La Voz de Almeria

Sucesos

Homicidios y armas de guerra, la cara oscura del cannabis en Almería

Ajustes de cuentas y tiroteos reflejan la escalada de criminalidad asociada al ‘negocio’ de la marihuana

Agentes de la Guardia Civil dentro del invernadero donde se hallaba el cultivo.

Agentes de la Guardia Civil dentro del invernadero donde se hallaba el cultivo.La Voz

Víctor Navarro
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En las entrañas de sótanos, viviendas o invernaderos, en Almería se cultiva un lucrativo negocio que prospera gracias a la luz: azul para el desarrollo de las hojas y roja durante la floración. Ocasionalmente, los medios locales abren sus secciones de sucesos con grandes titulares sobre centenares o miles de plantas de marihuana ‘podadas’ por los cuerpos y fuerzas de seguridad en distintos puntos de la provincia, en un ejercicio infatigable de los agentes e investigadores para luchar contra el narcotráfico.

Hace tiempo que Almería dejó de ser solo receptora de drogas blandas y se ha convertido en un productor tan potente que podría aspirar a una 'Denominación de Origen' de su cannabis. y es que, por hacer un resumen de las líneas que sostiene la Fiscalía del Estado en su última memoria: se cultiva aquí y se vende en Europa, acercando a esta economía intereses locales en forma de producción y extranjeros en forma de gestión e importación en los países del norte de Europa.

Armamento pesado para defender los cultivos

La proliferación de cultivos de marihuana está dejando tras de sí un conato de violencia, que inicialmente parece vinculado a la protección de las plantaciones. No se trata solo de los homicidios que las autoridades investigan por motivos de drogas, sino también del acopio de armas de fuego que esta actividad conlleva.

En los depósitos de la Guardia Civil de Almería se guarda y etiqueta armamento de todo tipo, pero lo que realmente puede generar pavor al más pintado es el catalogado como “armamento de guerra. Porque sí, en la provincia circulan este tipo de 'herramientas' que, aunque no parezcan sacadas de una película de acción de los 90, tan solo su presencia hace detener el pulso: escopetas semiautomáticas, subfusiles o ametralladoras. Un auténtico arsenal protector de las plantaciones que tanto Policía Nacional como Guardia Civil han tenido que enfrentar en sus operaciones.

Vuelcos que acaban en tragedia

Se puede trazar una radiografía aproximada de la situación investigando noticias publicadas desde 2024, y los números son reveladores: 728 operaciones lanzadas por Guardia Civil y Policía Nacional y Vigilancia Aduanera, donde se detuvieron a 11.577 personas. Sumadas a las actuaciones en lo que llevamos de año, se han superado ya las 72.000 plantas de marihuana intervenidas por las autoridades y la tonelada de cogollos confiscados. Las operaciones se han extendido a cerca de una veintena de municipios que abarcan todo el mapa de Almería.

Según fuentes policiales, los episodios violentos vinculados a los vuelcos de droga están proliferando. En el barrio de Los Molinos, dos hombres aparecieron muertos en lo que se investigó como un ajuste de cuentas por un vuelco de droga. En Berja, un doble homicidio con múltiples heridos abrió una línea de investigación vinculada al supuesto cultivo de marihuana.

Víctimas inocentes no ligadas al 'negocio'

Los episodios violentos ligados a la marihuana, a veces sacuden a quienes no tienen nada que ver con el ‘negocio’. Es el caso de un homicidio ocurrido en La Cañada, en un invernadero de cáñamo industrial, donde un agricultor falleció y sus dos hermanos resultaron gravemente heridos tras recibir un disparo de un individuo que entró a robar en la instalación.

La violencia ligada al cultivo y tráfico de marihuana en Almería no es una amenaza abstracta: se manifiesta con tiroteos, homicidios y episodios que ponen en peligro a inocentes. En la Comarca del Bajo Andarax, la situación llegó a tal extremo que los vecinos de Gádor y Pechina salieron repetidamente a las calles para decir “basta”, tras sucesivos enfrentamientos que incluían disparos. La respuesta de las fuerzas del orden fue contundente: más de 400 policías desplegados en una operación masiva para controlar la violencia que se había apoderado de la zona.

La violencia y el riesgo no se limitan a los enfrentamientos directos: también se han registrado incendios en viviendas, producto de enganches fraudulentos al tendido eléctrico. En uno de ellos, ocurrido en Roquetas de Mar, un bebé estuvo a punto de morir por inhalación de humo.

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