Cartas que rompen el silencio: Antonio Torres rescata documentación inédita del Caso Almería
El periodista almeriense presenta el libro ‘El Caso Almería: ¡Aquí no ha pasado nada!’ en un emotivo acto

Francisco Javier Mañas, Antonio Torres y Rafael Quirosa-Cheyrouze.
Pechina se llenó el pasado viernes de memoria y emociones. No era una tarde cualquiera: la presentación del libro ‘El Caso Almería. ¡Aquí no ha pasado nada!’ de Antonio Torres volvió a abrir las heridas de un crimen que marcó a toda una provincia y a una generación, recordando que la verdad, aunque tarde, siempre busca su lugar. Para los vecinos, fue más que un acto literario: fue una velada en la que se asomó, aunque sea un poco, la verdad de lo que ocurrió aquel 10 de mayo de 1981.
Ese día, tres hombres fueron torturados y asesinados con un tiro en la cabeza, confundidos, según la versión oficial de entonces, con miembros de la banda terrorista ETA por agentes de la Guardia Civil.
Los nombres de Luis Cobo Mier, de 29 años, Luis Montero García, de 33, y Juan Mañas Morales, el más joven y natural de Pechina, quedaron grabados en la memoria colectiva de la provincia y de una España que empezaba a despertar de un letargo de dictadura. Así nació el tristemente célebre “Caso Almería”: aquel periplo que inició en Roquetas de Mar para asistir a una comunión que acabó de forma

Antonio Torres se emocionó con la presencia de José Rojas de El Largo, barriada de Cuevas y Juan García Aguado de Carboneras.
Aquel mayo del 81 que aún retumba en la cabeza
Con 71 años y medio siglo de carrera periodística a sus espaldas, Antonio Torres es quizás una de las voces más autorizadas sobre aquel suceso. Fue el primero en llegar al lugar de los hechos: escudriñó depósitos de cadáveres, acudió al cementerio y llegó a conocer de primera mano restos del vehículo que se halló en Gérgal, donde aparecieron los cuerpos tiroteados de los tres hombres. “Aquel retrovisor lleva retumbándome en la cabeza desde el 10 de mayo del 81”, confiesa Torres, mientras recuerda cómo ese día marcó su vida profesional y personal, acompañando también a los familiares de Mañas, durante todos estos años.
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La publicación de “Caso Almería: ¡Aquí no ha pasado nada!” es un paso más en la búsqueda de la verdad. Aunque los juicios contra los guardias civiles implicados por presuntas torturas y asesinatos sentaron precedentes, el libro de Torres homenajea al periodismo que se deslomó por sacar la noticia a la luz, incluyendo nombres propios del periodismo almeriense como Pedro Manuel de la Cruz de El País (en aquel entonces) y José Mullor de IDEAL, quienes fueron testigos directos y claves en aquella cobertura.

Se cumplen 42 años del Caso Almería.
La obra plantea también preguntas que siguen abiertas, como el uso de canales de comunicación no reglamentarios de la Guardia Civil: “Se hizo una llamada desde un teléfono del aeropuerto. ¿Por qué no se hizo por la radiofrecuencia oficial?”, se pregunta el autor.
"¿Se colgaron medallas con su muerte?"
El acto, celebrado en el Salón Cultural Ángel Álvarez de Pechina, tuvo un lleno absoluto. En primera fila estuvieron los familiares de Juan Mañas, junto a amigos cercanos de Torres del ámbito periodístico y académico, y vecinos de barrios como El Largo de Cuevas, que quisieron estar presentes y arropar al periodista de Los Gallardos.
En la mesa, junto al autor del libro, se sentaron el Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Almería, Rafael Quirosa-Cheyrouze, autor del prólogo del libro, Ángel Roldán, autor del prefacio y Francisco Javier Mañas, hermano de Juan, aquel niño cuya primera comunión se vio marcada por la tragedia. “Me robaron la infancia”, señalaba emocionado el hermano de Mañas, durante el acto.
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La obra comenzó a gestarse hace cuatro años, con la intención de que la memoria de los hechos no se pierda y de aportar luz a las dudas que la familia de Mañas siempre ha albergado sobre lo sucedido. La cercanía con la familia ha marcado su investigación: “La madre de Mañas es una líder. Esa familia es como la mía”, confiesa. Y añade, con dolor contenido: “La familia está cansada y cabreada de que se diga que los confundieron con tres etarras”.

Entierro de los asesinados en el Caso Almería. FOTO DE JOSÉ MULLOR.
Para disipar esas dudas, Torres insiste en la apertura de los fondos documentales oficiales: “Es necesario acceder a las comunicaciones, si las hubo, de la Dirección General de la Guardia Civil y del Ministerio del Interior. ¿Qué órdenes se dieron? ¿Alguien se colgó medallas aquí o en Madrid?”, pregunta el periodista.
El libro aporta además documentos inéditos, cartas recibidas por la familia de Mañas y pistas que podrían esclarecer los hechos. Según Torres, existe entre los familiares la sensación de que pronto algunos testimonios directos de aquel fatídico suceso saldrán a la luz, ya sea a través de cartas o de forma presencial: “Creemos que poco a poco se está haciendo la luz y que algún día guardias civiles revelarán qué pasó”.
Los jóvenes no conoce el Caso Almería
Torres también apunta a un problema de memoria histórica más amplio: “He preguntado a jóvenes en la Universidad y casi nadie conoce el Caso Almería, no sabemos quiénes somos ni de dónde venimos, y esto quizás sea fallo del sistema educativo”.
Asimismo propone que administraciones locales homenajeen a las víctimas del Caso Almería con un monolito o una placa a la entrada de la estación de tren de Almería, recordando que los tres hombres estaban ligados laboralmente a la industria ferroviaria. La tarde en Pechina terminó entre aplausos, silencios y miradas cargadas de memoria. “El Caso Almería” sigue vivo, no solo en los libros ni en los documentos, sino en la voz de quienes lo recuerdan y en la de Antonio Torres, que desde su retrovisor periodístico sigue insistiendo en la verdad.
Como él mismo dice, aún queda luz por arrojar sobre aquel 10 de mayo de 1981, y quizás algún día, los fantasmas del pasado hablen con claridad. Hasta entonces, queda el deber de la memoria, el respeto a las víctimas y la certeza de que el periodismo sigue siendo, como siempre, el faro que ilumina lo que otros quisieron ocultar.