Las manos que todo lo curan en Unicaja Almería
Uroz y Soriano, tándem de fisioterapeutas

La pareja con manos de santo.
Buscando una década en el club, José Antonio Uroz tiene chico nuevo en la oficina. Es Jorge Soriano, y entre ambos se ha generado desde el principio una estrecha relación que beneficiará la puesta a punto de Unicaja Almería. No podía ser de otro modo que la estructura del club más laureado de la historia de Andalucía en todos los deportes, el mejor de España en voleibol, sea la adecuada para no solo llegar sino mantenerse. Así, los jugadores ahorradores tienen que preocuparse únicamente de dejarse sacar por parte del técnico Piero Molducci todo lo mejor que llevan dentro y alcanzar las finales.
Es básica la confianza en los fisioterapeutas del club, ya que en sus manos está un mejor rendimiento y una mayor longevidad sobre la cancha. Por ello va por delante la profesionalidad y el trato cercano: “Pasamos mucho tiempo con los jugadores, y de hecho en la relación personal somos los que más cercanos estamos; en los viajes vienen a nuestra habitación a tratarse, por ejemplo, y de paso a desahogarse”. Así lo cuenta José Antonio Uroz, apoyado por Jorge Soriano: “Además del gabinete de fisioterapia es casi un gabinete psicológico”. Mirada cómplice entre ambos, Uroz remata: “El roce hace el cariño”.
En esa idea de proximidad máxima con los problemas de la plantilla, más allá de los físicos, Soriano habla casi en primera persona: “Yo como jugador puedo decir que es extremadamente importante el sentirte seguro cuando acabas un entrenamiento, hablas con tu fisio y le dices que te molesta esto o lo otro, y que te responda que se puede solucionar para darlo todo en la cancha”. Está claro que “si el jugador no está al cien por cien la cabeza tampoco funciona, y tener un
fisioterapeuta que te ayude a superar las lesiones es fundamental”. Con las botas recién colgadas, vive la experiencia desde los dos puntos de vista.
Tanto Uroz como Soriano saben “lo que cuesta empezar la pretemporada, y sobre todo las pesas y la carga en la pista con los saltos”. Lo normal de su trabajo durante los primeros días les llega porque “surgen sobrecargas propias del trabajo físico más intenso”, y además “atando en corto las lesiones anteriores de los jugadores, que siempre hay que tenerlas en cuenta y vigilarlas más de cerca”. Así lo cuenta Uroz, que en relación a Soriano recuerda que “ha vivido el trabajo físico de la pretemporada en sus propias carnes”. Como fisio, un piropo: “Tiene buena madera y vamos a hacer buena ‘parejilla’ este año”.
Jorge Soriano pasa directamente de la cancha a la sala médica, ya que se acaba de retirar del voleibol activo. Tiene su pasado en verde y se siente un privilegiado por volver a Unicaja: “La verdad es que me siento en casa porque he estado 15 años en el club, sé como funciona y para mi es un privilegio estar aquí, aprender de Jose (Uroz), y estar en un equipo de altísimo nivel, el mejor de España, el mejor club”. Su objetivo es “aprender mucho y disfrutar con los compañeros”. Incluso participa en algún entrenamiento con el equipo ahora que se está escaso de efectivos por la Selección Española.
De ambos fue el protagonismo el primer día, en el que “se toman los pesos, los pliegues de grasa, se aplica una fórmula para ver qué porcentaje traen… y se puede asegurar que no hay desmadres”. Uroz sigue contando que también “se hace una pequeña entrevista de antecedentes, alérgicas a medicamentos, lesiones anteriores, si tienen alguna prueba diagnóstica reciente… todo para tener un mayor control”. Después entra a funcionar la coordinación: “Hay comunicación directa con De Haro, y pedimos que afloje a uno o apriete a otro”. El entendimiento es total: “El cuerpo médico y el cuerpo técnico somos uno, una familia”.
De hecho, se profesan admiración: “La preparación tan buena que hace Enrique (De Haro) previene lesiones y hace que las sobrecargas sean las menos posibles; a largo plazo esto es súper importante, y a nosotros ‘nos la deja botando’, lo tenemos mucho más fácil”. En su caso, dados los años en el club, no hacen falta las palabras: “La coordinación se hace de memoria, yo no tengo que preguntarle a Guille (Carmona) o él decirme a mí sobre ciertas cosas, porque se dan por hecho; además, Jorge conoce perfectamente la dinámica del cuerpo técnico también y por ello estamos a pleno rendimiento desde el principio”.
Soriano sabe que la vida en activo de un jugador “depende de la posición, ya que un colocador y un líbero duran más porque tienen menos carga de salto, un trabajo menos agresivo”. Uroz pone la excepción: “Isra (Rodríguez) está hecho un ‘animal’ a sus 35 años, ello porque es un profesional como la copa de un pino”. El “momento álgido” es el de los play off, “porque de las sobrecargas y lesiones banales de ahora se pasa a tener las fuerzas justas: a lo largo de la temporada las lesiones traumáticas pueden llegar en cualquier momento”.