Pasó un domingo 13 de mayo a las 12 del mediodía cuando el Almería se puso en carretera para certificar su primer ascenso a la élite como Unión Deportiva. El equipo de Unai Emery era una máquina bien engrasada y el Lorca un condenado al descenso. La caravana de autobuses marcó época y en la Ciudad del Sol brillaban más de 6.000 aficionados rojiblancos. Todo estaba de cara, ya que el entrenador del Almería lo había sido del Lorca la temporada anterior y conocía bien al rival. Las televisiones destacaron sus mejores unidades y se daba el encuentro por Canal Plus. La Rambla de Almería estaba preparada para el paseo de gloria de su equipo y el autobús descapotable aparcado en la explanada del Mediterráneo.

No se podía fallar con ese ambiente. Toda España pendiente del ascenso del Almería a Primera. Los jugadores convencidos. Los políticos de traje y los aficionados madrugando en domingo y ataviados para la gran fiesta. Todo estaba de cara para que el 13 de mayo quedara grabado a fuego en la historia del fútbol almeriense, cuando un rival que competía por la honrilla no tenía ganas de fiesta y ‘chafó’ el ascenso dando un sopapo al emergente Unai Emery. Eran presidentes Antonio Baños y Alfonso García y las heridas todavía abiertas por el paso del donostiarra del Lorca al Almería y con ello el declive del equipo de la Ciudad del Sol.

Un batacazo en toca regla

El arbitraje del balear Rodado Rodríguez, con el que nadie contaba, pudo influir en el desenlace del partido, pero el gol de Barroso a los 20 minutos solo parecía un aviso para dar emoción a la fiesta. La grada rojiblanca seguía a lo suyo y el Almería atacaba convencido de neutralizar el gol del Lorca antes del descanso cuando a los 63 minutos Gorka hacía el segundo para los albiazules y Emery quemaba sus naves y la afición almieriense empezaba a ver las orejas al lobo. Mario Bermejo a los cuatro minutos neutralizaba el segundo gol del Lorca y con ello todos al ataque para igualar y remontar. El Lorca iba al límite de intensidad y el Almería de calidad y se impusieron las ganas con el tercer gol.

Barroso a los 77 minutos daba un golpe del que no se levantó el equipo de Emery ya en la lona. La grada no se lo esperaba y los que se desplazaron en coche iban saliendo del ‘Artés Carrasco’ para llegar pronto a Almería con un serio revés en el cuerpo y sin entender por qué se empleaba así un equipo condenado a perder la categoría. La vergüenza torera se impuso a las ganas de ascender y el viaje de vuelta fue muy triste como ver los preparativos de la ciudad testigos mudos de una derrota que dolía mucho ante un equipo que nada se jugaba. Tocaba esperar otra semana. Menos, la Ponferradina llegaría el sábado 19 de mayo al Mediterráneo.

Nunca peligró el ascenso a Primera

Le quedaban más balas al equipo para alcanzar la meta y Emery pasaba página no dando trascendencia a la derrota en Lorca. Estuvo elegante con el que fuera su anterior club y Antonio Baños, que fuera su presidente-descubridor, pudo disfrutar de la honrilla de su equipo ante la mirada de toda España que lo pudo ver por Canal Plus. Con la lección bien aprendida tocaba no fallar a esos 6.000 valientes que se echaron a la carretera para vivir un ascenso fuera de casa. La historia quiso que a la semana siguiente se alcanzara la gloria y Almería paseara a sus campeones.

Aquel Almería de Emery era un equipo ganador que hizo del Mediterráneo su casa y los aficionados no tardaron en agotar todo el papel. Era la primera vez que se colgaba el famoso cartel de ‘No hay billetes’ y aquel sábado acabó muy tarde celebrando que la provincia de Almería volvía a ser de Primera, algo que no sucedía desde 1981 cuando bajó a Segunda la Agrupación Deportiva. Los 6.000 de Lorca se sacaron la espina ante una Ponferradina que se iría con el equipo murciano a la división de bronce. Perder en Lorca no tuvo daños colaterales y solo se ‘chafó’ una fiesta grande.

Alfonso y la decisión de su vida

Antonio Baños fundaba el Lorca Deportiva con un grupo de empresarios y lo puso en LaLiga de la mano de Unai Emery al que pasaba de futbolista a entrenador. Aquel histórico triunfo en Irún daba paso a una gran temporada en Segunda, con el equipo acabando por encima del Almería y al terminar la temporada Alfonso García firmaba a Emery como entrenador. Hizo mucho ruido esa contratación del donostiarra del que se decía estaba comprometido a seguir en Lorca, pero el Almería se cruzaba en su camino y, a tenor de los resultados, fue para bien. Se llegó a cuestionar la relación entre los dos presidentes pero no llegó la sangre al río y Lorca y Emery separaban sus caminos.

El resto de la historia la saben de memoria los almerienses con 6 temporadas en Primera el equipo de Alfonso García en dos etapas, siendo el presidente más laureado de la historia. Ni Turki Al-Sheikh pudo igualar sus registros y ahora le toca a Mohammed Al-Khereiji. Daba en la diana el empresario de Águilas con Unai Emery que ha sido el entrenador de cabecera en su largo mandato, porque todos los demás vivieron tiempos de zozobra por culpa de los resultados. En Lorca nacía el mejor Almería de todos los tiempos cuando un señor de Murcia firmaba a un entrenador emergente que puso al Lorca Deportiva a las puertas de la Primera División.