Está claro que la ilusión es el combustible que mueve el mundo y el que pone en marcha las grandes ideas. Y mucha ilusión es lo que ha puesto en su próximo proyecto Francisco Rodríguez, un agricultor balermero amante de la mar que va a lanzarse a la aventura de darle otra vida a un invernadero ya en desuso junto a la orilla en la zona de Poniente de Balerma que pocos podían imaginar.

Y es que Francisco está acondicionando todo para poner en marcha un varadero en seco. “Es una idea que traigo de muchísimos años y en la que nunca me atrevía. Y ahora se ha presentado la ocasión y me quise echar adelante”, explica.

Todo surge cuando advierte que hay un invernadero junto a la playa que no está en uso pero que se encuentra en un lugar tan cercano a la mar que es ideal para hacer un varadero y tener un lugar desde donde botar y varar las embarcaciones.

Ante esta posibilidad, confiesa que “tras hablar con los amigos y la gente, todos lo veían como una buena idea por lo que me he lanzado a por ello”.

Aunque eso ha supuesto un largo tiempo de papeleos y permisos que ya está en su recta final. “Ahora mismo tengo una concesión administrativa de la zona del dominio público que va del varadero a la orilla de la mar para poder meter y sacar los barcos. Y también está la autorización de Medio Ambiente con el informe favorable de Costas y de Capitanía Marítima así como también está en regla lo correspondiente a Diputación”.

Servicio integral
La idea con la que se va a poner en marcha esta infraestructura en Balerma es la de que se pueda ofrecer un completo servicio a las personas que quieran tener su embarcación en este varadero, que contará con un espacio de 5.000 metros cuadrados y en el que se dará cabida a en torno a 140 embarcaciones con sus respectivos remolques.

Así, Francisco Rodríguez indica que “esto no es un puerto pero se asemeja en el sentido de que tú te subes en el barco con zapatos y te bajas con zapatos. Prácticamente como en el puerto. Además, esto es cómodo porque aquí se puede preparar el barco, se deja listo para cuando se pueda salir...En definitiva, se intenta poner todo lo más fácil posible para que quien venga lo único que tenga que hacer es disfrutar”.

No obstante, la limitación del espacio y el hecho de que todas las maniobrase se realicen movilizando cada embarcación con su respectivo remolque obliga a que la eslora máxima de los barcos que puedan alojarse en este varadero en seco sea de 7,5 metros.

En cualquier caso, las expectativas parecen bastante buenas con un nicho de mercado que está bastante bien definido: “Haciendo un análisis de lo que hay en la zona, ves que mucha gente tiene el barco en su almacén o en su garaje. El que compra la embarcación, compra embarcación, remolque y máquina o coche 4x4 para transportarla y eso aquí se evita”, indica.

Asimismo, también añade que “mucha gente me ha dicho que no se ha comprado un barco precisamente por lo de antes, que no se han comprado una embarcación porque tienen que tener un 4x4, buscarse gente para echar y sacar el barco... Todo eso no hará falta aquí”.

Coste
Lo único que falta por determinar es cuál será la lista de precios de los diferentes servicios ofrecidos por el varadero ya que, según Rodríguez, “pueden variar mucho en función de muchas cosas como las medidas del barco, los servicios que se contraten o del tiempo que el barco vaya a estar aquí. Pero lo que está claro es que será más económico que en un puerto”.

Así que habrá que ver cómo funciona esta apuesta de reconvertir un invernadero en un varadero de barcos aunando la mar y la tierra, signos de identidad de Balerma.