“Los secretarios de ayuntamientos tenemos que autodefendernos”

Entrevista con Guillermo Lago, decano del Colegio de Secretarios, Interventores y Tesoreros

Guillermo Lago Núñez, presidente-decano de los secretarios de ayuntamiento de Almería, posa para la entrevista con La Voz
Guillermo Lago Núñez, presidente-decano de los secretarios de ayuntamiento de Almería, posa para la entrevista con La Voz Juan Sánchez
Antonia Sánchez Villanueva
23:29 • 28 abr. 2018

Aunque nació y se formó en Madrid, Almería corre por sus venas por rama paterna y materna. De hecho, su abuelo, el doctor Núñez, da nombre a una plaza de la ciudad. Secretario de Administración local desde 1985, ha ejercido en El Ejido y en Roquetas. Es un experto en Derecho Administrativo y conoce como pocos los entresijos de un ayuntamiento. Guillermo Lago es desde hace unos meses el decano del Colegio de secretarios, interventores y tesoreros, una entidad que representa a un colectivo profesional de la gestión publica muy cualificado pero poco reconocido. 



El de secretarios e interventores es uno de los roles menos conocidos de la Administración local. ¿Cuál es su papel?



 Ahora mismo en España, si hay expertos en Administración local y en gestión de las ciudades son los secretarios e interventores. Y cuando digo gestionar separo gobierno de administración. El alcalde lo que tiene que hacer es gobernar, no llevar la administración porque no sabe cómo se gestiona un servicio, cómo se hace una concesión administrativa, cómo se contrata. Toda esa fontanería es la que hacemos nosotros. 



 ¿Cuántos jefes tienen los secretarios de ayuntamientos?



Tenemos tres. Uno es Hacienda (Montoro), que no para de dar órdenes, que si antes de pasado mañana a las cero horas tienes que subir estos datos en la aplicación, los sueldos del alcalde, o de los funcionarios, o los créditos, el tiempo que se ha tardado en pagar las facturas, que es, por cierto, lo de poner las facturas telemáticas, lo mejor que ha hecho este gobierno. El alcalde, que nos da órdenes inmediatas, y, por último, la Dirección general de Administración Local de la Junta de Andalucía, que es quien nos sustituye cuando nos ponemos enfermos o cogemos vacaciones ya que tiene la competencia en Administración Local. 



Con tantos jefes, estarán muy controlados.



Los que somos de habilitación nacional estamos muy controlados, pero luego los que no están habilitados, ancha es Castilla. Nadie les pide, no tienen que comunicar al director general que se van, oficialmente no tienen que dar la información de una manera tan exhaustiva, con lo cual hay dos tipos de municipios, los que están super vigilados, que tienen los funcionarios muy intervenidos, y los que están menos. A nosotros nos controlan hasta las cuentas corrientes. 



¿Quiere decir que un funcionario con menos galones  está menos controlado? ¿Eso explica que se den situaciones como la de Pepe Alemán en El Ejido?

 Claro, esta gente depende solamente del alcalde. Son situaciones que se dan con bastante frecuencia. En el Valle del Almanzora a algunos secretarios que han ido los han echado, y por eso algunos de los alcaldes, como el de Partaloa, han sido inhabilitados, porque cesó al secretario porque no quería esa intervención. 


¿El alcalde puede echar al secretario?

No, pero lo hizo, y lo han inhabilitado. Además, con fondos públicos se están pagando acciones contra el secretario general que lo denunció. Todo esto porque el secretario daba información a la Guardia Civil y a la Policía sobre las denuncias de Urbanismo que había en Partaloa. 


 ¿Está menos protegido el funcionario público que el político?

