Sigue en descenso, a cuatro puntos de salir y con menos jornadas por disputar. El presente es de color oscuro para el Almería, pero con partidos como el del Ciutat de Valencia demostró que está vivo y no quiere descender de categoría. El Levante es líder destacado, no por casualidad, y es que sus números le han colocado en el escalafón más alto, pero si lanza una moneda al aire siempre le va a salir cara. Casto apenas tuvo que intervenir en todo el encuentro, y la única vía de escape que encontraron los granotas fue desde el punto de penalti. Pérez Pallas decretó los once metros después de un agarrón de Nano, esos que nunca se suelen pitar.
En un choque de dificultad el líder se puso por delante de la única forma posible. El Almería salió temeroso, y aún así dispuso de dos ocasiones para adelantarse: una de Trujillo y otra de Puertas. No parecía que los rojiblancos ocupaban la antepenúltima plaza. Se llegó al descanso con 1-0 merced al penalti transformado por Roger.

El descanso revitalizó al Almería, que quitó el freno de mano y se fue a buscar el empate siempre partiendo del orden solicitado por Luis Miguel Ramis. Nunca un balonazo sin sentido y sí buscar el espacio para que Fidel y Puertas, con las ayudas de Nano e Isidoro, metieran la pelota en el área.
El Levante se encerró, o más bien lo metió atrás el Almería, y se libró de milagro del empate. Raúl Fernández con una parada a un metro de la línea de gol y un disparo al poste terminaron con las opciones rojiblancas. La imagen del partido fue ver a todos los jugadores de campo y del banquillo echándose las manos a la cabeza, porque perder no era justo. El equipo de Ramis está vivo y quiere luchar. Lejos de desmoronarse al ir perdiendo en el campo del líder, apretó hasta el último suspiro, sin rastro de problemas físicos, ya que la fuerza también está en la mente.

El Almería sigue en descenso a cuatro puntos de la salvación con una jornada menos por disputar. Los jugadores llevan a sus espaldas una pesada losa que viene desde hace varios meses. La única diferencia entre Levante y Almería, al margen del abismal escalón de puntos, está en los famosos detalles: mientras uno es capaz de ganar con lo justo, al rival le cuesta un mundo ver puerta.
El Levante ya es pasado y las derrotas siempre duelen, pero hay motivos para creer. Ramis ha calado en el vestuario  y aunque el tiempo apriete, el Almería no piensa dejar de luchar. Lástima que partidos como el del Ciutat de Valencia no se hayan repetido más en el presente campeonato.