Para los productores y exportadores almerienses es de extrema urgencia que los gobiernos de Francia y España tomen cartas en el conflicto generado por los agricultores del país vecino, que llevan ya cuatro días bloqueando las carreteras e impidiendo el tránsito de camiones españoles, muchos de ellos procedentes de Almería.
En una primera aproximación al impacto que ese bloqueo está causando en el sector hortofrutícola almeriense, el gerente de Coexphal (Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería), Luis Miguel Fernández, ha cifrado en alrededor de 75 millones semanales el coste que las movilizaciones pueden originar para la provincia.
Punto álgido
Fernández ha explicado que en este momento de la campaña, en pleno invierno, “estamos en las semanas en las que más frutas y hortalizas se exportan desde nuestra provincia, un tiempo en el que somos más huerta de Europa que nunca”.
El problema surge con ese bloqueo de numerosas carreteras en el vecino país, un territorio que es paso obligado para los camiones cargados de hortalizas que salen cada día de la provincia (alrededor de 2.000 camiones). Por ello, el hecho de que muchos de ellos no puedan llegar a sus mercados de destino “es un desastre para el sector, para los productores y para las empresas comercializadoras y exportadoras”.
El bloqueo
El gerente de Coexphal recuerda que Francia es uno de los primeros mercados de Almería, donde vende cada año por valor cercano a los 500 millones de euros, pero también advierte que los camiones almerienses y españoles en general han de atravesar territorio francés sin más remedio para llegar a cualquier otro país de Europa, un continente que acapara más del 97 por ciento de las ventas de hortalizas almerienses, en total cerca de 3.000 millones de euros.
La situación es complicada porque los productores y exportadores almerienses aseguran estar de acuerdo con las demandas de los agricultores franceses porque sus protestas coinciden básicamente con las de los propios almerienses.
Mirando a Bruselas
Desde Coexphal vuelven sus ojos a las políticas agrarias de la Unión Europea porque, según Luis Miguel Fernández, “las políticas europeas nos fiscalizan, nos penalizan con costes y nos impone unos requisitos que no se están pidiendo a los productores de terceros países”.
La consecuencia de esas políticas, que son las mismas para almerienses, españoles o francesas, es que “lo que está ocurriendo es que vamos perdiendo cuota de mercado en beneficio de unos productores extracomunitarios que no tienen que cumplir con esas exigencias, generando una competencia desleal que está destruyendo el sistema productivo europeo”.
La otra consecuencia es la que se está viviendo estos días con el conflicto que se ha desatado en Francia, basado en esa dificultad competitiva con quienes por normas, costes muy inferiores en esos otros países, entre ellos los laborales, o permisividad en el uso de agroquímicos, una situación que “genera un enfado importante entre los productores comunitarios”.
Urgencia absoluta
En las circunstancias actuales, con buena parte de las carreteras galas bloqueadas por los agricultores franceses, la prioridad absoluta es recuperar la normalidad y abrir los corredores que permiten el paso de las mercancías, y entre ellas las hortalizas almerienses por el país vecino.
La emergencia se deriva de que cada día que pasa el sector hortofrutícola almeriense está perdiendo más de diez millones de euros por una mercancía perecedera que no puede demorar su llegada a sus principales mercados.
La recuperación de la normalidad la piden desde Coexphal, también desde la Junta, asociaciones de transportistas, de exportadores (FEPEX) o el propio Gobierno, entre otras organizaciones e instituciones.
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