El último adiós a un hombre perfecto ¿Quién era en realidad Antonio Campos?
Un multitudinario entierro hace aflorar las preguntas sobre el crimen del historiador virgitano

Entierro de Antonio Campos Reyes en Berja.
Más allá de la tristeza, de la pena que se ha instalado en el interior de muchos virgitanos, si algo puede notarse en el municipio de La Alpujarra almeriense es la gran cantidad de preguntas que se hacen los más de 12.000 vecinos de la localidad que este lunes conocieron el trágico adiós de uno de sus vecinos más reconocidos, el historiador Antonio Campos Reyes.
"No te lo sacas de la cabeza, es algo que tienes ahí, preguntándote por qué, cómo ha pasado. Una persona tan religiosa, un hombre meticuloso, siempre pendiente de los demás". Feligrés, devoto, un soltero casado con la Virgen de Gádor. Los adjetivos, siempre positivos, salen de la boca de cientos de vecinos de Berja mientras se reúnen para darle su último adiós en la Iglesia de la Anunciación, esa en la que tantas veces él se postró ante la patrona.
El hombre perfecto
Antonio Campos Reyes era el hijo perfecto, el amigo ideal, el trabajador que cualquiera querría tener a su cargo. Cuidaba de su madre, lo daba todo por la virgen de su pueblo y era culto, un conocedor detallista de la historia social y religiosa de Berja. Lo era, dicen los que le conocieron, y lo parecía. De punta en blanco siempre, repeinado, recto como un estandarte en procesión.
Pero esa perfecccion en la tarde del domingo se acabó de la peor manera. Un hombre de casi dos metros y unos 100 kilos de peso yacía sin vida en el maletero de poco más de 500 litros que tiene un Volkswagen Passat. Un Volkswagen como en el que fue encontrado en la madrugada del domingo. Un coche que no solo escondía en su maletero el cadáver, apaleado y maniatado, de un hombre perfecto a los ojos de todos, sino que a la vez que destapaba un crimen abría un sinfín de interrogantes, llenaba de preguntas un pueblo y ponía sobre la mesa una cuestión: quién era en realidad Antonio Campos Reyes y por qué ha acabado muerto de una manera tan trágica.
¿Cómo ha muerto así?
No se lo encontraron con un tiro. No había sido víctima de una simple agresión. No era cosa de borrachos, ni un ajuste de cuentas entre bandas. Era un hombre que parecía perfecto y que había muerto de la peor forma en una calle donde los vecinos todavía se preguntan cómo en la noche del sábado llegó allí ese coche cargado con un cadáver y durante todo el domingo, mientras entraban y salían de casa a comprar el pan, a recoger el pollo asado o a dar un paseo por el pueblo, tenían enfrente de su casa un muerto sin saberlo. Sin imaginarlo.
Un hombre que parecía perfecto. Y así lo ha defendido en multitud de ocasiones en las últimas horas el alcalde de Berja: “Me supera esta situación, porque los que conocemos a Antonio no alcanzamos a entender cómo le ha ocurrido esto a él”. Un trabajador del Ayuntamiento de el ejido del que nadie podía sospechar nada. Y así lo defiende también el alcalde de el ejido: "Una persona comprometida con los asuntos religiosos, con hermandades y conradías, y que contaba con una prolija trayectoria en asociaciones y en defensa del legado histórico, al cual ha aportado mucho".
Pero todo eso ya es historia. Ahora Antonio Campos ha sido enterrado en un multitudinario funeral, que se ha celebrado hoy a la 17:00 en la Iglesia de la Anunciación, y en el que más de un centenar de personas se han reunido para darle el último adiós. Decenas de personas unidas para despedir a ese hombre ideal sobre el que ahora se amontonan las preguntas. Decenas de personas que siguen teniendo en la cabeza el runrún de qué pasó este fin de semana, cómo acabó muerto este hombre y, sobre todo, quién era Antonio Campos Reyes.