del centro estaban muy concurridas. “Las calles estaban llenas de niños”. Plazas cercanas a las Cuatro Calles como la Plaza de la Catedral o la Plaza de los Burros siempre presentaban un buen número de chiquillos.


Según cuenta la misma vecina, la vida era mucho más tranquila y los niños jugaban en la calle. El aspecto de las Cuatro Calles era muy diferente, un camino muy transitado para acceder a las diferentes plazas del centro. “Existía una mayor comunicación entre las personas y había un mayor esfuerzo por integrarlas en el barrio”, declara.


El casco histórico y, en concreto, las Cuatro Calles se han convertido más en un lugar de visita que en una zona útil para la vida cotidiana. Tras recorrerlas y admirar su belleza, los visitantes marchan a sus respectivos hogares, por lo que la vida en el centro queda reducida a estos “paseos turísticos”. Las Cuatro Calles constituyen un ejemplo más de un cambio social y demográfico.


Cambio social y demográfico

La despoblación y el envejecimiento de la población de las Cuatro Calles y del centro son una realidad. Lejos quedan ya los paseos y las compras de los vecinos en las tiendas. La situación se compensa con las salidas nocturnas de los jóvenes y adultos pero no es suficiente.


El inicio de los 80 marca un cambio de rumbo que ha evolucionado hasta la actualidad. “Al principio sólo abrían los viernes y los sábados por la noche”, admite en relación a los pubs. Esto ha cambiado y ahora su horario es mucho más abierto.




             









Temas relacionados

para ti

en destaque