Lo mismo decía Felipe González cuando se le acusaba al PSOE de corrupción y otras alegrías. Manuel Chaves y José Antonio Griñán no conocían lo que se escondía tras los eres, los cursos y otras historias de la socialista Andalucía. Está claro que Mariano Rajoy nada sabe de los sobres en negro y tampoco de la Gurtel. Lo mismo ocurre con los caballeros de la mesa redonda de Caja Madrid: Nada sabían de irregularidades en las tarjetas negras con las que pagaban las lindezas más decorosas o indecorosas, que de todo hay en la verde campiña, pero gastaban que era un primor. Todos por igual. Ahí no importaban los colores, lo mismo si eras azul o rojo, sindicalista o empresario. Todos se han enterado por la prensa. El alcalde de Roquetas, Gabriel Amat, se ha sumado al coro de políticos que se enteran por la prensa de los pasos que va dando la justicia y que lo tienen a él como gran protagonista. Cuesta trabajo creerlo. Pero si ellos lo dicen, y son muchos a lo largo de la historia política de España los que así lo atestiguan, lo mismo es verdad y se enteran de sus supuestas o presuntas fechorías por los periódicos. Ellos son unos santos barones, los malos son los fiscales que los investigan, los jueces que los juzgan y el papel impreso (rosa, azul o rojo) que se lo cuenta a los ciudadanos.
El esconderse tras “lo he conocido por la prensa” es una manera de no dar explicaciones a los ciudadanos. Querer demostrar que ellos no saben, no conocen, no son conscientes de lo que se está haciendo en esas administraciones donde ellos son los grandes responsables. ¿Y uno se pregunta, si no se enteraban de lo que ocurría, no se enteran de lo ocurre, a qué se dedicaban, a qué se dedican? No estaría de más que nos enteráramos nosotros, ya que ellos no lo hacen. Es la perfecta excusa de los políticos para no dar explicaciones: Me he enterado por la prensa. No tengo conocimiento de la denuncia. Y como no saben, no conocen. ¿Qué nos pueden contar? Pues eso, nada. Y a volar mientras la justicia no diga lo contrario. 
Claro que salir ahora con nueve años de inhabilitación a Pedro Llamas por algo que ocurría hace diez años y cuando ya no está en política no es la justicia que a uno le gusta tener. Es necesario saber cuánto antes lo que hay detrás de la denuncia contra Amat, por su bien y el de Roquetas.