En pleno Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar existe un rincón del Levante almeriense que combina como ningún otro tres grandes atractivos para este verano: playas, buena gastronomía y ocio. Este pequeño pueblo costero se ha convertido en uno de los destinos favoritos de quienes buscan algo diferente, lejos de las zonas más masificadas, pero sin renunciar a la comodidad ni a la diversión.

Lo primero que sorprende es su entorno natural. Montañas de origen volcánico, barrancos y acantilados rodean este lugar, creando un paisaje semidesértico único incrustadas en dunas fosilizadas. Sus casas blancas y sencillas, junto a pequeños hoteles a pocos metros del mar, conservan el encanto de un antiguo pueblo de pescadores que ha sabido reinventarse sin perder su esencia.

Acantilados volcánicos y aguas turquesas 

Su playa, aunque de piedras, invita a la tranquilidad y a la observación de peces en aguas limpias y transparentes. Para mayor comodidad, se recomienda llevar escarpines o calzado adecuado. 

Aquí no solo se viene a tomar el sol: es habitual ver a visitantes haciendo kayak, buceo o paseos en barco para descubrir calas escondidas. También hay rutas de senderismo que atraviesan parajes volcánicos y conectan con otras zonas del parque natural.

Gastronomía local con pescado fresco

La oferta de ocio no se queda atrás. El pueblo cuenta con bares, cafeterías y restaurantes para todos los gustos: asadores, cocina mediterránea, pizzerías y bares de tapas donde se puede degustar pescado fresco y platos locales. Por la noche, el ambiente relajado continúa con algunos locales que ofrecen música y copas sin grandes aglomeraciones.

En los últimos años, Las Negras ha crecido de forma notable. Se han construido nuevos alojamientos, casas de alquiler y se ha renovado la zona urbana para recibir a más visitantes, manteniendo siempre su carácter alternativo. 

Hoy es uno de los puntos de referencia del turismo en Cabo de Gata, ideal para familias, grupos de amigos y viajeros que prefieren una experiencia auténtica, cercana a la naturaleza y sin prisas.

Su otro gran atractivo: la cala hippie de San Pedro

Uno de sus mayores atractivos es que desde aquí parte el camino hacia la famosa Cala de San Pedro. Este rincón escondido es conocido por albergar una de las últimas comunas hippies de España. Sus habitantes viven de forma autosuficiente, rodeados de un entorno virgen y un mar cristalino que atrae a curiosos de todo el mundo.

Playas tranquilas, paisajes volcánicos, buena comida y opciones para disfrutar de la naturaleza o relajarse: este pueblo alternativo lo tiene todo para quienes buscan unas vacaciones distintas dentro de Cabo de Gata.