Antonio Sáez, el ebanista de la casa de muñecas
El Gran Hotel Almería expone una pieza de coleccionista que reproduce una casa americana con todo lujo de detalles
La chimenea está encendida y, junto a ella, un hombre lee el periódico. Una pareja disfruta de la merienda en el jardín y, un poco más allá, un perro pasea por el borde de la piscina. Hay quien toma el fresco en el balcón de la primera planta. Y también un habitante en el dormitorio de la buhardilla.
En el hall del Gran Hotel Almería se ha abierto un universo aparte. Una casa de muñecas, el sueño de cualquier niña, permanece expuesta con motivo de estas fechas navideñas. Sólo que en este caso, se trata más bien de una pieza de coleccionista.
El autor de esta maqueta es el ebanista Antonio Sáez (Almería, 1942). Se trata de una vivienda de inspiración americana que reproduce con todo lujo de detalles las estancias, el jardín y sus respectivos muebles. Todo, salvo los muñecos y el lienzo de fondo -que firma el pintor Guillermo Sáez-, es obra de este enamorado de la madera y le ha llevado unos cinco meses de trabajo.
Un verdadero capricho
“Fue un capricho mío, como la maqueta que hice del Faro y que actualmente está instalada en la Autoridad Portuaria porque se quedó la Junta con ella. Son ilusiones que tiene uno, aunque hay que ser paciente y un apasionado de lo que estás haciendo para que salgan las cosas con sabor”, indica Sáez en una entrevista a LA VOZ.
La casa de muñecas permanecerá expuesta hasta pasados Reyes y está a la venta, pero no a cualquier precio. “Mi idea es venderla. Hay que dedicarle una habitación, ya que es una pieza de coleccionismo. A los niños les gusta verla, pero es una cosa para mayores. Tiene un cajón con 96 llaves de luz en miniatura. Ahora está en automático, pero uno puede ir encendiendo habitación por habitación. Y la chimenea desprende humo”, apunta.
Este hogar de pequeñas proporciones cobra un valor mayor si cabe porque es el primero y el último de Antonio Sáez. “En mi casa tengo piezas buenas, pero las mejores las conservo en el taller. Normalmente hago obras grandes y destinadas a estancias de techos altos y habitaciones amplias. Aunque ya estoy jubilado, lo que guardo es para venderlo”, desvela.
Este ebanista ha dedicado su vida profesional a hacer muebles por encargo y puede presumir de tener creaciones hasta en el Palacio Real. También se encargó de restaurar la puerta de la Alcazaba y firma parte del exclusivo mobiliario del Gran Hotel.
El padre de Sáez también fue un artista de la madera. “Lo he visto en casa desde que tengo uso de razón. Entonces empecé a relacionarme con la madera, a ver muebles. Me he dedicado profesionalmente a esto, me he ganado la vida con esto”.