 Nosotros nos tenemos que autodefender porque a los funcionarios nos tiene que proteger la Administración, pero ¿de qué administración dependemos nosotros? Si dependemos orgánicamente del Ministerio, funcionalmente del Ayuntamiento y también de la Junta de Andalucía, ¿quién nos protege? Tenemos que defendernos nosotros. En el caso del que fue secretario de Partaloa, el juzgado le pide un dato a Diputación con el que él se puede defender y un funcionario de la  Diputación se lo niega, porque dice que es propiedad del Ayuntamiento de Partaloa, como si hubiera una propiedad intelectual en la contabilidad pública, ni siquiera nos dan la información para defendernos. Con este tema estamos indignados. 


Parece increíble. 

Una situación rara, pero nos vemos muchas veces en ella. Pero no solamente esto. Nosotros tenemos que hacer un casting para entrar en el Ayuntamiento…


 ¿A qué se refiere con un casting?

Tú sacas las oposiciones, en las que mientras los jueces y fiscales estudian 14 temas de Derecho Administrativo, nosotros 120. Cuando apruebas te dicen, ahí tienes 8.800 municipios, y hasta que sale el concurso, tú tienes que ir, alcalde por alcalde, diciendo ¿quieres un secretario? Y normalmente no quieren que venga alguien a controlar. 


Estuvo en el Ayuntamiento de El Ejido en 1989 hasta 1995. Un poco más y le pilla la quema.

Es que me echaron. Bueno, en realidad es que habían suprimido el puesto y ganaba menos que el administrativo o el auxiliar, entonces aguanté lo que aguanté. Ahí estaba Pepe Alemán, ya controlaba entonces, no querían que entrara nadie. De hecho suprimieron la plaza. En todo caso allí hay excelentes funcionarios que realizan su trabajo con honestidad.


Supongo que le alegraría no estar allí cuando la Operación Poniente. 

Me dio mucha pena porque a nosotros no nos gusta que aparezcan casos de corrupción. Que conste que yo creo que hay menos corrupción en la Administración local que en la autonómica o que en la estatal. Estamos hablando de que hay 8.800 municipios y 17 comunidades autónomas, en las 17 ha habido casos de corrupción, pero no en los 8.800 municipios. Pero, claro, son casos muy sonados. El caso de El Ejido fue muy sonado, y nos ha afectado a todos. A nosotros no nos agrada porque desprestigia mucho a la gran mayoría de personas que hacen  una labor de servicio. De hecho el alcalde es la peor profesión en el plano político, la más dura.


Es la más cercana. 

Los alcaldes lo son 24 horas al día, eso no se da en ninguna profesión. Yo siento un gran respeto porque son personas que se han metido en un lío por resolver problemas a los demás, de agua, de luz, de alcantarillado, de acceso rodado, de tranporte, de seguridad.


¿Cómo suelen ser las relaciones entre  secretarios o interventores y alcaldes?

La relación tiene que ser buena porque Gobierno y administración están juntos en la administración local. En el Estado hay un estamento de funcionarios que toman decisiones más o menos de forma ejecutiva, y luego en la pirámide están los políticos, que son el gobierno, pero a nivel de ayuntamientos está un poquito mezclado. Nosotros tenemos que intentar que se alineen porque la base de un buen gobierno es una buena administración. Sin embargo la administración en España no se ha cuidado. No es como en Alemania, que funciona como una máquina porque tenía una buena estructura administrativa antes de la llegada de la democracia. 




En el Almanzora se han dado muchos pleitos por irregularidades urbanísticas.

El Almanzora es lo que más nos preocupa en estos momentos, hay muchos casos judiciales porque cuando han ido secretarios, los han cesado. 


¿Son ayuntamientos sin control?

Es que si no hay secretarios, y no remiten acuerdos...  Una de las obligaciones de los secretarios es remitir en cinco días los acuerdos que se adoptan al Estado y a la Comunidad Autónoma,  publicar las actas, llevar la fiscalización. Si esto no se hace, ¿qué está pasando ahí? 


¿A día de hoy está resuelto el problema de las licencias?

