Las pruebas científicas han dado un vuelco extraordinario en el caso del asesinato de Lucas, el niño de cuatro años que perdía la vida en Garrucha el pasado 3 de diciembre, presuntamente a manos de J.D.R., su padrastro, y al que también se le imputaba un delito de agresión sexual contra el menor. Desde que saltara la noticia, mucho se ha escrito, dicho y visto sobre un macabro suceso que ha encogido el corazón de la opinión pública y que todavía alberga una serie de interrogantes.

En primera instancia se habría corroborado que el menor habría sufrido signos de violencia, cuando se encontró su cuerpo. Tanto la madre del niño, como su pareja sentimental fueron puestos a disposición judicial en la Sección Civil y de Instrucción del Tribunal de Instancia número 4 de Vera, donde se les tomó declaración y posteriormente se decretó su ingreso en prisión.

Mientras la investigación judicial seguía su curso, una terrible noticia salía a relucir: el niño habría sido víctima de agresiones sexuales, presuntamente consumadas por parte del hombre que ejercía de padrastro del menor. Esta línea podría encontrar su fin tras la publicación del informe de toxicólogo-forense, sobre el caso, elaborado por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, perteneciente al Ministerio de Justicia, el cual ha sido consultado por LA VOZ. Los resultados concluyen que no existen restos biológicos ni de ADN ajenos al niño.

El análisis genético no detecta ADN ajeno 

En el análisis genético de indicios biológicos, en donde se aplicaron al cuerpo de la víctima una serie de pruebas para amplificar la detección de posibles restos de semen o restos de saliva, ya que, según explica el informe, "previamente no se detectaron", los resultados han señalado que, tras las tomas biológicas prácticas a Lucas, "se ha obtenido un mismo perfil genético masculino coincidente con el suyo. No detectándose características genéticas que sugieran la presencia de ADN ajeno".

El informe del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses ha encontrado resultados negativos al realizar la investigación de espermatozoides, y lo mismo ocurrió con los de saliva. De acuerdo con el informe, tras las tomas rectales practicas al niño, "no se ha detectado la presencia de semen". Asimismo tampoco "se han detectado restos sugestivos de la presencia de saliva".

El informe toxicológico revela el uso de ibuprofeno

Por otra parte, y según señala informe, no se han hallado en el metabolismo de la víctima restos de sustancias psicoactivas. Esta ausencia podría estar sujeta, según sostiene el informe, a varias posibilidades: "al tiempo transcurrido entre los hechos y la toma de la muestra" o "a que las concentraciones de las posibles sustancias administradas se encuentren por debajo de los límites de detección".

La prueba sí ha revelado que el niño consumió Iboprufeno. No obstante, el Instituto Nacional de Toxicología no ha dicho su última palabra sobre la presencia, o no, de drogas en el organismo del niño. Señalando que los resultados negativos obtenidos para sustancias psicoactivas "no excluyen que se haya utilizado alguna de ellas" y que no se detecten dependería de las causas antes mencionadas.

Así las cosas, habría que esperar a saber si el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses demanda realizar alguna prueba más para profundizar en el caso de Lucas y dar una respuesta a la posible presencia de algún rastro de ADN ajeno al niño.