La Voz de Almeria

UD Almería

El Almería se quedó con los que querían irse

El portazo de El Assy en en verano y en Navidad pasa factura

Mohamed El Assy en su última puesta en escena en Castellón.

Mohamed El Assy en su última puesta en escena en Castellón.web CD Castellón

Tony Fernández
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La situación que vive el Almería responde a un proyecto viciado que viene de un amargo descenso. Unos futbolistas de Primera firmados previo traspaso y contratos para un mínimo de 5 temporadas daban con sus huesos en Segunda y todo lo cambió. Pendientes del móvil hasta el último día de mercado, se toparon con la expresa petición del entrenador y el esfuerzo económico del club para mantenerlos, quizá sin contar con ellos. Muchos no querían continuar en Segunda y esperaban una salida mediante cesión o traspaso, y con la boca pequeña dejaban claro que estaban por la labor de devolver la categoría al equipo. Nada que ver con la realidad que muestran en el campo porque en cada ventana de mercado, cuando sus nombres salen a la luz en demanda de una mejoría de categoría profesional que ellos mismos perdieron en el campo, se sienten perjudicados.

Ahora se acerca el mercado de verano, el final de la temporada, los agentes ya están moviéndose, hasta algunos tienen equipo para la campaña venidera, y lo que suceda con el club no es prioritario. Lo que se ve en el campo es el reflejo de unos futbolistas que se han quedado en gran medida por decisión del entrenador y no les ilusiona un ascenso porque se consideran de un perfil superior al de su actual club. Se nota mucho que el Almería es un equipo puente y como tal firmaron sus contratos, pero bajar a Segunda lo cambió todo y competir en esta categoría no ilusiona. No ha logrado engancharlos Rubi salvo en esas 14 jornadas que acabaron justo con el mercado de invierno donde pudieron salir futbolistas y el Almería no los dejó.

Los jugadores son los que mandan y compiten donde ellos quieren. Si tenían ofertas y el club cerraba la puerta se está notando en el campo. Daña la vista que son buenos por calidad pero no compiten. No le ponen ese plus que tienen sus rivales para el ascenso, conscientes del salto de calidad y economía que en el Almería poseen los de Rubi. El portazo de Mohamed El Assy a las ventas de verano y Navidad pasa factura.

Portazo

Confirmaba a los cuatro vientos el director general del Almería que rechazaron ventas por 60 millones en el mercado de invierno. Como buen hombre de negocios ganaba en la gestión y olvidó que los futbolistas son egoístas y juegan donde quieren. Cerrar la puerta tiene un precio y el bajón anímico salta al campo. La vida del jugador es corta y las decisiones de club siempre son de empresa y las del futbolista responden a lo deportivo y económico. Igual El Assy no se puso en la piel del profesional al que remitió a la cláusula, impidiendo firmar un contrato que ha podido ser el de su vida. En un Almería cogido con pinzas con algunos futbolistas sin ilusión no hay victoria.

Tarde

Rubi se dio cuenta. Cuando notó la ‘movida’ en el vestuario con unos futbolistas más pendientes del teléfono móvil que de comenzar la temporada en Almería el mercado se había cerrado y tenía que convencer y enganchar a aquellos que se quedaron. Fue valiente a la hora de pedir a estos jugadores pero no reparó en que su mente estaba puesta en una salida para no perder valor de mercado en un equipo de Segunda. Sí llegó a reconducir la situación tras el mercado de verano, con el de invierno no ha podido torear y esos futbolistas a los que cerraba la puerta el club no han podido digerir el ‘palo’ y siendo titulares bajan las prestaciones y se ha caído. El entrenador se daba cuenta tarde.

Salir

Nadie se puede sorprender a estas alturas de la temporada. Los jugadores se han quedado porque lo decidía el club y estaba el contrato por delante. Las salidas se cerraron y las dos ventanas de mercado dejaban sin opciones a futbolistas que no son de Segunda. Con buenos agentes y clubes pretendientes se toparon con la palabra del entrenador y la del CEO. Uno pidiendo y el otro dando. Rubi dijo que iba a muerte con esta plantilla y El Assy se la dio, pero nadie habló con los profesionales y eso se está pagando. El comienzo de la campaña pilló distraído al Almería por el mercado y tras la Navidad ha caído en picado porque se cerraron de golpe las puertas y no se atendieron las peticiones de salida, que han terminado por volverse en contra. El Almería se olvidó que los futbolistas juegan donde quieren y a tenor de los resultados encontrarán la respuesta.

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