Mi prioridad ahora es resolver el problema del compañero de Partaloa, que lleva ocho años con un calvario judicial. No conozco el ínterin de todas las licencias que han dado. A mi entender las licencias no las deben dar los alcaldes. En los actos que sean de aplicación de Ley, las debe dar el secretario o el órgano de la administración que se determine, casi te diría que un robot, ahora que tenemos la administración electrónica. Son actos reglados. En la administración los alcaldes no pueden hacer lo que quieran, no hay discrecionalidad. 


Pues no es eso lo que piensan muchos. 

Vamos a ver, el interés general no lo representa la administración, la administración sirve al interés general. Los alcaldes tienen la facultad de discretamente decidir una cosa entre varias, no porque es la que le guste sino porque es la que responde mejor al interés general. Y los técnicos igual. Escribió Baltasar Gracián que ser discreto es ser prudente, ser sagaz, es la capacidad de discernir. No hay decisiones discrecionales, sino que hay que discernir qué es lo mejor para el interés general. 


 ¿Y cree que esa cualidad de la discreción está extendida entre nuestra clase política?

Yo no quiero tirar piedras sobre la clase política, hay gente que está haciendo un trabajo muy bueno. Lo que pienso es que a los políticos se les prepara para conquistar el poder, pero no para gobernar. Cuando llegan al poder no saben qué hacer, no hay un plan. 


¿Se dejan aconsejar?

Eso ya depende. Hay gente que quiere romper con todo lo del pasado, otra gente que quiere continuar con lo bueno, y otra que quiere hacer lo contrario, pero en general no hay un plan de gobierno. Es un poco lo que ha pasado en Madrid y en Barcelona, que venían con ideas de que iban a cambiarlo todo, pero luego la idea de gobierno ha sido consultar a los ciudadanos qué es lo que quieren que se haga. Pero usted está para decidir, no para preguntarme a mí.


¿No se gobierna un ayuntamiento a base de referéndum?

 Es que la participación está implícita en el gobierno municipal, tenemos consejos sectoriales, estructuras que se pueden explotar. 


¿Se dan cazas de brujas por parte de los políticos hacia el funcionariado no afín?

 Alguna vez se ha dado, pero yo creo que el funcionariado es bastante neutral y se acomoda. El funcionario tiene una visión más de largo plazo, que está bien para contraponer esa visión de corto plazo del político. En general yo no percibo ahora que haya una caza de brujas. 


¿Qué recetas daría para mejorar la gestión de los ayuntamientos?

En primer lugar, que el político sepa que un buen gobierno descansa en una buena administración. Luego, cambiar la idea de que el actor político local es el alcalde o los concejales, realmente son los ciudadanos. Después, no tener una idea cortoplacista de ganar las elecciones, sino tener un plan de gobierno, y tener conciencia de que cada concejal representa a todos los vecinos, no hay un concejal que represente a los vecinos de izquierdas o de derechas, o de un barrio. Para mí, esto último supone evitar la partitocracia que hay ahora. Hay una tiranía de la disciplina de partido. 


¿Eso dificulta el buen gobierno?

Claro que dificulta, porque son los partidos los que toman las decisiones de los concejales, no los concejales los que toman las decisiones. Creo que hay que ir a un mayor pragmatismo. Y que la discrecionalidad desaparezca. Yo siempre le digo a los políticos: en el sector privado puedes hacer todo lo que no está prohibido, pero aquí solo puedes hacer lo que está autorizado. Eso cuesta mucho.


No están acostumbrados a esa cultura, claro. 

Es una cultura inversa. Es que nosotros les hemos dado un poder, pero un poder que está sujeto a un control. Usted no puede hacer lo que quiera. Esa es la discreción, saber discernir.


Estar dotado de buen juicio, vamos.

Y de buen gusto. Hay plenos de los que salimos todos crispados, se insultan, no se respetan…


¿Y eso cómo se vive desde su posición?

