Jueves Santo: todo lo que tienes que saber de las Angustias

El Cristo de la Buena Muerte, en una imagen de Daniel Pérez.
El Cristo de la Buena Muerte, en una imagen de Daniel Pérez.
Jorge Ponce
01:49 • 01 abr. 2021


Al llegar la Comunidad de Padres Jesuitas a Almería en 1910 se implantan en la ciudad las diferentes Congregaciones adscritas a esta Orden. No obstante no sería hasta finales del año de 1911 cuando se aprueba la erección canónica de la Congregación de la Buena Muerte. Tras la disolución de la orden impuesta por la República en 1931 desaparece la Congregación hasta que el 24 de septiembre de 1941, a instancia de la comunidad granadina en Almería, se funda la Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias. A esa reunión fundacional asisten también los miembros de la Congregación de la Buena Muerte, acordándose, tras la fundación de aquélla, la fusión de ambas corporaciones, y asumiendo el nombre de Congregación-Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias y Santísimo Cristo de la Buena Muerte, cerrando la nueva denominación el nombre del Titular de la Congregación por ser la de mayor antigüedad.



La Virgen de las Angustias se encargó en 1941 a José Navas-Parejo Pérez que percibió 13.500 pesetas tras realizar una reproducción de la que se venera en Granada. Tal vez no sepas o no recuerdes que por obras en su Iglesia en 1983 el Santísimo Cristo fue llevado a la parroquia de San Ignacio en Piedras Redondas donde permaneció hasta que fue trasladado en Via Crucis a San Juan. Durante el presente año el Cristo de la Buena Muerte ha sido el encargado de presidir el Via Crucis general de las Cofradías, este año de manera estática en su sede Canónica, y no debes perderte cada Cuaresma el prestigioso pregón del Costalero, que organiza la Hermandad.



PASAJE BIBLICO LUCAS 23:44-47



44 Desde el mediodía y hasta la media tarde toda la tierra quedó sumida en la oscuridad, 45 pues el sol se ocultó. Y la cortina del santuario del templo se rasgó en dos. 46 Entonces Jesús exclamó con fuerza:



—¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!



Y al decir esto, expiró.



47 El centurión, al ver lo que había sucedido, alabó a Dios y dijo:



—Verdaderamente este hombre era justo.


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