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Cultura

Fallece Alejandro Reyes, la discreta leyenda almeriense que se codeó con los más grandes

El fundador del Club de Música y Jazz San Juan Evangelista de Madrid y productor de espectáculos musicales muere a los 81 años de edad

Alejandro Reyes, fundador del Club de Música y Jazz San Juan Evangelista.

Alejandro Reyes, fundador del Club de Música y Jazz San Juan Evangelista.Eduardo Santana

Evaristo Martínez
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Puede que él se ruborizaba, y musitara alguna frase entre dientes, por culpa del titular que abre estas líneas. Pero Alejandro Reyes Domene Rodríguez, promotor cultural fallecido este miércoles en Almería a los 81 años de edad, se ganó a pulso, sin buscarlo nunca, el apelativo de leyenda, por más que su lugar en el mundo estuviera en la discreción del segundo plano.

Figura reverenciada en el paisaje y el paisanaje del Colegio Mayor San Juan Evangelista de Madrid, el añorado ‘Johnny’ (fue socio fundador y coordinador de su emblemático Club de Música y Jazz desde su creación en octubre de 1970), pudo conocer —y en muchos casos trabar amistad— con artistas como Camarón de la Isla, Enrique Morente, Tomatito, Niño Josele, Paco de Lucía, Joaquín Sabina, Carlos Cano, Luis Eduardo Aute, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Mercedes Sosa, Chet Baker, Diana Krall, Tete Montoliú, Chick Corea, Winston Marsalis, Dizzy Gillespie, Jorge Pardo, Bebo Valdés y Paquito D’Rivera, entre muchas otras. 

Una labor por la que el club recibió en el año 2011 la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, que Reyes recogió de manos del emérito Juan Carlos I. “Aquí se premia el trabajo de mucha gente: de los colegiales que han sido miembros del club, de los actuales, de los equipos de dirección y los patrocinadores, sin los cuales esto no hubiera sido posible”, explicaba días después en declaraciones a Guillermo Fuertes para este periódico.

Entre los más que merecidos reconocimientos que recibió en vida —otros comenzarán a gestarse a partir de ahora—, el Morato de Oro que la peña flamenca El Morato le concedió en 2023 y un homenaje por sus cincuenta años de compromiso por la música que organizó el Instituto de Estudios Almerienses (IEA) en la sala Clasijazz en 2017.

Un almeriense en Madrid

Oriundo de Alcóntar, la “patria de su pedigrí”, como escribió en un perfil para LA VOZ el periodista Antonio Sánchez de Amo, Alejandro Reyes se crió en la calle de la Reina, en pleno casco histórico de Almería.

Tras estudiar en el entonces Instituto Nacional de Enseñanza Media (hoy Celia Viñas) se fue a Madrid para cursar la carrera de Ingeniería Industrial Superior, que no llegó a terminar por culpa de una asignatura. 

Su llegada al ‘Johnny’, su hogar durante media vida (de ahí que le apodaran el colegial eterno), marcó el comienzo de “una de las mayores carreras profesionales de la producción musical y gestión cultural española”, recordaba el IEA con motivo de su homenaje.

Espacio cultural para la libertad en tiempos de la represión franquista, templo para el flamenco, el jazz, el teatro y las proyecciones cinematográficas, el club colegial le dio alas para prolongar su labor, ya entrados los años 90, como director-gerente de Cultyart, empresa de promoción y producción de espectáculos y management que se mantuvo activa hasta 2012.

Recuerdos de una trayectoria única

A lo largo de su trayectoria, Alejandro Reyes produjo en Almería durante varios años el Festival de Flamenco y el Alamar, dedicado a las culturas mediterráneas. 

Siempre orgulloso de sus orígenes, aunque crítico con la secular apatía de su tierra, impulsó en Madrid el Festival Flamenco Almería por Tarantos y fue productor y director artístico del Festival Flamenco Caja Madrid: una de sus grandes satisfacciones era la de haber llevado a actuar a la capital de España a prácticamente todos los artistas de flamenco almerienses (desde los veteranos a los noveles, pasando por los consagrados).

Además, fue asesor cultural de Enrique Tierno Galván y de la Universidad Complutense. También estuvo vinculado a los festivales de jazz de Madrid, Ibiza y Almería.

El escenario del ‘Johnny’, en la Ciudad Universitaria madrileña, fue testigo del último concierto Camarón de la Isla seis meses antes de su muerte en julio de 1992. “Él venía de Nimes y estaba muy cansado. Dijo que no iba a actuar, pero Tomatito le dijo: ‘No podemos hacerle esto a Alejandro, con lo que está haciendo por el flamenco’. Y fue uno de los mejores conciertos de su vida”, detalló al periodista Alberto Gutiérrez en una entrevista concedida a este medio.

El San Juan Evangelista fue asimismo el penúltimo lugar en el que actuó el mito del jazz Chet Baker dos meses antes de perder la vida en Ámsterdam.

“Gracias por tu bondad”

A la relevancia cultural del ‘Johnny’ y, sobre todo, a la figura de Alejandro Reyes, dedicó la malagueña Andrea Barrionuevo el documental ‘Club de Reyes’ (disponible en Filmin), con más de una veintena de entrevistas, como las de Tomatito, El Gran Wyoming, Miguel Ríos, Estrella Morente y de los ya desaparecidos Javier Krahe, Juan Claudio Cifuentes, ‘Cifu’; Luis Eduardo Aute y Juan Diego.

Un legado recogido además en ‘La leyenda del templo’ (Escalera, 2015), libro con edición de edición de Daniel Ortiz Peñate y Talía Luis Casado donde el desaparecido almeriense firmó el epílogo.

“Gracias por habernos hecho más curiosos y generosos. Por tu bondad. Por compartir todo lo que tenías y pensabas. Cuánto te agradecemos habernos descubierto nuevas maneras de sentir, de pensar y de experimentar. El jazz, el flamenco, la música, los libros, el cine”, recoge en Facebook el Club de Música y Jazz San Juan Evangelista en un texto firmado por su amigo Eduardo Santana, profesional de la comunicación y de la cultura.

Aquel verso libre de la tierra del esparto, del desierto peliculero que tanto amaba, levantó en un colegio mayor de Madrid, a golpe de compases flamencos y notas de jazz, “una catedral de la música popular”, en palabras de Aute.

Se ha ido Alejandro Reyes de la misma forma en la que vivió: sin hacer ruido, pero con voluntad firme. No ha querido velatorio, ni misa, ni ceremonia laica: solo sus familiares más cercanos le han despedido en la más estricta intimidad. 

Se ha ido Alejandro Reyes, la discreta leyenda almeriense que se codeó con los más grandes. Y esta ciudad pierde a un tipo irrepetible, símbolo de un tiempo cultural quizás también irrepetible. 

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