Pacheta sigue en el andamio
No ruedan las cabezas tras la séptima jornada en la Segunda División: Gabi también se salva

Pacheta es un 'currante' del fútbol y necesita estar en el tajo con los mejores.
Ganando bajo la lluvia puede ser el nombre de la canción de José Rojo Martín, Pacheta. Su equipo vestido de gris ha dejado de serlo con una victoria de prestigio en uno de los campos más complicados de la Segunda División. No importaba el como y se hizo lo que tocaba: ganar. Ha tardado en despertar la fiera y todo apunta a que el Granada despegará a los lugares que le corresponden, y su entrenador gana tiempo para armar el equipo de autor por el que viene trabajando desde que terminó la pasada temporada. Era mucha la presión y tanto el alivio generado que el fútbol da una vida más a un ‘currante’ de los banquillos que no se baja del andamio.
Nadie sabe que hubiese pasada con una victoria del Huesca, nadie, pero lo que toca es mirar al frente y seguir trabajando para que se confirmen las expectativas y el Granada esté donde le toca por capacidad y por historia. No era normal ver a un equipo de Pacheta tan abajo en la tabla. Ser último ‘pica’ y seguro que no volverán a pisar ese terreno angustioso. La séptima jornada no se ha llevado por delante (por ahora) a ningún entrenador ya que el otro banquillo caliente, el del Real Zaragoza, se salvaba el viernes con una victoria en Vitoria poniendo fin a otra mala racha.
Otro lunes en la oficina
- Ganó en Huesca y dio aire a Pacheta, que sigue construyendo su equipo
- La 7ª jornada no se cobró entrenadores pese a los banquillos calientes
- El Zaragoza venció al Mirandés y Gabi Fernández gana tiempo
- Ambos técnicos esquivan la caída y trabajan con calma tras el susto
- Castellón y Leonesa sí cambiaron de entrenador tras malos resultados
Un Granada vestido de gris aprende a vencer
Buscando entre los papeles de la historia no se ha encontrado nada parecido. El peor inicio del Granada ha sido con uno de los entrenadores más fiables de LaLiga. “Todo venía de culo”, decía el burgalés, hasta que se ganó en Huesca y toca despegar. Para Pacheta se quedan las semanas de angustia viendo como el trabajo no se reflejaba en la clasificación y su nombre dando vueltas por el ‘Valle de los Caídos’ que ya se ha cobrado dos técnicos en lo que va de temporada. No es tonto y sabe a lo que se expone si no llegan los marcadores y tiene claro para quien trabaja.

Un Granada vestido de gris le da la primera alegría a Pacheta.
Ha encontrado en Granada la felicidad como persona y la necesita como entrenador. La primera aparece sola y la segunda queda al azar de un deporte tan complejo. Va más allá de lo firmado en el contrato lo que Pacheta pretende con el equipo nazarí, y a poco que le salgan los marcadores volverá esa normalidad que tienen sus equipos: cumplir con los objetivos. Ha pasado el susto y lo mismo no se repite la situación. Ha ganado tiempo el profesional del banquillo que es lo importante porque es fundamental para Pacheta seguir encima del andamio: le gusta y lo vive.
Y Gabi hace ganar al Real Zaragoza
Otro banquillo siempre caliente ha pasado por una situación similar tras una profunda remodelación de la plantilla. Con Txema Indias a los mandos y Gabi Fernández en el banquillo, no era lógico que el Real Zaragoza no ganara un partido y se daba cuando más falta hacía y comenzaban a sonar los nombres de siempre como recambio. La victoria ante el Mirandés da la calma temporal a un entrenador comprometido que necesita tiempo y resultados. Llegará el despegue porque cuenta el equipo maño con los mejores profesionales y los resultados tienen que aparecer.

Gabi Fernández hace ganar al Real Zaragoza en un campo de Primera.
La Segunda División exige mucho y cuesta ganar un partido. Lo de la velocidad de crucero que pregona Rubi son las famosas rachas de la categoría que suelen ser largas para lo bueno y para lo malo. Que Zaragoza y Granada ganen su primer partido en la séptima jornada no se sostenía y el alivio será grande porque se trabaja mejor con las victorias y los ‘grajos’ salen volando. Castellón y Leonesa agotaron su paciencia y cambiaron de entrenador. La Segunda no perdona.