"Todo comienza cuando un médico es retado por mensaje a seducir a su paciente"
La tercera novela de Darío Ortega ya se encuentra en las estanterías de las principales librerías de Almería

N. Darío Ortega, con su novela 'Dulce Castigo' en mano.
Todo comienza cuando Fer, un médico que se encuentra en mitad de una guardia, es retado a través de un mensaje en el móvil a seducir a una paciente. A partir de ese momento, la trama desvaría, se escurre fuera del hospital y se va introduciendo en un mundo cada vez más oscuro y siniestro en el que, a través de la fundición de dos historias transcurridas en diferentes décadas -una en la actualidad y otra en los años 90-, el autor conforma un relato que engancha desde su primera página: se trata de 'Dulce Castigo', una novela que ya ha llegado a las estanterías de las principales librerías de Almería.
La evolución de un autor
Alejada de la impaciencia del escritor primerizo, la tercera novela del albojense Nicolás Darío Ortega -publicada por la editorial almeriense Círculo Rojo- cuenta con un enfoque más maduro y pausado que sus entregas anteriores. Ortega, que cuenta en su bibliografía con títulos como 'Buscando a Djorkaeff' o 'A puerta vacía', asegura haber disfrutado mucho más del proceso de escritura en el caso de su última obra.
El autor reconoce que la experiencia ha cambiado su forma de escribir. "Cuando uno escribe su primera novela, está desesperado por terminarla y comete muchos errores", explica. Ahora intenta seguir el consejo que una vez le brindó una editora: tras terminar un manuscrito, lo deja reposar durante seis meses antes de releerlo y corregirlo.
Su nueva novela, 'Dulce Castigo', le ha llevado aproximadamente un año y medio de escritura, aunque el germen de la historia se fue gestando mucho antes. Y es que cuando el albojense dice de sentarse a crear, ya tiene macerada tanto la idea de partida como la estructura: "Se me van ocurriendo cosas y las voy apuntando. A veces incluso escribo capítulos dispersos. Cuando ya tengo material suficiente, alrededor de 4 o 5 pasajes, los uno, invento una conexión entre ellos y ya me pongo en serio a escribir el libro", relata.
"Si digo que he tardado más de un año en crearlo es porque apenas tengo tiempo", señala, destacando las dificultades de compatibilizar su labor como médico internista y su vida familiar con la escritura: "Cuando llegaba el fin de semana me levantaba ilusionado, porque sabía que tenía a lo mejor 4 o 5 horas seguidas para dejar fluir la inspiración", reconoce con una sonrisa que se escucha en su voz.
La medicina y la literatura, un vínculo invisible
Aunque su profesión y su faceta de escritor puedan parecer desconectadas, el autor destaca que su trabajo como médico internista le permite estar en constante contacto con personas y sus historias. "Aunque mis novelas suelen centrarse en personajes poco recomendables y tramas delictivas, en la medicina estás rodeado de historias humanas", comenta. Su experiencia le ha servido para captar detalles y situaciones que luego incorpora en su escritura.
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El autor reconoce que siempre va con el bloc de notas del móvil abierto. Es en este ambiente digital en el que recoge aquellas anécdotas cotidianas que le van llamando la atención: "Tengo amenazados a todos los que me rodean. Digo: 'Ya sabéis que vosotros podéis hablar delante de mi sin problemas, pero si algún día veis eso que me habéis contado escrito en una novela, no os enfadéis'", se ríe.
Un escenario realista, pero diferente
La novela se desarrolla inicialmente por los bajos fondos de la ciudad de Murcia; una ciudad que el autor conoce muy bien por motivos profesionales. Además de por la capital huertana, la trama también discurre entre Elda -el pueblo natal de su esposa- y Albox, su lugar de origen: "Todos ellos son sitios que conozco muy bien, así me ahorro tiempo de documentación", admite.
En sus libros, además, se permite "mejorar" los escenarios en los que discurre la trama: "Me divierte mucho imaginar una Murcia distinta, corregir lo que no me gusta y darle mi propio toque". En sus anteriores novelas también ha utilizado esta técnica, modificando elementos urbanos o imaginando nuevas funciones para edificios emblemáticos. "En mi primera novela, convertí la Cárcel Vieja en un museo; eso antes de que se aprobara el proyecto actual", recuerda con orgullo.
Una canción para encender la mecha
Las fuentes de inspiración del autor brillan por su gran diversidad. El germen de 'Dulce Castigo', de hecho, surgió de una canción compuesta por el albojense en colaboración con un amigo: "El tema musical habla de un boxeador retirado que se choca con la oportunidad de ayudar a una chica que sufre una agresión sexual. A partir de ese momento, el deportista se transforma", cuenta Ortega. De esta forma, ambas historias, la de Fer y la del boxeador, se entrelazan para concluir con un final redondo.
Con esta tercera novela, el médico-escritor afianza su trayectoria literaria y sigue explorando nuevas rutas. "Escribir es un placer, y mientras me siga divirtiendo, seguiré haciéndolo", confirma, para después añadir que su fin último es crear novelas "que enganchen y hagan reír a la vez".