En una de las calles adyacentes a la Plaza Pablo Cazard de la capital, muy cerca de la Escuela de Arte y Superior de Diseño Carlos Pérez Siquier de Almería, hay un rincón de lo más particular, poco señalizado, pero bien conocido por todos aquellos que han quedado atrapados por sus encantos. 

La papelería-librería especializada en Bellas Artes, Grafos, es uno de esos lugares en los que uno queda maravillado nada más cruzar el umbral de la puerta. Maquetas del Sistema Solar colgadas del techo, mesas repletas de utensilios de papelería y arte, artículos con un aire de lo más bohemio o las láminas de las portadas de las revistas más icónicas de todos los tiempos, como Bazar, en las paredes crean un ambiente que se asemeja más a un universo paralelo donde reina la paz y la tranquilidad que a la propia realidad. 

"Nosotros lo que queremos es que el que entre se encuentre en un mundo que les fascine, porque la belleza y las cosas bonitas fascinan a todo el mundo", señala Isabel Rodríguez Cruz, dueña y gerente de Grafos. 

Un espacio especial desde el principio

Rodríguez Cruz comenzó a trabajar en esta librería en 1999, aproximadamente dos años después de que Ignacio Vega inaugurara este particular rincón en la calle Martínez Campos. Unos años más tarde, tomó el relevo como regente de la tienda, que hoy en día lleva de la mano de su hermana Carmen. "Ignacio Vega es el que me ha enseñado y el que tiene el valor del comienzo. Yo le he ido siguiendo, porque fue él el que hizo este espacio especial", destaca la actual gerente. 

Este sitio, que huye de la estética moderna y minimalista típica de las librerías y papelerías del siglo XXI , además de querer ofrecer una experiencia distinta a todo aquel que pisa su interior, mantiene la verdadera esencia de un comercio. "Nosotras disfrutamos de cada cliente que llega, compre o no compre, pero es verdad que para estar aquí hay que vender, porque el cometido del comercio es vender y llenar a las ciudades de gente, porque una ciudad sin comercio es una ciudad que está muerta", observa Rodríguez Cruz. 

Clientes que viajan desde el extranjero

Y este cometido Grafos lo cumple a la perfección. Según cuenta su dueña, cada año, desde hace 20, hay clientes extranjeros que regresan a esta papelería. Unos proceden de Holanda, otros viven en Londres, otros se han mudado a París y otros son estudiantes almerienses de arte que vuelven a su tienda favorita para proveerse de material recomendado por los años de experiencia de Isabel Rodríguez. 

Por eso mismo, es necesario destacar que esta papelería tiene de todo, para todos y para todo tipo de bolsillos. En sus estanterías, uno se puede encontrar desde una libreta básica de Campus, la tradicional y queridísima goma de borrar Milan, blocs de notas con diversas portadas- a cual de ellas, más bonita-, tazas de porcelana, postales artísticas, hasta pinceles y ceras de alta gama. "También tenemos desde el boli Bic más simple hasta una pluma estilográfica de 400 euros", cuentan las de la tienda. 

Además, ambas señalan con orgullo de que Grafos es un sitio donde tiene cabida todo el mundo: "Aquí todo el mundo es bienvenido, no se tienen prejuicios, y tampoco hay que ser un especialista en arte para disfrutar de este lugar. Nosotras también queremos que el que entre aquí, si no conoce algo, se vaya sabiendo una cosa más. No es necesario conocer a Orwell y tampoco al Movimiento de la Bauhaus, pero si vienes aquí y ves alguna postal que te llame la atención nosotras te podemos explicar lo que significa y tu te vas sabiendo un dato curioso. Es por eso que creemos que la gente se siente tan a gusto". 

Grafos se ha convertido en hogar

Con el tiempo, Grafos se ha convertido en el hogar de Isabel Rodríguez quien lo decora poniendo su alma en cada rincón y detalle. "Mezclo lo moderno con lo antiguo, siempre encajo todo y voy buscando la armonía. Si una postal, que es lo que más me gusta, no encaja en un sitio es porque ese no es su sitio y le busco otro", cuenta la gerente, quien además reconoce que cuando se refiere a este sitio siempre utiliza la palabra 'Grafos', jamás 'tienda', porque para ella es un lugar especial. 

Además, parece que le ha contagiado el amor por el arte, el estilo bohemio y la decoración que sucede de forma genuina en Grafos a Carmen, su hermana, quien incluso en sus días de vacaciones visita el comercio. "Siempre hemos dicho que la energía y la esencia de este lugar la hacen las personas que entran y también las que ya están aquí dentro", concluyen las hermanas.