Los viajeros de la Operación Paso del Estrecho ya no cruzan la Vía Parque: en el Puerto lo tienen todo
El Puerto rivaliza con el Parque Nicolás Salmerón a nivel comercial

Terraza del restaurante Marrakesh, situado en el Parque Nicolás Salmerón y Alonso.
Es martes, en esa hora ambigua entre el desayuno tardío y el brunch que se inventaron los modernos. Es agosto en Almería y, a pesar de la Operación Paso del Estrecho (OPE), el Parque Nicolás Salmerón luce más vacío que en veranos anteriores. Las terrazas de los restaurantes marroquíes y los pasillos de los bazares, que en esta época solían estar llenos de familias de paso rumbo a Marruecos, apenas registran movimiento de este sector de viajeros.
¿Dónde está toda esa masa de gente que llega desde Francia, Bélgica o Países Bajos? ¿Dónde están esos coches cargados hasta el techo, esas familias que hacen parada técnica tras mil kilómetros de carretera? Es cierto que estamos en el ecuador de la OPE, y que habrá picos más intensos que otros. Pero aún así: ¿dónde están?
La respuesta, según los comerciantes del Parque Nicolás Salmerón, está en la falta de movimiento en esa calle y a la subida de la vida. “Está floja la cosa”, sentencia el encargado de uno de los bazares, rodeado de pasillos vacíos y estanterías que lucen igual de llenas que hace días. “La vida sube para todo el mundo, y se está viendo este año. La compra de regalos ha bajado”.
Vecino y competidor
No muy lejos de allí, en uno de los restaurantes de la zona, el paisaje es similar: mesas a medio ocupar, y parroquianos de siempre. Pero las reflexiones, frente a un té con menta, toman otro rumbo. Aquí, los clientes habituales —en su mayoría veteranos de la ruta a Nador o Melilla— saben que la maquinaria del puerto no se detiene. “Está lleno”, dice uno. “Quinientos, seiscientos coches. No hay un barco que salga vacío de Almería”.
Y sin embargo, ese flujo constante de vehículos, de familias, de mercancías, no se traduce en movimiento en la calle. “Ya no salen del puerto”, dice otro con tono resignado. “Allí lo tienen todo: kebab, tienda, restaurante... ¿para qué van a venir hasta aquí?”.
Da la sensación de que, sin quererlo, a los establecimientos marroquíes del Parque Nicolás Salmerón les ha salido un competidor serio: el propio Puerto de Almería. Las mejoras constantes en sus instalaciones, pensadas para facilitar el tránsito, parece estar encapsulando al viajero. “Ya no hay motivo para cruzar la calle. Todo lo necesario —comida, descanso, provisiones— está al otro lado de la verja”. “Además, actualmente con las obras en puerto y ciudad, no es muy cómodo sacar los vehículos del puerto”, enfatizan.
Escala estratégica
El bazar como escala parece haber perdido parte de su sentido. Durante años, los bazares y restaurantes del Parque Nicolás Salmerón fueron una escala obligada para los viajeros magrebíes que, en el marco de la Operación Paso del Estrecho, hacían parada en Almería antes de embarcar hacia Marruecos o Melilla. Allí compraban regalos, provisiones o simplemente descansaban. Pero ese papel para haber ido desdibujándose.
La globalización ha hecho su parte, señalan algunos viajeros: muchos productos que antes eran de obligada compra en Almería ya se encuentran fácilmente en Marruecos, con precios similares o incluso más bajos. “Ya no hace falta ir cargado desde aquí”.
un paseo por el paseo antes de embarcar
Mientras tanto, se observa una nueva tendencia: muchas familias magrebíes que participan en la OPE ya no se concentran en el entorno del Parque Nicolás Salmerón. Ahora pasean por El Paseo de Almería o el Paseo Marítimo, probablemente haciendo tiempo antes de embarcar. Algunos aprovechan para hacer compras en tiendas del centro, tomar algo en cafeterías más turísticas o simplemente disfrutar del entorno urbano.
Este cambio no es casual. Responde a una transformación en el perfil del viajero y en sus hábitos de consumo. Llegan procedentes del norte de Europa, muestran una mayor familiaridad con el entorno urbano y eligen pasar las horas previas al embarque en zonas más céntricas.