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Sucesos

Tensa detención en Aguadulce: dos disparos con táser y una caída de cinco metros por una escalera

Al verse atrapado, el detenido intentó dar un giro de 180 grados con su motocicleta

Coche patrulla de la Guardia Civil.

Coche patrulla de la Guardia Civil.La Voz

Víctor Navarro
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Lo que comenzó como una infracción de tráfico rutinaria acabó desencadenando una aparatosa persecución por las calles de Aguadulce, saldada con un detenido, el uso repetido de armamento eléctrico y un agente trasladado al centro hospitalario de urgencia por posibles lesiones.

Eran las 04:40 horas de la madrugada cuando una patrulla de la Guardia Civil, en servicio de seguridad ciudadana por el entorno del puerto deportivo de Aguadulce, daba el alto a un motorista que presuntamente circulaba hablando por el móvil y que, además, se había saltado un stop en la calle Islas Baleares.

Ante la conducta del motorista, los agentes procedieron a darle el alto. Según apuntan fuentes oficiales el conductor, lejos de obedecer las órdenes de los agentes, continuó la marcha hacia el Paseo Marítimo, ignorando las señales acústicas, luminosas y los avisos por megafonía.

Giro de 180º y disparos de táser

Según explican a LA VOZ, fuentes cercanas a la investigación, el hombre "aumentó la velocidad para intentar esquivar su identificación y detención" . La persecución continuó durante varios minutos hasta que el individuo accedió a la calle Francisco Javier Cervantes, una vía sin salida. Allí, al verse atrapado, intentó dar un giro de 180 grados con su motocicleta modelo Suzuki UH 125 en dirección a los agentes, en un intento desesperado por continuar la huida.

Ante la amenaza inminente de atropello, uno de los tres agentes presentes, provisto de una pistola eléctrica, realizó un primer disparo con su táser. El intento fue fallido. El conductor no se detuvo. Fue necesario un segundo disparo, que esta vez sí logró incapacitarlo brevemente y lo hizo caer de la moto. En eso momento los agentes se lanzaron sobre el motorista para efectuar la detención, sin embargo, las cosas no serían tan sencillas, lejos de rendirse, según explican fuentes oficiales, el hombre intentó zafarse de los agentes de "manera agresiva" en un intento de huir nuevamente.

Una vía de escape de cinco metros

El hombre decidió lanzarse por unas escaleras que comunican con el Paseo Marítimo para tomar las de Villa Diego. En su intento, habría arrastrado consigo a uno de los agentes, provocando una caída de aproximadamente cinco metros por una pendiente escalonada. La persecución continuó a pie durante más de 200 metros. El sospechoso fue interceptado en la calle Islas Feroe por otros agentes que acudieron en apoyo. Debido a la agresividad que seguía mostrando, los efectivos se vieron obligados a emplear spray de defensa personal para inmovilizarlo.

Una vez reducido, fue introducido en un vehículo oficial con para su traslado, momento en el que, según explican fuentes cercanas a la investigación,  "comenzó a golpearse la cabeza de forma repetida contra la mampara, autolesionándose gravemente".

El individuo, identificado como un ciudadano marroquí, sin domicilio ni teléfono conocido, fue detenido como presunto autor de varios delitos: un delito contra la seguridad vial al conducir sin carné, otro de atentado contra agentes de la autoridad en el ejercicio de sus funciones, y un tercer delito de resistencia y desobediencia grave.

Tras su arresto, fue trasladado al centro médico de urgencias de Roquetas de Mar, donde volvió a mostrar una actitud violenta, autolesionándose en presencia del personal sanitario, hecho que quedó reflejado en el correspondiente parte médico. En paralelo, uno de los agentes de la Guardia Civil que participó en la intervención también fue evacuado al mismo centro, con posibles lesiones tras haber caído junto al detenido desde varios metros de altura. Posteriormente, fue derivado al Hospital de Poniente para una valoración más precisa ante la sospecha de una fractura en el hombro derecho.

"Mayor número de agresiones"

La gravedad del altercado no termina en el parte de lesiones ni en la lista de delitos que se imputan al detenido. Los servicios jurídicos de JUCIL —la asociación profesional mayoritaria en la Guardia Civil— han activado su protocolo de defensa para asistir al agente agredido. "Denunciamos una vez más la pérdida del principio de autoridad que sufren los agentes en muchos barrios y reclamamos con firmeza el reconocimiento inmediato de la profesión de riesgo para todos los guardias civiles", explican.

La organización subraya que "Almería es, a día de hoy, la provincia con mayor número de agresiones registradas contra guardias civiles" y denuncia «la pérdida del principio de autoridad» que, sostienen, padecen los agentes en determinados entornos. "No se puede permitir que quienes velan por la seguridad ciudadana trabajen en condiciones de inseguridad jurídica y física, sin poder usar medios de defensa por la presencia de menores instrumentalizados como escudos humanos." sentencian en su comunicado.

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