La Voz de Almeria

Tal como éramos

La otra realidad de Almería donde no llegan las luces de Navidad ni las fotos

A 50 metros de Urbanismo aparece una estampa sacada de otro siglo

La basura se acumula durante meses en un solar que es propiedad municipal.

La basura se acumula durante meses en un solar que es propiedad municipal.Eduardo de Vicente

Eduardo de Vicente
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La política municipal se ha convertido en el arte de la apariencia. Importa más el decorado, lo que nos podamos llegar a imaginar que lo que realmente es. Un ejemplo reciente lo tenemos en las obras a marchas forzadas que se han llevado a cabo durante cuatro semanas en la Puerta de Purchena, con una legión de obreros trabajando siete días a la semana para que pudiera estar medio terminada para la tarde de la inauguración del alumbrado. 

Lo importante no era hacerlo bien aunque hubiera que esperar un mes más y que pasaran las fiestas. Lo fundamental era que se pudiera abrir para esa fecha, aunque el lugar pareciera el escenario de una batalla, y así hacer creer a los ciudadanos que las molestas obras del Paseo y su entorno ya estaban casi terminadas. La estampa del carrusel de feria que han montado en la Puerta de Purchena, envuelto en la nube de polvo que generan las obras, es propia de una película de Berlanga.

Pero como lo que importa es la apariencia, medio terminar como sea la Puerta de Purchena y poner en funcionamiento un trozo del Paseo (con esos jardines que le sientan a nuestra avenida como a un santo dos pistolas) se puso toda la maquinaria a funcionar para que el destello de las luces navideñas le hicieran creer al pueblo almeriense que ya no tenía motivos de quejas, que las chapuceras obras del Paseo estaban casi acabadas.

Donde no llega el alumbrado extraordinario ni el camión de la basura es a la calle Pósito, un escenario a cincuenta metros del edificio de Urbanismo y a cien metros del ayuntamiento donde uno tiene la sensación de estar pisando la zona de la Joya o un descampado de El Puche o de regresar en el tiempo medio siglo atrás. Todo el que pasa por la nueva avenida que comunica el centro comercial de la ciudad con el casco histórico puede disfrutar completamente gratis de un maravilloso espectáculo, con un espléndido solar de propiedad municipal donde se acumula la basura a diario. Junto al solar aparece el montaje de unos palos unidos con cuerdas a la vieja usanza, donde los vecinos tienden sus ropas recién lavadas para que se aireen a la vista de todos los ciudadanos.

Es la otra realidad de una ciudad donde se sigue escondiendo la mierda debajo de las alfombras. Por un lado nuestras ilustres autoridades municipales se empeñan en hacernos creer que el problema de la suciedad de esta ciudad se soluciona con más inversión en camiones modernos y en maquinaria de última generación, mientras la realidad nos dice que esto no se arregla con dinero, sino con unos dirigentes de verdad que salgan de una vez de sus despachos, que pisen las calles, que toquen los problemas con sus manos. 

La porquería del solar de la calle Pósito no es cuestión de dinero, sino de voluntad, de no mirar hacia otro lado amparados por la complicidad de la opinión pública. La política actual que estamos sufriendo se ha convertido en una sesión continua de exhibicionismo y en un cuento constante. Sirva como último ejemplo lo que estamos viviendo con el puerto. Nos quieren vender la estampa de unos políticos convertidos en salvadores porque nos van devolver lo que nos quitaron y que era nuestro, de la misma forma y con los mismos medios que nos quieren hacer creer que lo que están haciendo con el Paseo es una obra de arte.

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