Ante el Santo Cristo de la Escucha: la tumba más visitada

El mausoleo del obispo Villalán recibe miles de visitas cada año

La tumba de Villalán, bajo el Cristo de la Escucha.
La tumba de Villalán, bajo el Cristo de la Escucha.
Álvaro Hernández
07:00 • 01 nov. 2021

Lo contaba Lola González en estas mismas páginas en 2019, paseando junto a Juanfra Colomina por el camposanto de la capital: el cementerio de Almería tiene espectaculares lugares de enterramiento que bien merecen una visita.



El monolito de Trinidad Cuartara, el mausoleo de Ramón Orozco, los panteones de Antonio González Egea o Juan Cassinello Cassinello... Todos ellos componen la faceta más monumental del cementerio de la capital y forman parte del tradicional escenario para los almerienses en este puente de Todos los Santos.



Sin embargo, no son los enterramientos que más visitas reciben en Almería. En pleno corazón del casco histórico, miles de turistas y almerienses contemplan y disfrutan a lo largo y ancho del año de la tumba más espectacular de la ciudad y, por tanto, la más visitada.



Se trata del mausoleo renacentista del obispo franciscano Diego Fernández de Villalán, situado en la capilla central de la girola de la Catedral.



La tumba, diseñada y labrada en mármol por Juan de Orea a mediados del siglo XVI suele llamar la atención por su tamaño, y por el perro que, como símbolo de fidelidad, descansa a los pies de la figura del prelado almeriense que puso la primera piedra de la actual Catedral.



Sin embargo,  no es el perro lo más llamativo de este enterramiento, sino el lugar en sí mismo, elegido por el obispo antes de morir por un motivo sencillo y que simboliza la centenaria devoción que aloja el primer templo de la Diócesis: Villalán pidió ser enterrado ahí por ser el lugar en el que recibía culto ya entonces (y aún a día de hoy) el Santo Cristo de la Escucha.



El Santo Cristo



La relación del obispo Villalán y el Santo Cristo de la Escucha es especial pasen los siglos que pasen. No en vano, parecen estar unidos hasta la eternidad, teniendo en cuenta la ubicación del enterramiento, con un obispo que parece mirar al crucificado que tallara Perceval para sustituir a la talla original, desaparecida en la Guerra Civil.


Villalán fue, a todos los efectos, el primer obispo de Almería tras la reconquista. En realidad, era el cuarto después de que llegaran los Reyes Católicos a la Almería de finales del siglo XV, pero fue el primer prelado que residía aquí y, además, fue el que acometió la reordenación de la Diócesis tras la reconquista y el que puso la primera piedra de la Catedral.


Y aquí llega la gran duda de esta relación entre el Santo Cristo de la Escucha y el obispo franciscano que descansa con su efigie de mármol dirigida al crucificado: ¿estaba el Cristo de la Escucha ya en Almería cuando llegó Villalán o lo adquirió el prelado?


Las primeras noticias del crucificado se tienen, precisamente, siendo Villalán obispo. Y es él quien dispone que se sitúe en esa capilla, donde él mismo será enterrado.

¿Es un Cristo ‘templario’ que quedó en Almería en la primera conquista, en el siglo XII y descubierto tras la llegada de los Reyes Católicos? ¿Fue un encargo hecho por el obispo para su Catedral? En cualquier caso, el Cristo de la Escucha preside la tumba más visitada.


La leyenda más aceptada

Un crucificado escondido tras una tapia. Esa es la teoría más aceptada sobre el misterioso origen del Santo Cristo de la Escucha. 


Con la llegada de los Reyes Católicos, la ocupación de una vieja vivienda por cristianos viejos se culminó con el descubrimiento de la talla, escondida tras un muro. Todo tras oir una voz que decía ‘Escucha, escucha’ y que terminó dando nombre al crucificado que aparecería tras la tapia.


Lo cierto es que no hay noticias del crucificado previas al episcopado de Villalán y, mito o realidad, desde el siglo XVI (o antes), el Cristo de la Escucha es una de las imágenes con más devoción no ya en la ciudad, sino en toda la provincia de Almería.




Temas relacionados

para ti

en destaque