Puede que la tenacidad en el mantenimiento de un error pueda ser definida como contumacia en los diccionarios, pero cuando la insistencia en el disparate entra en los terrenos sensibles de la política, convendría pasar de la teoría a la práctica. O lo que es lo mismo: la zapatilla como mensaje. A todos nos ha bastado alguna vez la contemplación de una zapatilla en la mano de tu madre para comprender -al instante- que seguir alborotando en el pasillo era una pésima idea. Lo digo porque quizás haya que ir teniendo un gesto informativo con los majaderos que día tras día siguen aportando detalles de cómo será la Cataluña independiente que están preparando. Y es que la página oficial de esa Asamblea Nacional Catalana (ANC) que promueve don Artur Mas, acaba de publicar que Cataluña tendría unidades de infantería ligera, blindados, corbetas y aviación. Además, se contaría con un servicio militar voluntario y reservistas que actuarían “en caso de conflicto bélico o de invasión”, para acciones de “sabotaje, emboscadas y guerrillas.” Está visto que el silencio es la mejor munición para el desvarío, porque todas estas sandeces no habrían llegado ni tan siquiera al papel si desde el primer momento del delirio se hubieran dejado las cosas claras a los ideólogos de la yihad butifarrista, porque una cosa es la sardana y otra la artillería. Y es que si no fuera por lo que es, resultaría cómico ver que alguien puede plantearse en serio la creación de un “exèrcit català” dispuesto a repeler una “invasión española”. Ahora, que estoy deseando ver qué es lo que piensan hacer estos iluminados con figuras históricas como la barcelonesa Agustina Raimunda Maria Saragossa i Domènech, “Agustina de Aragón”, o con el general reusense Juan Prim i Prats, que merecieron fama y gloria batiéndose ante los enemigos de España. Supongo que declararlos traidores a la patria. Pobre gente.