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Sucesos

Curanderismo y negligencia familiar: la defensa del caso de Luca aporta audios sobre la muerte del menor

"Fue consecuencia de una cadena de negligencias vinculadas a prácticas de curanderismo"

Rafael González - Europa Press - Archivo

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Víctor Navarro
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Nuevo episodio judicial en el caso del pequeño Lucas, el niño de cuatro años fallecido el pasado 3 de diciembre en Garrucha. La defensa de Juan David R.C., investigado por la muerte del menor, ha incorporado a la causa un total de 22 archivos de audio con los que trata de desmontar la tesis del asesinato y sostener que el fallecimiento "fue consecuencia de una cadena de negligencias vinculadas a prácticas de curanderismo".

La documentación, ya en poder del Juzgado de Instrucción número 3 de Vera, pretende acreditar "la inexistencia de un clima de terror en el domicilio familiar" y descartar la existencia de un ánimo homicida por parte del investigado, pareja de la madre del niño.

Los letrados del despacho MCHM Abogados sostienen que el fallecimiento no fue el resultado de un crimen doloso, sino “el trágico desenlace de una praxis cultural errónea y de una negligencia compartida por el entorno familiar”. De acuerdo con la defensa, estos audios, intentarían sostener que, el macabroi final del menor estaría marcada por" la ignorancia y la superstición de la madre del niño y su pareja".

Un intenso dolor abdominal

Según la defensa, las transcripciones de los audios incorporados al procedimiento refuerzan la tesis de que los cuidadores actuaron sin conciencia de la gravedad del estado de salud del menor. Manuel Martínez Amate y Diego Ricardo Molinari, abogados del investigado, rechazan que su cliente ejerciera violencia habitual sobre el niño y se apoyan en grabaciones en las que el menor se refería a él como “papá”.

Los audios también revelarían un patrón de actuación negligente frente al deterioro del estado del menor. En ellos se recoge que Lucas "fue alimentado con pan y salchichas" pese a sufrir un intenso dolor abdominal y un daño hepático avanzado, síntomas que no fueron correctamente evaluados.

Agua bendita

Frente a la autopsia preliminar, que apunta a indicios de maltrato y a una posible agresión sexual, la defensa insiste en que "el menor padecía una sepsis no diagnosticada" y que la muerte no se produjo por crueldad, sino por la incapacidad de los adultos para reconocer la gravedad del cuadro clínico. "No dejaron morir al niño por crueldad, sino porque no supieron interpretar los síntomas de la sepsis", indican.

Las grabaciones también apuntarían a una negligencia sanitaria sostenida, basada en la automedicación con ibuprofeno y en diagnósticos obtenidos a través de Internet, una combinación que habría agravado una hemorragia interna ya existente. A ello se suma el uso de remedios caseros, agua bendita y preparados artesanales en sustitución de atención médica especializada.

Con este material, la defensa trata de apuntalar la ausencia de ánimo homicida y sostener que los hechos no se produjeron en un contexto de ocultación. En ese sentido, señalan que la madre enviaba fotografías del estado del niño a su padre, residente en Guadalajara, y realizaba videollamadas con familiares en Colombia y Venezuela, que seguían la evolución del menor a distancia.

Para los abogados, esa exposición constante del estado del niño descarta la intención de matar o encubrir un delito y evidencia, en cambio, una preocupación mal gestionada a través de consejos familiares, diagnósticos remotos y prácticas tradicionales que terminaron teniendo un desenlace fatal.

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