El escultor José Leal, o cómo transmitir el alma de los objetos
Este jueves se inaugura una exposición antológica, comisariada por María Dolores Durán

José Leal y Mª Dolores Durán en la exposición de Miguel Rueda el pasado septiembre.
“Mi objetivo era transmitir las emociones por medio de los distintos materiales, cada uno de ellos tiene su lenguaje, cada obra pretende ser lo más sugerente posible y dejar una ventana abierta al pensamiento para que el espectador la disfrute o se pregunte sobre ella. Conseguir el equilibrio y la armonía en una escultura es un reto y compartirlo, una gran satisfacción”.
Estas palabras resumen la forma de entender el arte del creador almeriense José Leal. Autor de esculturas urbanas como el obelisco de la entrada a Aguadulce y el monumento a Gloria Fuertes en la capital, su figura no es muy conocida en la tierra que lo vio nacer a pesar de tener tras de sí una trayectoria consolidada en el ámbito nacional.
La investigadora María Dolores Durán -trabajadora incansable a la hora de recuperar a artistas que por circunstancias del tiempo han caído en el olvido- tomó consciencia de esta situación mientras reconstruía la biografía del indaliano Luis Cañadas, con el que Leal coincidió en sus inicios y dio el salto a Madrid.
Así saltó el chispazo de un proyecto que ve la luz este jueves 7 de marzo a las 20 horas: la inauguración en el Patio de Luces de la Diputación (calle Navarro Rodrigo) de una exposición antológica del escultor -quien se desplazará desde Madrid para asistir- y la presentación del libro ‘José Leal, escultor. Arte del volumen y del hueco’.
Impulsada por el área de Cultura de la institución provincial y comisariada por Durán, la muestra -que permanecerá abierta hasta el 28 de marzo-ofrece un completo recorrido de la dilatada carrera artística de Leal mediante una variada representación de su muestra escultórica: sesenta piezas en total, unas de volumen, otras de hueco y maquetas de proyectos de obra urbana. Mientras, la publicación recoge los principales hitos de su biografía, siempre insertado en las corrientes escultóricas españolas del siglo XX.
Con una sensibilidad especial por las maternidades y la mujer en general y el universo taurino y de la lidia, las esculturas neofigurativas de José Leal buscan “transmitir la esencia, el alma de los objetos”. “La mirada sensible y las manos expertas transforman la materia en pulcros volúmenes cóncavos y convexos profetizando un futuro armónico, traspasándole así la visión onírica de la realidad que le rodea, consiguiendo atrapar al espectador entre las voluptuosas curvas o los huecos imposibles, reflejos tridimensionales que se cobijan en el espacio y en el tiempo”, subraya Durán.
Volúmenes y huecos en una exposición donde se reflejan diferentes etapas creativas surgidas desde la necesidad de hacer frente a nuevos planteamientos estéticos que precisan novedosas soluciones técnicas y materiales.
“Volvió sus ojos al objeto y lo humanizó”
El artista mantiene un estrecho vínculo con Almería, tierra donde regresa cada vez que puede. Y en la provincia pueden verse algunas de sus obras urbanas más representativas: el obelisco a la entrada de Aguadulce, la flor y la copa en distintas rotondas de esta localidad, el monumento a Gloria Fuertes y a La Salle en la capital, el toro en la rotonda de la Plaza de Roquetas y la guitarra de su Auditorio.
De él ha dicho el poeta Aureliano Cañadas que “aprendió a mirar con el cubismo, pero, en lugar de traducir su mirada al mero plano de agresivas aristas o de huir hacia la abstracción, volvió sus ojos al objeto, humanizó líneas, integró planos y conjugó el vacío, dando espontaneidad al cemento, devolviéndolo, por medio de una sabia combinación de pulimento y rugosidades, a su primitivo estado de piedra”.