La Voz de Almeria

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¿Te acuerdas de aquel festival?

Un repaso por las citas desaparecidas o que penden de un hilo en el panorama almeriense

Taller en una playa del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar en el marco del festival Costa Contemporánea.

Taller en una playa del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar en el marco del festival Costa Contemporánea.

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Si crear de la nada un festival es una aventura, mantenerlo vivo en el tiempo es una odisea. El escaso apoyo de las instituciones -agudizado desde el inicio de la crisis - y el hecho de que, en ocasiones, se trate de citas dirigidas a un nicho de público muy concreto -lo que no se traduce en grandes cifras de asistencia-, lastran la viabilidad de proyectos ligados intrínsecamente al paisaje de Almería o a su legado cultural. He aquí un repaso a aquellos festivales que aún hoy se recuerdan pero que podrían estar condenados al olvido.


Costa Contemporánea es el gran ausente en el panorama festivalero este septiembre, mes en el que no tenía competencia por lo mucho que decae la actividad cultural. Tras siete ediciones de talleres y espectáculos en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, desde el festival de danza y artes escénicas se anunció en abril que suspendía su actividad porque las instituciones colaboradoras “no han podido o no han sabido estar a la altura del crecimiento del proyecto” y continuar supondría traicionar “la dignidad de todos los que forman parte del proyecto”.


“Tras las primeras reacciones de las instituciones, no he vuelto a saber nada de ellas. Todas creen que la culpa la tienen las otras, ninguna se da por aludida y, en su momento, me dijeron que dejaban las puertas abiertas, pero con las mismas condiciones que hasta ahora”, explica a LA VOZ su directora, Nerea Aguilar.


El silencio de las administraciones contrasta con dos detalles: por un lado, la programación de la que iba a ser la octava edición ha sido “copiada” por algunos de los festivales más importantes de España (“hasta a la hora de cesar la actividad, hemos sido un referente”), y por otro, la organización ha seguido recibiendo solicitudes de plazas para los talleres, todas internacionales, hasta esta misma semana.


“Barajo, dadas las dificultades locales, no retomarlo por ahora o buscar un lugar que lo acoja como merece, que no sea Almería, ni incluso Andalucía, con la financiación que están recibiendo festivales similares”, concluye Aguilar.


En noviembre de 2016, tras quince ediciones ininterrumpidas y más de un cuarto de siglo de vida, desaparecía el Festival Internacional de Jazz de Almería. “Queremos replantearnos el formato: quizás sea mejor celebrar dos o tres directos potentes durante el año que mantener un festival que se justifique con un par de conciertos sólo por sumar una edición más”, expresó entonces a LA VOZ Ana Martínez Labella, concejala de Cultura. La ‘competencia’ de la sala Clasijazz, con una programación estable que cuenta, gracias al prestigio adquirido, con figuras de primer nivel internacional, parece la excusa perfecta para no seguir desarrollando un festival así bajo el abrigo municipal.


Aunque parezca sorprendente, quizás inimaginable tiempo atrás, en el año en que Almería está recordando el bicentenario del nacimiento de Antonio de Torres (el padre de la guitarra española tal y como la conocemos hoy), el Certamen Internacional de Guitarra Clásica ‘Julián Arcas’, de carácter bienal, se encuentra en una extraña situación justo cuando iba a cumplir quince ediciones: un limbo al que ha llegado después de que Cajamar se haya retirado como organizador, rol que ha pedido que desempeñe el Ayuntamiento de la capital. El Consistorio considera que no puede hacerlo por el coste que supone aunque ambas instituciones han manifestado su deseo de seguir como colaboradores. “Estoy manteniendo conversaciones con algunas [ instituciones públicas y privadas interesadas en ser organizadoras] y con otras me reuniré en breve. Espero que alguna tome la decisión adecuada asumiendo la organización y patrocinio del festival ahora que es posible”, señalaba a este diario el guitarrista Juan Francisco Padilla, director artístico del certamen y, además, poseedor de la denominación ‘Julián Arcas’. De momento, las guitarras no sonarán durante este 2017.


Tampoco se reencontrará con su público, tras su nacimiento en octubre, el Beer and Beards El Cabo Festival Almería, iniciativa de la cervecera. Tras una edición con Burning, Sidecars y Second, entre otros grupos, la falta de apoyos institucionales y privados ha provocado que sus responsables vean inviable repetir este año. Aunque, indican, su intención es seguir trabajando para retomarlo en 2018.


Y de la tristeza a la esperanza: el Festival de Cine y Televisión Cinejoven anunció en abril que no seguiría adelante por la ausencia de compromiso institucional. Sin embargo, Ramón Fernández-Pacheco, alcalde de Almería, y Ana Martínez Labella expresaron en junio que iban a seguir apostando por esta cita, incrementando su subvención (en 2016 fue de 2.000 euros de un total de 17.000).


También hay motivos para el optimismo: tras siete años de ausencia, Almería ha recuperado sus Jornadas Astronómicas, que trajeron en junio a figuras como los astronautas Pedro Duque y Ellen Baker y el investigador Xavier Barcons, director general del Observatorio Europeo Austral.


Y una cita nacida en 2009 con entidad propia y que se ha reintegrado en otra es el Festival de Danza de la Asociación Indanza. Fusionado este verano con el veterano Festival de Flamenco -al que le ha aportado su especialización-, dicen entendidos como Marcos Escánez que ambas propuestas han salido ganando con esta unión y su realce ha sido mayor.


La cara: festivales asentados
No todo es negativo. El Dreambeach ha reunido este verano a 175.000 espectadores; el Juerga’s Rock a más 30.000 personas y el Pulpop ha congregado a unas 7.000 almas. Por su parte, el séptimo arte cuenta con dos citas más que estables: el Festival Internacional de Cine de Almería y el Almería Western Film Festival (Tabernas) que se ha abierto hueco en poco tiempo. En teatro, El Ejido ha celebrado los 40 años de su festival y, pese a los vaivenes, las Jornadas del Siglo de Oro van camino de sus 35 ediciones.


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