La Agencia EFE en Algeciras lanzaba el 6 de diciembre la noticia: “Desaparece un pesquero en el Estrecho de Gibraltar con base en Ceuta. Efectivos del Centro Regional de Salvamento con base en Tarifa (Cádiz) rastreaban desde esa madrugada el Estrecho de Gibraltar para intentar localizar el pesquero 'El Perro', con base en Ceuta, desaparecido en la zona, informaron a EFE fuentes del citado Centro”. 

El pesquero desaparecido tenia siete metros y medio de eslora y partió a las diez y media de la mañana del viernes 5 de diciembre de 1992 con seis tripulantes a bordo para su faena en Algeciras (Cádiz), sin que por ese momento se tuvieran noticias de ellos. 

Recuerdo aquellos ojos que no paraban de agradecer a cuantos les auxiliaron después de horas de angustia. Empapados hasta los huesos y abrigados con mantas, mostraban su agradecimiento acompañados de un nerviosismo que les hacía temblar. Aquellos lobos de mar estuvieron durante muchas horas en los brazos del mar. 

Yo realizaba colaboraciones por entonces con Tele-Adra. Los compañeros Pepe Torcuato y el cámara José, salieron a toda prisa al enterarse del suceso. Con micrófono en mano pudieron recoger algunos testimonio nítidos pero con voz entrecortadas y temblorosas de aquellos pescadores. Las lágrimas se entremezclaban con el salitre de los pómulos mientras contaban sus personales experiencias. Todos coincidían mientras la marea los arrastraba de no parar continuamente de pensar en sus familias. 

Recuerdo aquel reportaje desde el pasillo junto a la sala médica del ambulatorio abderitano y que estaba justo al frente, a la izquierda, del bar de Antonio. Los uniformes de la Policía Local, Guardia Civil o voluntarios de Cruz Roja se entremezclaban con los abrazos de los pescadores a los que trataban de dar tranquilidad. 

La odisea de atravesar el canal Manuel S. de Nogués, apuntaba en el ‘Faro de Ceuta’ en su edición del 9 de diciembre: “Fueron unos días muy amargos, donde un fallo en el motor y una batería gastada, fueron las principales causas del accidente, según los tripulantes. Soplaban vientos de fuerza en la zona cuando empezó a tener problemas el palangrero”. 

Tras darse la alerta ante la Comandancia General de Marina por los propios familiares de los tripulantes se puso en marcha un amplio dispositivo de búsqueda por parte de la Estación de Salvamento y Centros de Tarifa (Cádiz), con participación de dos helicópteros y el buque de Salvamento ‘Punta Service’. 

Los seis marineros, con mantas, realizaron una vela rudimentaria que les ayudase acercarse a la costa. Al principio pusieron proa a Gibraltar, pero allí la mar era mala y entonces enfilaron la de España. Durante los tres días que estuvieron a la deriva, la costa siempre estuvo a vista de los pescadores pero era un ejercicio de querer y no poder. 

Eran hombres de la mar de toda la vida que llevaban ‘remendao’ en sus venas la profesión y el ancla clavado en sus corazones. A pesar de disponer de bastante agua, de algo de café y de leche, y del cargamento de pescado, el susto les impedía probar bocado. Los estómagos no estaban por llenarse con los nervios metidos hasta las entrañas. 

Lo peor que llevaron fue el frío, las olas que les venían encima y la madrugada de aquel viernes al sábado cuando el poniente soplaba aún con más fuerza en algún momento los pescadores de ‘El Perro' pensaron que el mar se los tragaba. 

Durante las siguientes doce horas, el mar les enseñaba su peor cara, cuando las olas eran tan grandes que se veía venir desde lo alto, como un cerro. Tres días desaparecidos y ante la incógnita, se encontraban ya en una situación límite, y con signos de agotamiento. 

Rescatados con lágrimas de sal 

Los pescadores fueron rescatados finalmente junto con la embarcación a 25 millas de Adra por efectivos de la Guardia Civil, a las sies y media de la tarde del domingo 7 de diciembre. La embarcación fue localizada a la deriva por un helicóptero de la Guardia Civil. Las fuertes corrientes del Estrecho los arrastró hasta el Mar de Alborán. Tres horas después, el palangrero, de siete metros y medio de eslora, entraba en el puerto de Adra remolcado por una lancha de la Guardia Civil que también participaba en las labores de localización. 

Los marineros, que se encontraban en su totalidad en buen estado físico, eran examinados por responsables de la Cruz Roja del Mar de Adra. Los tripulantes eran, Juan Gómez, Andrés Gómez, Andrés León, Manuel Rodríguez, Miguel Fernández y un sexto marinero de nombre Javier, fueron pasando reconocimiento médico y atendidos en todo momento.

Tras prestar declaración ante las autoridades, felizmente, pudieron regresar a Ceuta en la noche del 8 de diciembre, donde fueron recibidos en el puerto por un nutrido grupo de familiares y amigos entre lágrimas, emoción y abrazos, poniendo fin de este modo a una travesía de 56 horas a la deriva en alta mar.