Mal. Yo procuro no reseñar en acta cosas que me parecen de mal gusto, insultos personales. Los secretarios nos tragamos plenos, comisiones, actos, en los que decimos que en un mercadillo hay más juicio. Por otro lado hablamos mucho de transparencia pero ¿por qué las juntas de gobierno son secretas? Debían ser actos públicos. 


 ¿No se está aplicando bien la Ley de Transparencia?

 Yo creo que se ha burocratizado la transparencia. Ahora debemos tener unas oficinas de transparencia, en un mes dar una contestación, si no la damos hay una reclamación, esa reclamación tarda tres meses, si no está conforme puede hacer un recurso... Se ha puesto un sistema. Pero yo lo que digo es que la transparencia la hagamos en directo: conforme salen las resoluciones se están publicando en la  web. Hay mecanismos para hacerlo. Sin embargo, la junta de gobierno no es pública.




¿Hay secretismo?

Cuando mi hijo pregunta ¿papá tú guardas secretos? le dijo no, yo los hago públicos. En realidad no hay nada oculto, hay una Ley y unas reglas del juego, se toman las decisiones con unos motivos. 


¿Cuál es la situación actual de los Secretarios, interventores y tesoreros? 

Se ha judicializado todo. Ahora mismo directamente se va a la vía penal. Yo lo que digo es que primero hay los recursos administrativos, luego la jurisdicción contenciosa, esto es como quien va a Urgencias y las satura. ¿Qué está pasando con esto? Que se está produciendo un derecho penal simbólico. Ya con poner la denuncia, parece que hay algo.  Si alguien está en desacuerdo con una decisión de un ayuntamiento, debe proceder por  vía contenciosa, pero no directamente al fiscal, porque estamos yendo todos a Urgencias. 


¿Se ponen entonces muchas denuncias para crear un efecto de presunción de culpabilidad más que para buscar la verdad?

Sí, se ha judicializado la acción política. ¿Por qué? Porque los mecanismos para  quitar a un alcalde son complejos. La moción de censura es muy difícil. Entonces, como no lo puedo quitar por esta vía, acudo a la vía dura, penal. Y eso se lleva por delante a muchos funcionarios que con el mantra de informe técnico favorable se ven implicados. Hay que ir por la vía penal cuando sea evidente. Si usted ha visto algo delictivo, no ponga al fiscal a investigar, vaya a un abogado. 


Creo que la Fiscalía firmaría esto ahora mismo. 

 En el colectivo nuestro, ahora mismo hay varios secretarios e interventores que están siendo investigados en la provincia de Almería, por situaciones de estas. Porque le ha tocado. Lo que sí quiero que sepa la gente es que los secretarios, interventores y tesoreros están muy preparados, muy especializados, muy controlados, que son los habilitados nacionales, grandes desconocidos, y luego hay otros

secretarios, interventores y tesoreros que pueden llegar a ser desde auxiliares que han sido nombrados accidentalmente y está haciendo lo mejor que pueden una labor complicada. 


¿Qué esta haciendo ahora el Colegio profesional?

 Estamos llevando a cabo un plan de formación. Hemos organizado un curso de control interno y otro de contratación en colaboración con la Diputación, ahora estamos preparando otros sobre Transparencia y Protección de Datos y sobre las nuevas funciones de los Habilitados nacionales. Queremos abrir el Colegio a los funcionarios que accidentalmente están realizando las labores reservadas, que puedan asesorarse.


Usted tiene una idea jurídico administrativa de lo que debería ser el Poniente. 

 En mi tesis doctoral yo propongo que todo el Poniente sea una única ciudad. Las grandes ciudades se hacen a base de municipos más pequeños. Son 280.000 habitantes, por encima de Granada, detrás de Sevilla, Málaga y Cordoba, y con más poder económico que Córdoba. Hay que superar los localismos, el localismo es un nacionalismo a menor escala. Se podría configurar como una ciudad agraria con distritos en la que no hubiera que duplicar servicios de gestión, de recaudación, de planificación… Yo estoy muy ilusionado con esa utopía de integrar.



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