Tiene 73 años, pero su mirada sigue albergando el mismo brillo que solo se aprecia en los pocos que aún conservan las ganas de cambiar el mundo. Jesús Andrés Díez, más conocido en el panorama artístico como Nané, sobrenombre que le puso su sobrina hace más de treinta años, llega con un sombrero bajo el brazo al más puro estilo de Van Gogh y una inquebrantable sonrisa para hablarnos de su exposición ‘El Grito del Hambre’, la primera que realizará desde hace dos décadas.

Este artista de La Rioja, que hace más de 40 años se enamoró de Almería y desde entonces no la ha abandonado, comenzó a exhibir sus creaciones con tan solo 17 años. No obstante, decidió alejar sus obras de las salas de exposiciones cuando, según palabras del artista, “las galerías comenzaron a exigirme que solo mostrara los cuadros que más aceptación tenían entre el público, así que me marché… no podía expresarme ni desarrollar lo que yo era realmente”. Desde entonces, ha dedicado los últimos 20 años a enseñar lo que ha sido su pasión, el arte, en sitios como Níjar, San Isidro o Campohermoso,  pero siempre manteniéndose fiel a su propio modo de ver la educación. “Para mí, es mucho más importante comprender las cosas que estudiarlas de memoria… se aprende mucho más mediante el diálogo”, afirma Nané..

Exposición
Nané nos cuenta que encontrar un lugar para exponer ‘su grito’ no ha sido una labor sencilla, ni por la temática en la que se basa su obra, ni por el tiempo que lleva retirado del panorama artístico de manera pública. Sin embargo, finalmente encontró en Rodalquilar el espacio donde poder exhibir esta protesta en torno a los desequilibrios que agitan nuestro mundo. Esta podrá visitarse desde el 1 al 15 de agosto desde las 7:30 horas hasta las 9 de la noche.

El artista nos revela que no es fiel a ninguna corriente determinada. “Cada vez que hago una exposición es totalmente distinta a la anterior”, confiesa. También duda a la hora de clasificar su ‘Grito’, aunque al final afirma que, de poder definirse, sería como “un realismo abstracto, un poco subjetivo”. Este realismo personal de Nané impregna todas las obras que componen la exposición, que él mismo cataloga como una mezcla de “pinturas, dibujos y esculturas a tamaño real ”.

Cambiar el mundo
Nané cree que todas las desigualdades a las que se enfrenta la sociedad, como las que denuncia en su obra, radican de un mismo punto en común, “un sistema movido por el dinero”. De hecho, nos confiesa que “pensaba quemar la obra una vez finalizase la exposición, porque no quiero obtener ningún beneficio económico de ella”. Afirma que el principal objetivo con el que creó esta muestra fue que “necesitaba decir que estos problemas siguen ahí, y que la gente se diera cuenta”, aunque no cree que sus cuadros puedan cambiar el mundo, si la sociedad no toma por sí misma la iniciativa de cambiar.

Retiro de la pintura
El artista confiesa que, una vez concluya la exposición de ‘El Grito del Hambre, la pintura quedará aparcada hasta nuevo aviso. “Siempre dibujo, en casa tengo una 2.000 o 3.000 obras que nunca he expuesto, pero la pintura ya no me dice nada de lo que me decía. Si alguna vez me vuelve a transmitir ‘ese algo’, volveré”, sentencia Nané. Hasta entonces, piensa dedicarse a la escritura a través de Internet, medio que afirma que es una de las pocas herramientas que puede ayudar a cambiar el mundo. Ahora, Nané, que ya es autor de dos blogs, va a enzarzarse en la creación de un nuevo espacio virtual que piensa titular como ‘Todos, para todo, para todos’ y que, según nos cuenta, “aparentemente, no dirá nada”, por lo que solo será apto para aquellos que, como él, saben mirar más allá de la superficie.