Rubén Olmo se queda un momento en el dintel de la puerta, sonriendo. En el salón lo esperan las alumnas (sólo hay un muchacho), y él sabe muy bien lo que se siente cuando se está empezando y se ve entrar a un artista que se ha admirado sobre un escenario. “Recuerdo cuando era joven y de repente vino a darnos un cursillo Mario Maya”, me ha dicho hace unos minutos. “Para mi era algo muy grande... No quiero compararme con él, claro, pero sé lo importante que es para los alumnos”.

Rubén es director artístico y coreógrafo del Ballet Flamenco de Andalucía, que presentaba por la noche, en el Auditorio Maestro Padilla, el espectáculo ‘Metáfora’, una reflexión suya sobre el arte de la danza como metáfora del pensamiento. Pero ahora, en este salón del Conservatorio Profesional de Danza de Almería, daría dos días de clases magistrales a alumnos de Danza Española.

Una forma de vivir

Tras el primer momento, Rubén entra al salón y se hace rápidamente con la clase. “Vamos a dar caña”, dice, “pero primero un buen calentamiento”. Se pone frente al espejo y comienza a conducir los movimientos. “A esto le tienes que dedicar toda una vida”, me había explicado, “porque es una forma totalmente diferente de vivir. Son muchas horas, mucho tiempo, la cabeza no para de pensar...”.

“Un bailarín tiene que tener un poquito de todo”, reflexionaba. “Porque es músico también, y tiene que tener un oído privilegiado, unas condiciones físicas muy claras y una inquietud, un arte propio que luego se base en la técnica, porque hay que estudiar mucho para sacar provecho a tus cualidades”.

Han comenzado por los pies, por el taconeo, y por las manos, con las castañuelas. Rubén Olmo propone los movimientos, los conduce y luego supervisa.

Es alto, delgado y tiene ya a sus espaldas una sólida carrera en la que ha formado su propia compañía, recibido premios y cosechado elogios de la crítica y el público por sus montajes y actuaciones. También es de Sevilla, y su rostro es serio, su tono manda, pero también sonríe y anima con la mirada.

El flamenco y sus lenguajes

‘Metáfora’, el espectáculo que ha traído a Almería en el marco del ciclo ‘Flamenco Viene del Sur’, del Instituto Andaluz de Flamenco, y que se presenta también hoy a las 21 horas con la colaboración del Ayuntamiento de la capital, es el primer proyecto que concibe para el Ballet Flamenco de Andalucía.

“La primera parte es flamenco puro”, dice, “en muy distintos lenguajes, porque es un arte muy amplio. Es una Suite Flamenca con muchos estilos, incluso invito a Pastora Galván con su baile más vanguardista. Luego, en la segunda parte, hago una estilización del flamenco y ahí entra más el baile puro, porque en Andalucía tenemos de todo, no sólo el flamenco. Esta tierra es muy rica, y ha sido historia de muchas danzas. Eso es lo que quiero recuperar aquí”.

Cuando ya iba entrar al aula, le pregunté cómo veía el panorama actual del flamenco. “Veo que estamos en tiempos difíciles”, respondió, rápido. “Pero los tiempos difíciles para el arte a veces vienen bien, en el sentido de que tenemos que darle más vueltas a las cosas. Nos gastamos menos dinero, pero la cabeza, cuando tiene menos, siempre resuelve de una manera mucho más artística. Es un momento no de encerrarnos en nuestras casas, sino de salir y apoyar el arte con lo que tengamos, como si es con dos palmas y un cajón”.

Ahora, en su clase, es eso lo que intenta transmitir. Una técnica, pero también una actitud. Un arte.