La provincia de Almería se perfila como una de las excepciones en el mapa de la despoblación rural que afectará a buena parte de España en las próximas décadas. Así lo pronostica un estudio realizado por el Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México, que augura que, mientras la mitad de las provincias españolas perderá población en sus municipios pequeños, Almería experimentará una expansión notable de habitantes en el ámbito rural hasta 2040.

El trabajo, basado en modelos de series temporales ARIMA y en datos del Instituto Nacional de Estadística entre 2000 y 2020, analiza la evolución y las proyecciones de la población rural en las provincias del país. Las áreas rurales se definen excluyendo municipios urbanos y aquellos con más de 10.000 habitantes. Según sus conclusiones, la población rural española pasará de 7,9 a 8,2 millones en dos décadas, un incremento global del 2,9%.

Previsión para 2040

Sin embargo, detrás de este crecimiento moderado se esconden profundas diferencias territoriales. Veinticinco provincias —principalmente en el noroeste— registrarán caídas muy pronunciadas, mientras la otra mitad mostrará cierto dinamismo, entre ellas Almería. El caso almeriense resulta llamativo por la intensidad del crecimiento. En el año 2000 sus municipios rurales sumaban 125.715 habitantes. Dos décadas después, en 2020, la cifra ascendía a 142.089, lo que supone un aumento del 13%.

La tendencia no solo continuaría en el futuro, sino que se aceleraría. Para 2040, las proyecciones apuntan a 180.589 residentes en las áreas rurales, con una subida del 27,1% sobre el nivel actual. Se trata de uno de los mayores crecimientos previstos en toda España, junto al de Baleares, Guadalajara, Alicante o Madrid.

Este dinamismo contrasta con las pérdidas esperadas en provincias como Zamora, Ourense o León, que podrían reducir en más de un 30% su población rural. También tendría efectos contrapuestos con respecto a territorios más cercanos, como Jaén o Córdoba, donde se prevén descensos de entre el 10% y el 15% en las próximas dos décadas.

El trabajo explica que las proyecciones convencionales del INE suelen realizarse a escala nacional o autonómica, lo que en muchos casos oculta la diversidad interna entre zonas rurales y urbanas. Para superar esa limitación se aplicaron modelos ARIMA, herramientas extrapolativas utilizadas en análisis de series estadísticas, capaces de trabajar con áreas más pequeñas y con un menor volumen de datos. La metodología, detalla el estudio, permitió aislar el comportamiento de la población rural en cada provincia, considerado más útil para evaluar políticas de ordenación territorial, prestación de servicios o infraestructuras.

Almería, enclave 

Según el estudio, once provincias perderán más del 15% de sus habitantes rurales, con descensos que alcanzarán cuotas críticas en las de mayor tradición emigratoria del norte. En el lado opuesto, territorios con dinámicas demográficas más favorables, como Almería, se consolidan como polos de atracción en el ámbito rural.