M’Bami, el corazón del Almería que dejó de latir en Le Havre
Necesitaba el mar para vivir y el cariño de la afición que nunca le faltó

M'Bami marca en el Rico Pérez y saca la lengua a Uche celebrando el gol.
Se decía que tenía negocios en Almería a la que siempre regresó tras cumplir dos temporadas sobresalientes con la rojiblanca. Un futbolista nacido en Yaundé, capital de Camerún, y con pasaporte francés, se hizo almeriense por los cuatro costados y era feliz entre nosotros. Ya no lo volverán a ver por la Rambla Obispo Orberá ni por el Paseo, ya que fallecía de un infarto en tierras francesas cuando solo tenía 40 años. Jugaba de pivote y bien dotado en lo técnico tenía un tren inferior que hacía imposible robarle la pelota y desde que lo vio llegar Hugo Sánchez lo puso delante de Chico Flores y Santi Acasiete.
Empezó jugando en Camerún y daba el salto a Francia donde firmó su mejor etapa con Sedan, PSG y Marsella antes de aterrizar en Almería. Se retiraba en 2016 en el club de la ciudad de Le Havre donde fallecía en enero de 2023. Fue internacional por Camerún y los aficionados nunca tuvieron claro el por qué vino al Almería, cuando su nivel era propio de un equipo con aspiraciones a ganar LaLiga y no para sufrir permanencias. Jugó con todos los entrenadores y su felicidad contagiaba al equipo. Siempre en un segundo plano por su corte humilde y defendiendo los colores con el alma.
Un futbolista de primer nivel
- Marcaba las diferencias en aquel Almería de Primera División
- No sabía Alfonso García de la enorme calidad de M'Bami
- Costaba hacerle un gol al Almería porque se pegaba a los centrales
- Su trato de balón era exquisito y pisaba el área con determinación
- Una oferta millonaria lo arrancaba de una ciudad donde era muy feliz
Un futbolista para un equipo de Champions
M’Bami sorprendía en el campo a todos. Parecía más bajo por su constitución física pero medía 1, 80 y era una roca sabiendo jugar escondiendo la pelota con un tren inferior que le daba un plus en los partidos. Tenía detrás a Chico Flores y a Santi Acasiete y la salida de balón estaba garantizada para Soriano y Corona y pases de gol a Piatti o Uche. Marcó goles pero pocos, porque lo suyo era robar y pasar. Siempre bien colocado y dirigiendo el tráfico de balones hacia la portería rival y recuperando en ventaja por su buena colocación.

Jugó dos temporadas en el Almería y la tercera la tenía pactada pero...
Cuando marcaba un gol sacaba la lengua al compañero y salía a toda velocidad corriendo para que no lo pillaran, pero era imposible dejar de celebrar con un futbolista tan querido por sus compañeros. Hugo Sánchez aguantó hasta el día de los Santos Inocentes de 2009 y llegaba Juanma Lillo como recambio, y lo despegó de la defensa y le dio plena libertad en la medular. Salvaron la temporada con relativa facilidad pero a la siguiente el club iba escaso de plantilla y daba con sus huesos en la Segunda y voló hacia el Dalian chino.
Un almeriense suelto por las calles de la ciudad
El fútbol deja mucho tiempo libre a los profesional y no era M’Bami de perderlo y montó negocios en la ciudad y se le veía por el centro donde regentaba un restaurante que vendió tras acabar su etapa en nuestra ciudad. Los aficionados lo paraban y le pedían camisetas. Regaló muchas, porque era cariñoso y cercano con todos. Llegaba al corazón por su forma de entender el futbol cuando la zona mixta solo empezaba a aterrizar, y los futbolistas se paraban a hablar con los seguidores.

Un Almería con Modeste M'Bami siempre feliz por lucir la rojiblanca.
Fue un futbolista feliz en la ciudad y se le notaba en el campo. Siempre concentrado en la tarea y con unas capacidades ganadas a nivel internacional con Camarún y en grandes clubes de Francia, solo jugó en España con la camiseta del Almería y hasta en Colombia aplaudieron su fútbol con la elástica del Millonarios de Bogotá. Fue de los primeros en jugar en Arabia Saudita con Al-Fateh y Al-Ittihad. Ganó mucho dinero y supo invertirlo para vivir con todas las necesidades cubiertas cuando la vida le tenía reservado un inesperado final.
Una muerte que llenó al Almería de dolor
El 7 de enero de 2023 le esperaba La Parca a los 40 años en la ciudad francesa de Le Havre donde vivía. Un infarto se lo llevó para siempre cuando empezaba a disfrutar de todo lo ganado por los campos del mundo. Atrás quedaban 11 clubes distintos y una larga carrera dejando amigos en todas las ciudades que habitó. El Almería comunicaba su marcha y mandaba las condolencias a familiares y amigos en Camerún y en el vecino país. Su paso por el PSG le hizo famoso en Francia y luego con el Olympique de Marsella se instaló entre los grandes.

Se prodigaba en el área rival y siempre aplicando en el sentido táctico.
Jugó dos años en el club de Le Havre y puso el punto y final a 17 temporadas como profesional desde que saliera de Yaundé para triunfar en Europa. Volvió por Almería antes de morir, pero ya no tenía negocios y lo hacía para saludar a los amigos que dejó, muchos en la ciudad. Se le sigue recordando por esta tierra como aquel futbolista feliz. Buscaba en el mar su razón de ser ya que moría en la desembocadura del Sena mirando a Inglaterra desde una ciudad de 600.000 habitantes bañada por el Mar del Norte.