La crisis de la construcción no sólo ha supuesto un problema económico y de empleo para la ciudad, sino que, y aunque resulte sorprendente, todo un dilema para el área de Cultura del Ayuntamiento de la capital. Y es que son muchas las peticiones que llegan hasta el Consistorio para poner nuevos nombres a calles de la ciudad, mientras que no se generan nuevas vías ya que no se crean urbanizaciones en sectores sin desarrollar.

Aunque parezca extraño, esta dificultad ha llevado en más de una ocasión a tratar de variar los nombres a vías que se encuentran en el centro de la ciudad y eso conlleva multitud de problemas. Eso es precisamente lo que ha ocurrido con la calle que une desde la calle Real a la Plaza Flores.

Hace un tiempo esta calle contaba con la denominación de Torres, si bien, pasaba a denominarse como Plácido Langle, abogado y político adscrito al grupo de Castelar durante finales del siglo XIX y principios del XX, tras alcanzarse un acuerdo por parte del Pleno del Ayuntamiento.

Tras el cambio, y así lo explica el concejal de Cultura, Ramón Fernández-Pacheco, los comerciantes y hosteleros de la zona empezaron a recoger firmas para conseguir que se volviera a poner el nombre de Torres a la calle. Afirma el edil popular que argumentaban que “es mucho el material que ya tenían adquirido con este nombre, desde bolsas, tarjetas, sobres, e incluso reconocen que para recibir el correo también puede ser todo un problema”.

Para tratar de dar respuesta a esta petición, se aprobó por parte de la comisión informativa de Cultura, en la que se encuentran representados todos los grupos políticos del Ayuntamiento, el denominar a la vía como calle Torres, antigua Plácido Langle.

Recurso
Cuando parecía que desde todas las partes se estaba de acuerdo con el cambio porque así se recogía la demanda de los comerciantes y también la denominación que por Pleno se había aprobado, por parte de la familia Langle se presentaba un recurso reclamando el mantenimiento de Plácido Langle a esta vía.

Estudiando los argumentos dados, los técnicos municipales decidieron estimar parcialmente la demanda de los familiares y finalmente la calle pasará a llamarse Plácido Langle, antigua Torres.

Se trataría así de una de las pocas calles que cuenta con dos nombres ya que, normalmente cuando se le cambia la denominación se coloca la última y ya nadie se acuerda de cómo se llamaba. Lo cierto es que parece que esta opción satisface a todos, permitirá que Correos llegue con facilidad, que las bolsas de las tiendas también sirvan sin necesidad de realizar nuevas, y sobre todo, cumplir con los compromisos adquiridos por parte del Ayuntamiento.